El “Sistema de Identificación Animal del Paraguay” (SIAP) comenzó este mes y abarcaría, a futuro, a toda la ganadería paraguaya. Ya distribuyeron más de 500.000 dispositivos.
“Créase el Sistema de Identificación Animal del Paraguay, cuya finalidad es identificar y registrar animales de diversas especies dentro del país, que entrará en vigencia a partir de la promulgación de la presente ley. La identificación se implementará inicialmente al ganado bovino, pudiendo abarcar a otras especies con potencial productivo, como ovinos, caprinos, equinos, entre otras”, sostiene el primer artículo de la Ley 7221 que le da cuerpo legal a la decisión política.
Las autoridades informaron que el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) será el organismo de aplicación y reglamentación.
“El SIAP es un avance, una apuesta más del sector productivo en pos de posicionar a la carne paraguaya cada vez más en los mejores mercados”, manifestó el secretario general de la Asociación Rural el Paraguay (ARP), Marín Filártiga.
El productor y dirigente sostuvo ante el diario La Nación de Paraguay que al identificar terneros progresivamente, el llegar a la totalidad la implementación dará “una radiografía cualitativa de todo el rodeo”.
Los grandes objetivos de la medida son no solo la detección temprana de enfermedades y su mejor control, sino también el beneficio de acceso a mercados internacionales.
En una primera etapa se aplicará a los terneros nacidos entre el 1 de julio del 2024 y el 30 de junio del 2025. A ese lote de animales se los llama “Carimbo 5”. Y luego de esa etapa inicial la aplicación será gradual.
Para efectivizar la implementación del sistema, el (Senacsa) distribuyó desde comienzos de año 535.720 dispositivos de identificación oficial para bovinos, denominados “DIOBs”.
LA CONTRACARA ARGENTINA
Días atrás la Mesa de Enlace visitó la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Allí se les comunicó a los presidentes de las entidades que la disposición que iba a realizarse a partir de este año, finalmente, se realizaría “a partir de 2026”.
La situación y la manera de la implementación marca una diferencia entre la recepción de los dirigentes argentinos y los paraguayos.
“Eso nos comunicaron, es lo que aparentemente está por definir, decidir y comunicar el secretario”, sostuvo Lucas Magnano, presidente de Coninagro, luego de la reunión que compartió junto a Carlos Castagnani por CRA y Andrea Sarnari por Federación Agraria. En representación de Nicolás Pino, de Sociedad Rural Argentina, acudió Eloisa Frederking.
“Esto le dará un respiro a los productores. Ahora hay que ver los plazos y de qué manera se va a volver a implementar. También hay que decir que cualquier productor que lo quiera hacer, no se le quita el derecho a hacerlo. Porque sí será de forma gradual y luego obligatorio a partir de 2026”, manifestó Castagnani tras el encuentro.
Un equipo de investigación del INTA, del Conicet y de la Universidad de Buenos Aires avanza en el desarrollo de un producto biológico para controlar un hongo que produce micotoxinas que afectan a los granos almacenados. Lo novedoso del proyecto es que permitirá reemplazar o sinergizar la acción de los agroquímicos mediante el uso de…
Millones de toneladas de cereales sufren algún tipo de deterioro por la acción de hongos que ocasionan pérdidas de rendimiento y alteraciones en la calidad de los granos, lo que deriva en graves daños económicos. Entre ellos se encuentra Aspergillus flavus, un hongo filamentoso y saprófito, cuya colonización se produce principalmente en granos de cereales y semillas oleaginosas una vez cosechados.
Esta situación llevó a que un equipo de investigadores integrado por especialistas del INTA —Instituto de Patobiología Veterinaria, Instituto de Suelos e Instituto de Tecnología de Alimentos—, del Instituto de Botánica Darwinion (Conicet/Ancefyn) y de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, se enfoque en la búsqueda de nuevas alternativas.
Así surgió el proyecto que propone el desarrollo de un bioinsumo o fungicida natural originado a partir de un extracto de una planta nativa denominada Peltophorum dubium (conocida comúnmente como Ibirá pitá).
“Los hongos son organismos ubicuos, son capaces de adaptarse y sobrevivir a situaciones de extrema desventaja”, indicó Lucía Di Ciaccio, investigadora del Instituto de Patobiología Veterinaria del INTA-Conicet, y agregó: “El género Aspergillus está presente en el ambiente, en producciones agrícolas y en cultivos y, en condiciones propicias, producen micotoxinas que derivan en enfermedades y en pérdidas económicas”.
“El Aspergillus flavus tiene la capacidad de crecer en diferentes sustratos y bajo una amplia gama de condiciones, pero en especial durante el almacenamiento”, explicó Renée Fortunato, directora del Instituto Darwinion, quien señaló que los granos, una vez cosechados, contienen una abundante carga de esporas provenientes del campo que se mantienen durante el transporte y en el momento de almacenamiento.
“Si las condiciones en el almacenamiento no son las adecuadas, se puede producir el deterioro del grano y formarse micotoxinas, como las denominadas aflatoxinas”, explicó Fortunato. En esa línea, puntualizó que “estas toxinas son conocidas por su alta toxicidad, tanto para humanos como para animales, ya que pueden causar alteraciones funcionales, bioquímicas o morfológicas”.
Por esto, las estrategias de prevención incluyen un estricto control de las condiciones ambientales durante el manejo de la postcosecha y, ocasionalmente, en el uso de sustancias antifúngicas durante períodos críticos en el cultivo y durante el almacenamiento o transporte.
Debido a diferentes factores, solo se dispone de unos pocos agentes antifúngicos, ya sea porque han desarrollado resistencia o por la aparición de hongos llamados reemergentes o también porque son demasiado tóxicos para el huésped y provocan efectos secundarios no deseados. Esta situación llevó a que en las últimas décadas se promuevan diferentes investigaciones destinadas al estudio de extractos de plantas como alternativa para su control.
Así surge el proyecto de investigación del INTA sobre una especie nativa, Peltophorum dubium (nombre común: Ibira pitá). El estudio se enfocó en la caracterización de la especie y los extractos vegetales derivados, como así también en ensayos de evaluación de los extractos vegetales de Peltophorum dubium para controlar hongos productores de micotoxinas, como el Aspegillus flavus en el almacenamiento de granos de cultivos comerciales como el maíz.
“A través de diferentes estudios, pudimos identificar un extracto vegetal que tenía actividad antifúngica frente a Aspergillus flavus”, indicó Di Ciaccio, quien detalló que estudiaron las hojas de este árbol nativo del norte del país, de la familia de las Fabaceae.
“Los datos obtenidos en distintos bioensayos que fueron llevados a cabo de manera in vitro, indican que el extracto tiene actividad antifúngica frente a Aspergillus flavus”, afirmó la investigadora del INTA, y describió que la actividad es más bien del tipo fungistática, ya que inhibe el crecimiento y desarrollo del hongo y que, además, su sitio de acción es predominante en la pared de las células fúngicas.
Por otra parte, Di Ciaccio señaló: “El extracto vegetal tiene la particularidad de conservar su actividad antifúngica, tanto en el material colectado en la zona donde es nativo (región chaqueña) como en el material de zonas donde ha sido introducido (región pampeana), aunque es mucho más promisoria la detectada en el material de donde es nativa”.
Mediante diversas tinciones, se observaron al microscopio óptico cambios en la morfología de las células fúngicas cuando el extracto vegetal está presente, confirmando el efecto. Además, se realizó una caracterización fitoquímica donde se pudo determinar que los flavonoides serían los metabolitos responsables de dicha bioactividad.
“El siguiente paso en la investigación es lograr el desarrollo de un prototipo que pueda ser transferible al sector agroindustrial, en el segmento que se dedica a la postcosecha de granos, área en la cual existe una gran demanda de nuevos productos antifúngicos”, agregó la investigadora.
Además, “se propone fomentar el manejo económico productivo y sustentable del material o recurso vegetal con inclusión social, contemplando a su vez, la conservación de las poblaciones del recurso genético silvestre y su hábitat, lo cual otorga valor a la flora nativa del país y el desarrollo regional”, puntualizó, por su parte, Fortunato.
De acuerdo con Di Ciaccio, “esta propuesta será transferible al sector agroindustrial con implicancias directas e indirectas de beneficios tanto para la salud humana y animal como al medioambiente. El producto podrá utilizarse en forma directa y también, sumar actividades (sinergismo) con otros antifúngicos sintéticos existentes en el mercado”.
“Distribúyese la cantidad de 19.123,754 toneladas de cortes vacunos frescos, refrigerados o congelados sin hueso”, ordena la resolución 11/2025 que lleva la firma del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta.
De este modo, el Gobierno designó qué empresas, y su participación, formarán parte del cupo que la Argentina tiene asignado para exportar carne hacia los Estados Unidos a lo largo de todo el año.
En categoría industria, que abarca casi la totalidad del cupo, siete compañías tendrán una participación que supera el millón de toneladas:
Gorina (1.840 toneladas)
Rioplatense (1.840 toneladas)
Swift Argentina (1.840 toneladas)
Quickfood (1.721,696 toneladas)
Arre Beef (1.641,260 toneladas)
Azul Natural Beef (1.219,739 toneladas)
S.A Importadora y Exportadora (1.006,816 toneladas)
Luego hay 16 compañías que también forman parte del mismo cupo, pero con menores cantidades. El caso mínimo es el de Frigorífico Bustos y Beltrán, con casi 54.000 toneladas.
“Desestímanse las presentaciones efectuadas por Patagonia Meat S.A, para la categoría Industria, Fideicomiso CBA Beef para la categoría Proyectos Conjuntos y Man Agro S.A., para la categoría Postulantes Nuevos, conforme las razones expuestas en los considerandos de la presente medida”, establece la resolución.
En la misma se dispone que “existe un saldo total de 876,246 toneladas que integrarán el “Fondo de Libre Disponibilidad”, de los cuales 721,475 toneladas corresponden a la Categoría Industria y 154,771 toneladas corresponden a la categoría Proyectos Conjuntos”.
“Los adjudicatarios de la categoría Proyectos Conjuntos tendrán un plazo de hasta 60 días corridos desde la entrada en vigor de la presente medida, para ratificar o rectificar el listado de productores originales del Proyecto”, expresa la normativa.
Todas las compañías se encuentran debidamente inscriptas en el RUCA, el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial.
Un trabajo del Ieral analizó un año complejo para la actividad, con un primer semestre en rojo y una segunda mitad que mejoró a partir de una recuperación en el precio del capón. Pero en el conjunto del ejercicio, fueron los peores números desde 2016.
En 2024, la rentabilidad de las granjas porcinas de producción intensiva atravesaron un año con dos momentos bien diferenciados.
Por un lado, un escenario de fuertes pérdidas en el primer semestre y una notable recuperación en la segunda mitad del año.
Si bien la estacionalidad no es algo fuera de lo común en esa actividad, fue llamativa la intensidad de los cambios al momento de medir los márgenes rentables de los productores.
De acuerdo a un trabajo elaborado por Franco Artusso, del Ieral de la Fundación Mediterránea, una granja de productividad media pasó de un margen neto positivo de $ 592 por kilo producido en diciembre de 2023, a uno negativo de $248/kg en junio 2024.
Luego, hacia fines de año el balance fue de $466 positivo. “Las fuertes pérdidas del arranque del año hicieron que el margen promedio de todo el 2024 se posicione como el registro más bajo del período 2016-2023, unos $148 por kilo producido”, estimó Artusso.
Al momento de analizar las razones de esta volatilidad, el rojo del primer semestre del año se explica principalmente por la fuerte caída de los ingresos en términos reales. Entre diciembre 2024 y junio 2024, el capón perdió un 55% de su valor.
En el segundo semestre la situación se invirtió y los márgenes se recuperaron, impulsados por una fuerte recomposición del precio del capón. En el tramo final del año pasado, recuperó un 43%, con precios de granos que se mantuvieron relativamente estables.
Esto permitió abaratar el costo de alimentación, que en la estructura de costos de una granja concentra entre el 60% y 70% del total. “Debe advertirse que la recomposición del segundo semestre partía de valores muy bajos”, reconoció Artusso.
EL IMPACTO DE LA LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA
Otro punto que consideró el informe es la localización geográfica de estas granjas. “En un mercado con excedentes en prácticamente todas las zonas productivas, los precios de las materias primas agrícolas se reducen a medida que la producción se va alejando de los puertos de exportación, en una magnitud aproximada a los costos de transporte”, sostuvo.
Al analizar este tema, el trabajo del Ieral partió dell supuesto que en zonas de fuerte producción agrícola –Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires– una mayor distancia entre la granja y los puertos rosarinos reduce el costo de acceso a las materias primas.
De este modo, remarcó que la localización pasa a ser entonces una ventaja -o desventaja- competitiva de todos los sistemas de producción intensiva, dadas sus implicancias en los márgenes económicos.
En el caso de las granjas porcinas, se estima que establecimientos de eficiencia media localizados a 450 kilómetros del puerto de promediaron un margen neto positivo de $148 por kilo en 2024. En tanto, aquellos establecimientos localizados a 150 kilómetros promediaron $110 por kilo y los emplazados en la cercanía de Rosario $73 por kilo.
“En 2024, las granjas más alejadas del puerto, con mayor descuento implícito en el flete de los granos, promediaron márgenes de $466-432 por kilo producido, mientras que en aquellas emplazadas en Rosario (sin descuento implícito por flete) el margen no llegó a los $400/kg”, concluyó el informe.
Las exportaciones de carne bovina se incrementaron 14% en lo que va del año respecto al 2023. Las ventas resultaron cercanas a las 709,1 mil toneladas peso producto, por un valor aproximado de 2.758,1 millones de dólares, indica un reciente informe del Consorcio ABC.
Las exportaciones del mes de noviembre de 2024 alcanzaron un volumen cercano a las 66,0 mil toneladas peso producto de carne bovina refrigerada y congelada; por un valor del orden de los 260,5 millones de dólares. Con respecto al mes de octubre de 2024, los volúmenes embarcados muestran una caída moderada, del (-5,3%); mientras que el valor obtenido muestra un retroceso del (-6,8%), indica el último reporte del Consorcio ABC.
“Con relación al mes de noviembre de 2023, los volúmenes exportados resultan un (+9,6%) superiores; mientras que el valor obtenido ha sido un (+16,1%) más elevado. El acumulado de los primeros once meses del año 2024, revela que las ventas al exterior de carne bovina refrigerada y congelada resultaron cercanas a las 709,1 mil toneladas peso producto; por un valor de aproximadamente 2.758,1 millones de dólares. Con relación a los primeros once meses de 2023, los volúmenes exportados son un (+14,1%) superiores; mientras que el valor obtenido ha sido un (+8,1%) superior”, sostuvo Mario Ravettino, presidente de la entidad.
Entre otros datos que destaca el reporte, es que el precio promedio de exportación de carne bovina refrigerada y congelada resultó en el mes de noviembre de 2024 de u$s 3.949 por tonelada. Este valor resulta un (-1,6%) inferior al obtenido en octubre último; y sin embargo resulta un (+5,9%) más alto que el precio medio de noviembre de 2023, que había sido de u$s 3.730 por tonelada.
En los últimos años, se observa una persistente tendencia a la baja de los precios en los principales destinos desde el mes de mayo de 2022 en adelante; y los aproximadamente u$s 3.950 dólares promedio por tonelada obtenidos en el mes de noviembre de 2024 se ubican alrededor de u$s 2.350 por tonelada por debajo de los máximos registrados en abril de 2022.
La República Popular China es el principal destino de exportación, tanto para el mes de noviembre como para el acumulado de los primeros once meses del año. En el último mes, se embarcaron con destino a China 16,9 mil toneladas de carne con hueso y huesos bovinos producto de la despostada, por un valor de 26,4 millones de dólares y cerca de 35,1 mil toneladas de carne bovina deshuesada, por un valor de 123,8 millones de dólares.
China representó el 78,8% de los volúmenes exportados en noviembre de 2024; y el 74,0% del acumulado en los primeros once meses el año. El precio medio de las ventas a China de carne sin hueso en noviembre de 2024 se ubicó alrededor de los u$s 3.530 por tonelada, marcando un claro sendero a la baja desde el máximo de u$s 5.900 obtenido en mayo de 2022.
Las exportaciones de menudencias y preparaciones a base de carne bovina del mes de noviembre de 2024 totalizaron un volumen de 13,3 mil toneladas, por un valor de 21,3 millones de dólares. El precio medio de exportación de estos productos se ubicó levemente por debajo de los u$s 1.600 por tonelada, con picos superiores a los u$s 3.130 para el producto lenguas bovinas. En los primeros once meses del año 2024, las ventas de menudencias y preparaciones bovinas treparon a un volumen de 113,4 mil toneladas, por un valor de 182,4 millones de dólares.
“El acumulado de los últimos doce meses de actividad, desde diciembre de 2023 hasta noviembre de 2024, muestran exportaciones totales de carne bovina refrigerada y congelada por un volumen de 770,5 mil toneladas peso producto; y un valor monetario obtenido cercano a 2.985 millones de dólares”, concluyó Ravettino.
Tras un año del cambio de gestión política, el contexto para la producción y los negocios parece ser muy distinto, pero la actividad ganadera aún tiene ítems en la columna de haberes que esperan se puedan solucionar en el transcurso del próximo año.
En un reciente reporte, el Rosgan analizó lo que ha significado este 2024 para el sector, marcado por cambios profundos del nuevo gobierno en las políticas económicas del país.
Si bien entiende que las principales variables de la economía han logrado estabilizarse, señala que el sector productivo en su conjunto aún sufre una muy fuerte presión de costos que erosiona cada vez más los márgenes del negocio, al tiempo que reduce competitividad.
En este sentido, subrayan desde el Rosgan, una de las grandes materias pendientes que se le demanda a la actual gestión es la dilación de las anunciadas reformas laborales y tributarias, tendientes a descomprimir la actual presión que pesa sobre las empresas, en especial sobre las Pymes, componente vital del sector agropecuario argentino.
Pero, más allá de las reformas de fondo requeridas, otro de los grandes componentes de la suba relativa de costos es el atraso cambiario. Sucede que, en estos doce meses de gestión, el dólar exportador se apreció poco más de un 20%, mientras que la inflación en pesos, aunque estabilizándose, fue del 166% interanual. Esto conduce a una revaloración creciente del peso y a la consecuente pérdida de competitividad de las agroexportaciones.
“Particularmente, en lo que respecta al sector ganadero, la situación que atraviesan actualmente los frigoríficos, tanto exportadores como consumeros, enciende un alerta no menor, en cuanto al impacto que esto puede generar hacia atrás sobre toda la cadena comercial. La demanda local sigue muy cauta. En efecto, la reciente suba del 10% a 15% en el precio de la hacienda gorda no se esta pudiendo trasladar a los mostradores, lo que conduce a una reducción de márgenes tanto para matarifes como para abastecedores y carniceros”, explica.
En el Rosgan destacan también que desde el plano externo, el frigorífico exportador tampoco logra encontrar una válvula de escape para descomprimir la actual situación. “Costos operativos crecientes por suba de tarifas y salarios frente a un dólar retrasado, sumado a las retenciones que aun pesan sobre la exportación, configuran un combo sumamente ajustado que tampoco deja margen para absorber esta incipiente recomposición de la hacienda, la cual, en base a las perspectivas de restricción de oferta esperadas para el próximo año, debería consolidarse”.
El efecto Brasil, no contribuye Al actual contexto descripto, el reporte subraya lo que ha sucedido con el efecto de Brasil, cuya devaluación del real mejora notablemente su competitividad regional. “Además, los valores de la hacienda, tras una reciente escalada de precios, comienzan a retroceder. En lo que va de diciembre, los valores de la hacienda en pie retrocedieron cerca de un 10% -contrariamente a lo que sucede en Argentina- a causa de la sobre oferta de ganado para faena”, detalla.
En definitiva, Brasil, transitando un camino literalmente inverso en términos cambiarios y de costos de hacienda, pone aún más en jaque la competitividad de la exportación.
Buscando la eficiencia operativa “Por otra parte, saliendo de la coyuntura actual, queda claro que la competitividad de la industria exportadora, concebida como motor fundamental del resto de la cadena, demanda ineludiblemente reformas estructurales orientadas a una mayor desregulación y reducción de costos que permitan mejorar la competitividad, no tanto por política cambiaria, sino por eficiencia operativa”, señalaron desde el Rosgan, al tiempo que destacan: “El sector ganadero, necesita salir definitivamente de este virtual estancamiento en el que ha estado transitando las últimas décadas, en términos de producción”.
En este sentido, la exportación ha demostrado ser, en la mayoría de los países ganaderos, la vía más genuina para impulsar un crecimiento sostenido del sector.
Basta con observar el crecimiento que experimentó la ganadería de Brasil en los últimos 25 años. Partiendo de niveles de exportaciones similares a los entonces registrados por Argentina, hoy es el primer proveedor mundial de carne vacuna, habiendo multiplicado por 7 su volumen de exportaciones. Esto se logró sobre la base de un crecimiento y mejoramiento sostenido de su stock ganadero, que le permitió atender su mercado interno mientras apostaba fuertemente al desarrollo de la exportación.
En este sentido, desde el Rosgan marcan la necesidad de “no dejar de observar cautelosamente los riesgos asociados a la demora de estas otras tantas reformas pendientes, que permitirían consolidar definitivamente el crecimiento del sector”.