Joan Artigas Campás, Ingeniero Técnico titulado en Mecánica23/05/2022

El autor reflexiona sobre la posibilidad de introducir la aplicación y uso del hidrógeno líquido (LH2), sustituyendo al gasóleo, como combustible en los motores diésel, en los sectores de la maquinaria agrícola y de obras públicas.

 

Por las mismas razones que motores de gasolina o diésel montados en automóviles no son válidos, por diferentes razones técnicas: distinto combustible; distinta velocidad; distinto PAR motor, respecto a los motores diésel instalados para trabajos agrícolas y de movimiento de tierras/Industriales, merecen, en ambos casos, que se comenten algunos principios explicando su viabilidad, sobre el uso del hidrógeno.

Se conoce la noticia de un prototipo de tractor, diseñado por una primera marca, fabricante de máquinas agrícolas, equipado con motor eléctrico, propulsado con la energía generada por pila de hidrógeno y que estuvo trabajando varios meses en una explotación agraria en Italia, en periodo de pruebas, hace algunos años, al principio de la pasada década y no se conoce información de su presentación en el mercado.

Por otra parte, Ford Motor Cº acaba de patentar un motor térmico, alimentado por hidrógeno (se desconoce si equipará sistema de inyección o carburador). Si fuese el primer supuesto, sistema de inyección, sería la constatación de que se afianzaba la posibilidad del uso del hidrógeno líquido (LH2) en motores de combustión interna.

Realmente, entiendo que el uso de este combustible (LH2) pudiera ser viable a corto plazo. Así lo indiqué a mis amigos Marcos Vázquez Marey y Eloy Galván García, Ingenieros Agrónomos, después de nuestra participación, en la mesa redonda que organizó Marcos, en su museo histórico MUVICLA (Galicia), a la que asistí telemáticamente.

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Motor Ford antiguo.

El hidrógeno líquido podría ser aplicado, con algunas modificaciones o sustituciones, a los motores diésel existentes y, naturalmente, a los que se construyan en el futuro. Es un combustible limpio y abundante en la naturaleza, principalmente en el agua, sólo hay que determinar la fórmula de obtención más económica, junto al sistema de distribución. Existen prototipos de tanques, para LH2 ‘Icriónicos’, especiales para camiones en Austria, a prueba de vuelcos, según información leída, fabricados en Austria por Grupo de Aluminio Salzburguer.

El hidrógeno liquido nos ofrecería un 173% más de energía. Por comparativa con el combustible diésel (gasóil = aprox. 10500) Kcal, y genera un notable aumento del rendimiento neto del motor CV/L (a determinar en el dinamómetro). Es limpio e inocuo para el medio ambiente y su punto de ignición (560°C) muy similar al gasoil, con un alto grado de compatibilidad.

Con toda probabilidad, faltaría reducir el avance de momento de inyección, acercándolo al PMS = (punto muerto superior, en la posición pistones en el motor). Existe una comparativa técnica, en proceso, que confío poder comunicar antes o durante el próximo verano. Que cada uno de ustedes haga la difusión más conveniente de esta apuesta inicial por el uso del hidrógeno líquido en motores diésel.

 

Fuente: https://www.interempresas.net/