Las retenciones han mostrado claramente que van en contramano con un círculo virtuoso de la producción, ya que lejos de promover un ambiente favorable para el crecimiento del sector agrícola, limita las hectáreas sembradas, ahoga a los productores con márgenes ínfimos o negativos y ponen en peligro la viabilidad de sus actividades y hasta el sostenimiento de sus tierras.
En el caso específico del trigo, el 12% que se deja el Estado en concepto de derechos de exportación estrangula de muerte la rentabilidad de los productores, ya que se suma a una cuenta vampiro de erogaciones que se chupa toda posibilidad de ganancia.
En esa larga lista de costos deben merituarse los gastos de comercialización, semillas, fitosanitarios, fertilizantes, labores, seguros, ellos sin contar el aspecto impositivo presente en todos los eslabones de la cadena. Juntos, sumados a las retenciones, definen un combo explosivo que provocaría una cosecha de quebranto y una consecuente caída en la inversión en tecnología y en la calidad de los cultivos, afectando no sólo a los agricultores, sino también repercutiendo en toda la cadena de valor.
En este análisis no puede obviarse el contexto nacional e internacional. En él deben sopesarse el bajo precio del trigo a nivel mundial, el alto costo de los fertilizantes y la relación de éste con el cultivo, los montos de arrendamiento, entre otros factores que hoy ensombrecen la campaña a punto de iniciarse.
Hoy, todos los estudios serios dan cuenta que, con rindes promedios, la próxima campaña de trigo dejaría a los productores con campo propio -y en el mejor de los casos- con saldos que sólo alcanzarían para cubrir los costos y, para aquellos que siembran en campo arrendado, los números serían definitivamente negativos.
Ante semejante panorama, resulta fundamental reconocer que las retenciones no sólo impactan negativamente en el sector agropecuario, sino que también obstaculizan el desarrollo económico y social de nuestras comunidades rurales. Al desincentivar la producción y la inversión, estas políticas están frenando el crecimiento económico y perpetuando la desigualdad en nuestro país.
Instamos a las autoridades a revisar urgentemente estas políticas y a trabajar en la implementación de medidas que promuevan un ambiente propicio para el desarrollo de la producción triguera, y donde, la eliminación de los derechos de exportación, debiera ser la primera de ellas.
De acuerdo a un trabajo del Ieral de la Fundación Mediterránea, el margen neto promedio para un establecimiento promedio cayó de $ 419 por kilo en diciembre a $31 en marzo. Es uno de los peores registros en nueve años, según los investigadores.
En 2023 y pese a un escenario económico complejo, la producción porcina cerró un año con márgenes rentables a favor.
De acuerdo a un informe elaborado por el Ieral de la Fundación Mediterránea, los muy buenos precios del capón permitieron a los establecimientos de eficiencia media redondear un neto de $ 419 por kilo producido (este valor es para un establecimiento teórico de referencia ubicado en el sur cordobés)
En el primer trimestre del año la foto cambió por completo y el deterioro económico llegó a casi todos los estratos productivos.
Franco Artusso y Martina Abduca -del Ieral- analizaron en detalle las variables económicas y productivas para medir el impacto de los costos en las ganancias de los productores.
Con este fin, tomaron como base un sistema un sistema de producción intensiva de capones de 500 madres, en establecimientos que operan con distintos niveles de eficiencia, tanto en conversión alimenticia como en kilos.
Los grados de eficiencia establecidos en el informe son de 2.563 kg/madre/año (baja); 3.536 kg/madre/año (media) y los más eficientes llegan a 4.116 kg/madre/año.
Otro factor que tuvieron en cuenta fue la localización de las granjas y las diferencias que pueden surgir en los costos a partir del escenario que se presenta al momento de comprar materias primas como cereales y harinas proteicas.
UN BALANCE CON NÚMEROS EN ROJO
A diferencia del año pasado, la ecuación económica en las granjas sufrió una notoria caída. El trabajo del Ieral calculó que el margen pasó de $419 en diciembre a $237 por kilo en enero, $137 en febrero y $31 en marzo.
“Es uno de los peores registros de los últimos nueve años”, advirtieron Artusso y Abduca
Al medir la evolución de los márgenes rentables en planteos de eficiencia alta y baja fueron similares a los de rango medio, aunque difieren los niveles.
Los más elevados pasaron de $577 por kilo en diciembre 2023 a $ 146 / kilo en marzo. A precios constantes de este último mes, representó una pérdida del 75% en términos reales.
En paralelo, los números en establecimientos de baja eficiencia pasaron de $179 por kilo en diciembre 2023 a terreno negativo en febrero, para llegar a pérdidas estimadas de $159 por kilo en el tercer mes de este año.
EL PROBLEMA DE LAS MATERIAS PRIMAS
En los establecimientos relevados para el informe, se tuvo en cuenta que acceden a las materias primas agrícolas a precios menores a los que se pagan en el mercado de Rosario.
“Se supone un funcionamiento normal del mercado, en cuanto a la formación de precios y los valores de los granos a medida que se toma distancia del mercado concentrador, los precios FAS descontados por fletes”, señalaron.
En el trabajo se simuló cómo quedarían los costos medios y los márgenes en granjas que, ya sea porque se localizan muy cerca del mercado concentrador de Rosario o por otros motivos, acceden a las materias primas a precios llenos.
Por el lado de las granjas de eficiencia media, perdieron $19 por kilo producido en marzo 2024. Pero si estos productores debieron pagar entre un 10 y 20% más a los valores FAS de Rosario para abastecerse de materias primas, el rojo osciló entre los $48 a $96 por kilo producido, respectivamente. “Solo granjas que pagaron 10% menos habrían logrado un margen neto positivo”, concluyeron.
El experto en plagas, Néstor Urretabizcaya, encabezó un webinar en el que abordó en profundidad la situación de la chicharrita del maíz. Trazó mitos y verdades sobre este insecto, y dio recomendaciones para la futura campaña.
La teoría del caos o “efecto mariposa”, suele resumirse sencillamente a que el aleteo de una pequeña mariposa en un lado del mundo puede provocar una tormenta en el otro.
En este marco, el Centro de Corredores y Agentes de Bolsa de Buenos Aires organizó un webinar con el experto en plagas en cultivos extensivos, Néstor Urretabizcaya.
Allí, quien es docente de Zoología Agrícola y también de Protección Vegetal en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), analizó durante más de una hora el panorama que se está viviendo con este insecto y trazó una perspectiva de lo que puede suceder efectivamente para la próxima campaña.
Y entre otras cosas, recomendó observar con atención lo logrado con el paso de los años en relación al manejo del “Mal de Río Cuarto”, una enfermedad endémica de Argentina, también transmitida por una especie de chicharrita (Delphacodes kuscheli), pero que hoy prácticamente está erradicada, gracias al trabajo de mejoramiento genético y selección de variedades.
CHICHARRITA DEL MAÍZ: PRESENTE Y FUTURO
“Un verdadero cisne negro para el sector agroindustrial”, fue la forma que eligió el Centro de Corredores para titular esta charla y Urretabizcaya reconoció que es una campaña “absolutamente excepcional”, pero no por los rindes obtenidos, sino porque en 25 años que lleva haciendo monitoreos, nunca se encontró la dinámica poblacional que tuvo la chicharrita del maíz en esta campaña.
En este marco, hizo la primera advertencia sobre ser cuidadosos en las medidas y acciones a tomar: “Cuando aparece un problema sanitario, aparecen recetas mágicas sin previo estudio o con datos que no son contundentes. Es un año excepcional y no hay certezas de que el año próximo sea igual. Por ejemplo, aventurar a decir que la dinámica poblacional será igual dentro de un año es, al menos, deshonesto”, puntualizó el experto.
Desde su punto de vista, un punto clave para comenzar a investigar más en profundidad a la chicharrita en la zona central del país (en el norte, donde es endémica, lo vienen haciendo hace años), es en las próximas semanas cuando ya no quede más maíz por la cosecha y se inicie el frío, para ver cómo la plaga “pasa el invierno”.
“¿A dónde van a ir a parar? No desaparecen mágicamente. Van a buscar plantas que les sean familiares: gramíneas y verdeos de invierno, avena, cebada, centeno, pasturas. En esas no van a producir daño, pero van a sobrevivir. Eso es lo que se puede decir desde la teoría. No hay estudios de que haya afectado hasta ahora a otra planta que no sea el maíz, solo usa esos otros cultivos como refugio, no se alimenta ni reproduce, pero no muere, y apenas empiece a emerger el maíz, atacará de nuevo”, explicó.
Una mala noticia adicional, en este contexto: “La adaptación de las plagas de norte a sur siempre es exitosa”, remarcó.
Cabe recordar que la chicharrita del maíz hace años está presente en el NOA y NEA, pero recién este año se trasladó más al sur de la mano de los intensos calores. Ahora, Urretabizcaya opinó que es muy probable que se adapte perfectamente a inviernos que, además, están en general siendo más benignos.
CHICHARRITA DEL MAÍZ: AJUSTAR LOS MONITOREOS
En este contexto, comenzó a formular sus primeras recomendaciones. La primera: tener cuidado a la hora de la cosecha y que no queden plantas sin levantarse, porque los maíces “guachos” son un refugio ideal para la chicharrita.
“Hay que recorrer tras la cosecha y cortar, picar, levantar, lo que sea, todo; evitar absolutamente la presencia de maíces en invierno”, subrayó.
Luego, se refirió a la importancia fundamental de los monitoreos, aunque recordó que por el diminuto tamaño del insecto, son dificultosos. Además, porque suele posicionarse en el envés de las hojas, lo que complica aún más su detección.
A su vez, repasó: “Solo están y sobrevivien en la epidermis de las hojas: no busquen chicharritas en el rastrojo, en los suelos o dentro de los tejidos vegetales”.
Peor aún es en el caso de los huevos: las chicharritas tienen una morfología que lespermite oviposicionar por debajo de la epidermis, por lo que no se ven a simple vista.
Esto es lo que hace también que cualquier aplicación de insecticidas no tenga sentido en el momento de huevos, porque no les hace contacto el principio activo, y también que una sequía eventualmente no los mata, porque están protegidos desde la etapa embrionaria por la hoja de la planta.
Pero volviendo a los monitoreos, remató: “No sirve un recuento de insectos por planta, no hay umbrales de daño económico en esto. Hay que recorrer y mirar en la base de la planta, desde la emergencia hasta las primeras cuatro hojas, y recorrer semanalmente”.
CHICHARRITA DEL MAÍZ: EL TRATAMIENTO DE SEMILLAS
Ya pensando en el próximo ciclo, Urretabizcaya puso como un aspecto esencial el tratamiento de semillas, como primer paso para intentar algún tipo de control de la plaga, debido a que la misma genera los mayores problemas en los primeros estadios de la planta, hasta V-10, y además resulta casi imposible que aplicaciones foliares tengan éxito para frenarla.
“El curasemilla debe reunir dos consideraciones importantes: la primera, que el producto sea sistémico; es decir, que cuando emerja la plántula, lleve el insecticida con la misma. La segunda, que tenga la mayor residualidad posible. En general, los mejores son los neonicotinoides”, precisó.
Y continuó: “No recomendaría piretroides para este problema, porque el blanco es muy chiquito y prácticamente sin movilidad. Esta plaga está en la parte inferior de la hoja; si el insecticida no toca a los bichitos no los mata; si pongo un producto foliar arriba, no llega”.
CHICHARRITA DEL MAÍZ: MIRANDO AL MAL DE RÍO CUARTO
Por último, la referencia al Mal de Río Cuarto que hizo Urretabizcaya fue hacia la posibilidad de que ya se puedan ir seleccionando aquellos materiales que resistieron mejor a la plaga, para su multiplicación y uso en las próximas campañas.
Como se mencionó, vale recordar que esa enfermedad es transmitida por otro tipo de chicharrita, y por eso es viable pensar que puede encontrarse alguna solución similar.
“El Mal de Río Cuarto fue durante años un problema, hasta que aparecieron materiales con resistencia y que dan seguridad, al punto que en muchas zonas ya no está más. La experiencia recogida con el Mal de Río Cuarto puede servir de base para interpretar qué puede suceder con la chicharrita”, indicó el experto.
Desde su punto de vista, es clave con Dalbulus maidis, “conocer contra quién luchamos, su biología y morfología”, que es lo mismo que sucedió hace 30 años con el Mal de Río Cuarto.
“En base al conocimiento de la biología y tolerancia de resistencia de distintos materiales, logramos después de varias campañas una situación de tranquilidad. La evolución hacia una solución ahora debería ser más rápida, porque tenemos más estrategias agronómicas desarrolladas, mejoramiento genético, biotecnología, procesos de selección a mayor velocidad que hace 30 años; entonces deberíamos lograr respuestas más rápidas”, cerró.
Con una baja superior al 18% en la faena, se trata del peor marzo de los últimos 45 años. Si se toma el primer trimestre del año, se faenaron un total de 3,27 millones de bovinos, lo que representó una caída del 7.8% frente al mismo período del 2023.
La faena del tercer mes del año 2024 se ubicó en aproximadamente 1,054 millones de cabezas de ganado bovino procesadas. Esto implica una leve suba mensual, con respecto a febrero, del (+0,2%), que equivale a unos 2,6 mil animales; y una caída de un (-18,7%) con respecto al mes de marzo de 2023, que equivale a cerca de 242,3 mil cabezas, según datos provistos por el Consorcio ABC.
Con respecto a los primeros tres meses del año 2024, el reporte mensual de ABC destaca que se faenaron 3,27 millones de bovinos; un (-7,8%) menos que los 3,54 millones que se habían faenado entre enero y marzo de 2023. “Las mayores diferencias interanuales en la faena provienen de los machos de dos dientes, que recortaron en 99,2 mil cabezas la faena acumulada en los primeros tres meses del año pasado, los machos de seis dientes, que mostraron una caída interanual de la faena de más de 56,2 mil cabezas, y, por las hembras de ocho y más dientes, cuya faena disminuyó en cerca de 46,7 mil cabezas a la registrada entre enero y marzo del año 2023”, precisaron.
En el mes de marzo de 2024, la faena de hembras se situó en un 47,1% de la faena total, levemente por encima del 46,7% de participación que se había registrado en el mismo mes del año anterior.
Con respecto a los primeros tres meses del corriente año, la faena de hembras alcanza una participación del 46,9% de la faena total, ubicándose moderadamente por encima del registro del 45,9% correspondiente al período enero a marzo de 2023. Sin embargo, en los primeros tres meses del año 2024, se remitieron a faena cerca de 93,8 mil hembras menos que en el mismo periodo del año anterior.
“La producción de carne bovina obtenida en marzo de 2024 resultó cercana a las 238,9 mil toneladas equivalente res con hueso, que implica una caída de un (-0,2%) con respecto al mes de febrero; y una caída de un (-18,7%) con respecto al mes de marzo del año 2023. En los primeros tres meses del año 2024, se produjeron poco más de 745,2 mil toneladas equivalente carcasa; un (-7,6%) menos que las 806,4 mil toneladas obtenidas entre enero y marzo de 2023” sostuvo Mario Ravettino, Presidente del Consorcio ABC.
El peso promedio de las carcasas bovinas correspondiente al tercer mes del corriente año alcanzó los 226,7 kilogramos, siendo un (-0,4%) inferior a los 227,6 kilogramos del último mes de febrero; y resultando levemente inferior, (-0,1%), a los 226,8 kilos de marzo de 2023. El peso medio de las carcasas durante los tres meses que han transcurrido del corriente año se ubicó en 228,1 kilogramos; un (+0,3%) por encima de los 227,5 kilogramos del mismo periodo del año anterior.
El envío suspendido por la UE en 2021, se reabrió tras negociaciones del Senasa, la Secretaría de Bioeconomía y Cancillería.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) comunicó que, luego de tres años, la Argentina volverá a exportar a la Unión Europea (UE) embriones bovinos recolectados “in vivo” desde zonas libres de Fiebre aftosa con vacunación.
Se trata de una operatoria que había sido discontinuada en 2021 debido a que ese año la UE modificó su paquete normativo y estableció que los embriones bovinos recolectados “in vivo” con posterioridad al 21 de abril del 2021 debían proceder exclusivamente de zonas libres de Fiebre aftosa sin vacunación.
Tras los reclamos de Argentina por el cierre de un mercado sin motivo sanitario y las negociaciones de la Secretaría de Bioeconomía, el Senasa y la Consejería Agrícola de la embajada argentina ante la UE, se aprobó el Reglamento de ejecución 351/2024 de la comisión del 17 de enero de 2024 y se modificó la norma Re. UE 403/21.
El reglamento incorpora el nuevo modelo de Certificado Veterinario Internacional (CVI) para la exportación de embriones bovinos obtenidos ‘’in vivo’’ e in vitro con destino a la UE recolectados después del 21 de abril de 2021, identificado como BOV-OOCYTES-EMB-A-ENTRY disponible aqui.
Ese certificado se utiliza para el envío de embriones recolectados in vivo de donantes vacunadas contra la Fiebre aftosa. Cuando se trate de embriones in vitro, éstos deben ser obtenidos exclusivamente de donantes no vacunadas contra esta enfermedad. En ambos casos, se mantiene la exigencia de los años anteriores, que establece que el semen utilizado para la inseminación debe ser importado desde países autorizados por la UE.