Genética y Reproducción serán ejes de una jornada que se realizará en el marco de la expo TodoLáctea. Especialistas del ámbito local e internacional abordarán las nuevas tendencias en genética lechera y cómo poder mejorar el crecimiento del rodeo.

El miércoles 10 de mayo desde las 14.00 horas se desarrollará en el salón auditorio principal de TodoLáctea, en el predio del CICAE en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe, una Jornada referida a Genética y Reproducción, dirigida a médicos veterinarios, profesionales, estudiantes y productores.

Los principales temas que se desarrollarán estarán anclados bajo el paraguas de las tendencias en genética que se vienen implementando y trabajando a futuro tanto en EE.UU, Oceanía, Europa y Argentina.

Es así que las charlas harán hincapié sobre el aporte de la descripción del genoma de la vaca al desarrollo genético; que novedades hay en líneas de trabajo de la industria (menos emisión de metano, eficiencia de conversión, ahorro de alimento, rasgos de salud); los factores que definen la genética y la posibilidad de cruzar (el cambio climático, el destino de la leche, la longevidad de las vacas, entre otros), los cuales serán abordados por los expertos internacionales Esther Donkersloot, quien revista como genetista de la empresa LIC (Nueva Zelandia) y el Dr. Alfredo Castro, director de ST Genetics para América Latina.

Además, Francisco Larghi, socio fundador de la firma Cowix, disertará sobre qué nos está diciendo el monitoreo de miles de vacas en Argentina y por qué nos cuesta crecer con el rodeo nacional.

Cabe recordar que, con el acceso a la expo TodoLáctea, la participación a las conferencias no tiene cargo adicional.

Para más información sobre la muestra y sus actividades, los interesados pueden ingresar a www.todolactea.com.ar
También en la web ya se pueden adquirir los pases de manera online, lo que le permitirá al asistente hacer más ágil su acceso a la muestra.

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”.