La primera jornada del Seminario Regional “Sostenibilidad en la producción ganadera de las Américas” cerró con un profundo debate que disparó nuevos interrogantes y desafíos. El moderador del último panel, precisamente “Desafíos para América Latina y la Ganadería Global frente a la COP”, Jaime Castañeda, de la Asociación de Productores de Leche de los  Estados Unidos (NMPF), habló sobre las dificultades de los productores por cumplir con las obligaciones requeridas desde Estados Unidos, pero también en Latinoamérica, “a partir de la demanda de los consumidores”, según expresó. 

Por otro lado, Castañeda se centró en la “debilidad de la relación de los Gobiernos con las secretarías y ministerios de Agricultura”, en comparación con los de Salud en “donde se genera que hay esfuerzos de activistas en contra del consumo de  carne o queso. Podemos cambiarlo nosotros”, propuso.

En tal sentido, Manuel Otero, Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), ratificó la idea de la entidad por utilizar sus recursos a favor de una agenda “tratando de desarrollar cada vez más alianzas con lo privado. El futuro son las conciliaciones público-privadas”, auguró.

En un sentido, los números de Otero resultaron elocuentes: “La primera estadística es que la ganadería implica la mitad del producto bruto agropecuario en nuestra región”, con la generación de más de 25 mil millones de dólares, con mercados fundamentales. Como contrapartida, lamentó la escasa práctica del intrabloque regional, con solo un 14% en comparación con el 60 de Europa y otro tanto entre Canadá, Estados Unidos y México. “Con nuestro enorme potencial, tenemos una asignatura pendiente”, indicó.

Sostenible o nada

El director de IICA destacó “la proteína animal como la que ofrece mayores aminoácidos y micronutrientes, respecto de la proteína vegetal”, y sugirió también “reivindicar este tema”. Además, Otero aceptó que “el tema de la salud es fundamental, lo mismo que el status sanitario y el hecho de su incidencia en la apertura de mercados. Así como demostramos la importancia del recurso suelo y el agua, el tema pasa por la seguridad sostenible. La agricultura será sostenible o no lo será”.

Dispuesto a rebatir la idea del villano, el expositor explicó su estrategia para confrontarlo. “Si actuamos cohesionadamente, como grupos públicos o privados, a través de las ONG, las investigaciones o foros, diría que la pelea la vamos a ganar. No son resultados de la noche a la mañana, pero vale el esfuerzo y estamos en la buena senda”.

Otero instó “a unir producción con medio ambiente, producir más con menos insumos, repensar las recetas de la actual. La bioeconomía es fundamental. Contamos con la biomasa para aprovechar dentro de las nuevas cadenas de valor”; y alertó a “no desatender temas de sanidad e inocuidad; claves en el comercio internacional”.

Una invitación a trabajar en conjunto

Por su parte, Nick Gardner, representando al Consejo de Exportadores Lácteos de Estados Unidos (USDEC), hizo hincapié en sugerir a los asistentes y a los miembros de las entidades organizadoras acerca de “la importancia de generar confianza, de construir una confianza para poder trabajar juntos; tanto para el bien de todos los productores y de todos los que representamos”.

Describió los desafíos y las prácticas que desarrollan en EEUU, considerando la posibilidad de que esta experiencia sea útil para todos. “Tal vez seamos competidores en el mercado, pero son más las cuestiones que tenemos en común, para colaborar”, dijo Nick Gardner. 

Según sus datos, en EEUU poseen 9 millones de vacas, que se distribuyen en 30 mil tambos, de los cuales el 94% son producciones familiares. 

Entre las metas de este país, Gardner indicó que para el 2050 buscan lograr la neutralidad en gases efecto invernadero, trabajar en el uso del agua y en el tratamiento de los desechos en los establecimientos. “Nos enfocamos en las producciones de mayor cantidad de emisiones, en la agricultura y en la ganadería. Nos enfocamos en el feedlot, en el abono y en la energía; que sabemos que esto último determina mucho el impacto ambiental. También nos enfocamos mucho en la industrialización de productos”, sostuvo.

“En EEUU tenemos mucho por aprender, tenemos objetivos muy ambiciosos. Podemos aprender y tal vez nuestra experiencia se pueda aplicar a nivel global. Nuestro compromiso es compartir la información”, aseguró el representante del Consejo de Exportadores Lácteos de Estados Unidos (USDEC).

Para finalizar su exposición en el Seminario Regional de Producción Ganadera Sostenible en las Américas, Nick Gardner señaló: “Tenemos que aprovechar el momento, trabajar en conjunto hacia el futuro. Hay muchas instituciones que han identificado al sector como causante de gases de efecto invernadero y tenemos que revertir esta narrativa, somos parte de la solución y tenemos que trabajar juntos en eso”. 

Y por otro lado sostuvo: “Todos tenemos que estar preparados para la COP 28 para que tenga un impacto en los productores y en los mercados. Tenemos que trabajar juntos para asegurarnos que se presenten las narrativas correctas. Esto es un desafío. Si nosotros no estamos presentes en esos espacios, estamos en problemas. Es nuestra oportunidad de convencer a nuestros gobiernos de que la ganadería es parte de la solución”.

Evidencia científica, antes que la confusión filosófica e ideológica

Eduardo Schwerter de FEPALE, ex presidente de la federación de lechería de Chile resaltó a la entidad que preside, donde evita su rol de productor lácteo para asumir el compromiso de toda la cadena que representa. “Hoy tenemos 55 organizaciones, en 20 países, evidentemente la sostenibilidad la trabajamos en conjunto, porque es muy importante”, confió.

Schwerter reparó en la evidencia científica, antes que la confusión filosófica e ideológica. “A la pregunta de por qué los productores reaccionamos tanto a la defensiva, debo decir que el ataque ha sido súper frontal. Eso no significa que escondamos la cabeza, estamos buscando soluciones en el tema de la sostenibilidad”, explicó.

Por otro lado destacó “el aporte al desarrollo económico y al cuidado del medio ambiente de las cadenas lácteas, además del rol de la ganadería en nuestro sistema productivo; ya que las vacas son una máquina de transformar alimentos de alto valor biológico”. Y agregó: “Hoy se ha hablado de los costos que esto significa, si es un costo adicional, estamos dispuestos a asumirlo pero debe tener una retribución. Esto es un negocio. Se ha dicho que para ser verde no hay que estar en rojo”.

Por último el expositor chileno planteó la necesidad de exponerlo: “La ganadería es un sector sustentable, pero debemos saber comunicarlo. Estamos comprometidos con la producción de alimentos de forma responsable con el medio ambiente. Los lecheros somos los primeros cuidadores del reservorio del medio ambiente. Trabajamos con animales durante toda la vida y sabemos lo que sucede si no lo hacemos bien. Avanzar en prácticas sostenibles es responsabilidad de toda la sociedad”. 

El Seminario Regional de Producción Ganadera Sostenible en las Américas es organizado por la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), la Federación Panamericana de Lechería (FEPALE), el Consejo de Exportadores Lácteos de Estados Unidos (USDEC), y la Federación de Productores de Leche de Estados Unidos (NMPF), se realiza hoy y mañana en la ciudad de Buenos Aires se reúnen profesionales y referentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Uruguay, México, República Dominicana y Estados Unidos.

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”.