Una irrupción de aire polar trae tiempo frío y seco, pero aún sin riesgo de grandes heladas.

Una irrupción de aire polar trae tiempo frío y seco, pero aún sin riesgo de grandes heladas.

El pronóstico semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires marca un escenario de estabilidad en materia de temperaturas y precipitaciones que serían importantes solo en el nordeste del país.

Las lluvias que habían amagado a recuperarse desde el inicio del otoño finalmente no se consolidaron, pero lo que sí ha representado un alivio para los productores es que las temperaturas se mantengan estables e incluso por encima de lo normal.

Más allá de aquella inusual helada que cayó a mediados de febrero y fue otro golpe letal para los cultivos afectados por las olas de calor y la sequía, luego de aquel episodio no hubo otros casos de temperaturas bajas extremas que hubieran sumado una grave complicación extra.

Por el contrario, ya comenzado el mes de mayo, las heladas siguen sin aparecer.

La perspectiva agroclimática de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que abarca desde este jueves hasta el próximo miércoles, marca “tiempo frío y seco, seguido por un débil incremento térmico, acompañado por precipitaciones sobre el nordeste del área agrícola y registros escasos sobre el resto”.

FRÍO, PERO SIN HELADAS

En materia de temperaturas, el pronóstico señala que “debido a la irrupción de aire polar que tuvo lugar en los días precedentes, la perspectiva comenzará con temperaturas mínimas bajas, pero con escaso riesgo de heladas en la mayor parte del área agrícola, a excepción de las áreas serranas y cordilleranas, y el centro del Uruguay”.

Por zonas, la previsión es la siguiente:

  • El este del NOA, la mayor parte de Cuyo, la mayor parte de la Región Pampeana y el este y el oeste del Uruguay observarán temperaturas mínimas superiores a 5°C, con riesgo de heladas localizadas y un foco hacia el norte con valores superiores a 10 y 15°C.
  • El centro del NOA, el centro de Cuyo y el centro-este del Uruguay observarán temperaturas mínimas entre 0 y 5 °C, con riesgo de heladas localizadas.
  • Las áreas serranas y cordilleranas observarán temperaturas mínimas inferiores a 0°C con focos con registros menores con riesgo de heladas generales.

En tanto, luego del paso de este frente frío, “los vientos del trópico regresarán con poca energía, incrementando la temperatura, pero sin superar los registros normales, salvo algunos focos de calor sobre el trópico”, agrega el reporte.

  • La mayor parte del área agrícola argentina y el área agrícola uruguaya observarán temperaturas máximas superiores a 20°C, con un amplio foco con valores superiores a 25 y 30°C, que se ubicará sobre el Paraguay, el nordeste de Formosa y el norte de Misiones, con varios focos con valores inferiores.
  • El centro del NOA y el oeste de Cuyo registrarán temperaturas máximas entre 15 y 20°C.
  • Sólo las zonas serranas del NOA experimentarán máximas inferiores a 15°C.

LLUVIAS

En cuanto a las precipitaciones, el informe subraya que “debido al escaso aporte de humedad atmosférica, las lluvias se mantendrán escasas a nulas en la mayor parte del área agrícola”.

Esta será la tendencia, “a excepción del extremo norte y partes del centro-este, que recibirán registros moderados a abundantes muy irregulares, con posibles focos de tormentas puntuales, al mismo tiempo que la Cordillera y zonas aledañas observarán nevadas”.

  • El nordeste y el sudoeste del NOA, la Región del Chaco, gran parte de la Mesopotamia, la mayor parte del Paraguay y el noroeste de Uruguay observarán precipitaciones moderadas a muy abundantes (10 a 75 milímetros), alternados con focos con valores escasos.
  • El resto del área agrícola argentina y uruguaya observarán precipitaciones escasas a nulas (menos de 10 milímetros).
  • La Cordillera y las zonas aledañas observarán nevadas tempranas.

 

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”. 

El “Niño Indio” también sopla a favor de Argentina

El “Niño Indio” también sopla a favor de Argentina

El Dipolo del Océano Índico se encuentra en fase neutral, pero se prevé que pase a fase positiva en los próximos meses, lo que potenciaría el impacto positivo de El Niño.

La Oficina de Meteorología de Australia (BOM, por su nombre en inglés) publicó un nuevo informe referido a las previsiones en relación al fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), en el que confirmó que la fase actual es neutral, pero que siguen siendo altas las probabilidades de que se desarrolle El Niño durante el segundo semestre.

Esto significa una excelente noticia para la Argentina, ya que El Niño supone lluvias por encima de lo normal que permitirían recuperar niveles de producción tras los fuertes daños provocados por la sequía, al tiempo que para Australia significa un horizonte negativo, porque en esa zona del globo, El Niño provoca déficit de agua y es La Niña la que favorece las precipitaciones.

Según el organismo australiano, que es una referencia a nivel mundial en materia climatológica, todos los modelos internacionales menos uno indican que se alcanzarán o superarán los umbrales de El Niño a partir de julio; mientras que a partir de agosto ninguno duda de que el fenómeno ya estará presente.

De todos modos, la Oficina del país oceánico aclaró que “las perspectivas que se extienden más allá del otoño deben verse con cierta cautela, ya que generalmente tienen una precisión de pronóstico más baja que los pronósticos realizados durante otras épocas del año”.

UNA AYUDA DESDE EL ÍNDICO

En este marco, el BOM también analizó las perspectivas del Dipolo del Océano Índico (IOD), un fenómeno de aumento de temperaturas similar al que sucede en el Océano Pacífico Ecuatorial (y que es lo que provoca El Niño), pero que ocurre en el Océano Índico. Por eso, suele denominársele “El Niño indio”.

Por ahora, el IOD también está en fase neutral, pero “la mayoría de los modelos sugieren que se puede desarrollar un evento IOD positivo en los próximos meses”.

Y resulta que un IOD positivo puede suprimir las lluvias de invierno y primavera en gran parte de Australia, lo que podría exacerbar el efecto de sequía de El Niño. Al contrario, se posiciona como otro viento a favor para la campaña 2023/24 argentina.

Vale recordar al respecto que la sequía que afectó a Argentina en el último ciclo, además del efecto de La Niña, también estuvo influenciada por un IOD negativo; es decir, una “Niña india”.

 

¿QUÉ INTENSIDAD TENDRÁ?

En este marco, el experto en agrometeorología Alfredo Elorriaga, consultor de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), afirmó que las chances de El Niño para la primavera ascienden al 95%, pero que solo sería moderado.

Sucede que la anomalía de la temperatura del Pacífico Ecuatorial Central (ONI) está en -0,4°C, cuando el valor debe ser más alto para pensar en un Niño intenso.

“Los datos actuales indican que el posible Niño será moderado. La proyección de la anomalía para el mes de octubre es de 0,99°C. Para tener un año Niño intenso, tendríamos que tener en octubre un valor cercano a 2°C”, relató.

Como ejemplo, citó que el último año de Niño intenso fue 2015 cuando, en octubre, el valor del ONI fue de 2,4°C, y en junio-julio el indicador ya era de 1,2°C. En noviembre de 1997, otro año Niño intenso, la anomalía llegó a 2,2°C y en junio el índice había alcanzado 1°C.

En cambio, este 2023, la proyección de junio-julio del ONI está entre 0,25 y 0,45°C.

La Niña se debilita, pero deja consecuencias graves

La Niña se debilita, pero deja consecuencias graves

La sequía severa en nuestra región productiva desde el inicio de la campaña agrícola provoca caídas fuertes en las proyecciones de cosecha de maíz y soja. Con un 94% de probabilidades, La Niña volvería a la neutralidad en el trimestre marzo-abril-mayo.

En su informe del 3 de marzo, la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) indicó que en gran parte de la región productiva agrícola del país, la escasez de lluvias durante los meses de verano, combinada con las olas de calor extremo, desecó los suelos y afectó los rendimientos del maíz y la soja. Según estimaciones de la Bolsa de Cereales de BA, las cosechas de maíz y soja estarían 11 y 10 millones de toneladas por debajo de la campaña pasada, respectivamente. Mientras tanto, el pronóstico de El Niño-Oscilación del Sur informa que con un 94% de probabilidades tendría lugar una transición de La Niña hacia condiciones neutrales en el trimestre marzo-abril-mayo.

Según Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, «el último trimestre —verano, si lo consideramos desde el punto de vista meteorológico— presentó anomalías negativas importantes en las precipitaciones en casi todo el país, salvo en el centro de la Patagonia y el norte de Cuyo, con lluvias por encima de los valores normales para la época. A esto hay que sumarle las temperaturas extremas que ocurrieron desde noviembre, con una sucesión de nueve olas de calor hasta al momento de elaborar el informe».

Al respecto, y como ejemplo, Veliz comentó las temperaturas registradas desde principios de febrero en la estación meteorológica automática ubicada en la FAUBA. «El 11 y el 12 de febrero, la temperatura máxima llegó a 38,5 °C, y seis días después ingresó una masa de aire frío que provocó una caída abrupta de las marcas térmicas, con una mínima de 7,9 °C el día 17. Y luego, marzo arrancó con temperaturas elevadas: el día 2, la marca fue 38,8 °C, récord para el mes», afirmó la docente.

La docente hizo hincapié en que las altas temperaturas y las lluvias deficitarias causaron el desecamiento de las reservas de agua útil en los perfiles del suelo justamente en los momentos en que se definieron los rendimientos de la soja y el maíz, los cultivos más importantes de cosecha gruesa. «Los maíces tempranos que ya se comenzaron a recolectar en zonas como el norte de Santa Fe presentan rendimientos muy por debajo de lo esperado, ya que tampoco hubo oportunidad de acumular agua en el suelo durante los meses del invierno, que también resultó extremadamente seco».

Además, Adela agregó que en el caso del maíz, las temperaturas muy elevadas tuvieron un efecto negativo en la viabilidad del polen, lo cual disminuyó la formación de granos.

En cuanto a la sequía, Veliz aseguró que regiones productivas como el NOA, el centro de Santa Fe, la zona núcleo, el centro y norte de Córdoba, Corrientes y el AMBA presentan condiciones de sequía extrema. Esto se puede apreciar en el mapa del Índice de Sequía SEDI, un índice agrometeorológico que considera los déficits hídricos acumulados en los últimos tres meses.

El agua del suelo, heladas y cosecha gruesa
Por otra parte, Liliana Spescha, coautora del informe junto con Adela Veliz, María Elena Fernández Long y Gastón Sosa —docentes de la misma cátedra de la FAUBA—, se refirió a la evolución del almacenaje de agua del suelo en dos situaciones de sequía en localidades la provincia de Buenos Aires. «Tomando el perfil hasta 1 metro de profundidad, en Junín, los niveles de reserva se mantuvieron por debajo del punto de marchitez de manera casi permanente desde el inicio de la campaña».

Liliana agregó que, en cambio, en la localidad de Olavarría, el estado de humedad del suelo se encuentra en condiciones no tan desfavorables, aunque con 50% de agua útil desde principios de año.

«Otra adversidad en febrero fue la helada agrometeorológica —es decir, temperaturas mínimas menores o iguales a 3 °C— que ocurrió el sábado 18 en el oeste de la zona agrícola, particularmente en el este de San Luis, Córdoba, la zona núcleo y en el oeste de Buenos Aires. Los daños a los cultivos van a depender de la fase fenológica en la que estaban, del estado de los lotes, de la cobertura y de su ubicación dentro del paisaje: los sectores bajos serán los más afectados», dijo la docente.

Por lo señalado anteriormente, Spescha advirtió que habrá una disminución muy importante en los volúmenes de maíz y soja producidos en la presente campaña. De acuerdo con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la proyección de cosecha de maíz sería de 41 millones de toneladas, mientras que la de soja sería de 33,5 millones de toneladas. En comparación con la campaña pasada, estas cifras representarían una caída de 11 millones en el caso del maíz y de 10 millones en el caso de la soja.

La Niña y una ansiada neutralidad
Fernández Long, por su parte, comentó que el 20 de febrero, el International Research Institute for Climate and Society —o IRI, por sus siglas en inglés— difundió su pronóstico para el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur. En el mismo anunció que existe un 94% de probabilidades de que tenga lugar una transición hacia condiciones neutrales para el trimestre marzo-abril-mayo.

Además, María Elena resumió los contenidos del pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA. «Para el trimestre otoñal se indican precipitaciones inferiores a las normales en el norte y el centro de la Mesopotamia, en Cuyo y en el norte y centro de la Patagonia. También se espera que sean superiores a lo normal en el noroeste, y valores normales en la Región Chaqueña. Para la Región Pampeana no hay una categoría con mayor probabilidad de ocurrencia, por lo que se recomienda seguir los pronósticos a corto plazo. En estos casos se debe considerar la información estadística del trimestre».

Para concluir, Fernández Long indicó que las temperaturas medias continuarían siendo elevadas y superiores a los valores normales en gran parte del territorio, especialmente en la Mesopotamia y en el oeste de la Región Pampeana.

Córdoba amplía la emergencia agropecuaria, ahora también por la helada estival

Córdoba amplía la emergencia agropecuaria, ahora también por la helada estival

La Comisión Provincial decidió declarar a cuatro zonas en estado de emergencia o desastre por el insólito episodio ocurrido el 18 de febrero pasado.

 

La Comisión de Emergencia Agropecuaria de Córdoba resolvió pedirle al Poder Ejecutivo que declare en emergencia agropecuaria a cuatro zonas de esa provincia que sufrieron fuertes daños por la helada histórica e insólita ocurrida el 18 de febrero pasado.

“En función de los estudios técnicos realizados y aportados por instituciones y entidades integrantes de la Comisión, se acordó proponer la declaración de Estado de Emergencia y/o Desastre Agropecuario para los productores agropecuarios que se vieron afectados por la helada”, indicó el Ministerio de Agricultura y Ganadería cordobés.

Vale recordar que, en esa provincia, hubo pedido de ayuda de productores afectados en la zona de Pampa de Pocho, en Traslasierra, y también se relevaron fuertes pérdidas en establecimientos viñateros de Calamuchita.

LAS ZONAS EN EMERGENCIA

Se delimitaron cuatro polígonos georeferenciados de las zonas afectadas:

  • El primero incluye la zona de Pampa de Pocho, comprendida entre los departamentos Pocho y San Alberto.
  • El segundo, la región norte de Río Cuarto, limitando con Calamuchita, y zonas de influencia de Berrotarán y Elena.
  • El tercero, aledaño a Huinca Renancó.
  • El cuarto alcanza a localidades de San Joaquín, Serrano y Melo, en el noreste del departamento General Roca y sureste de Roque Sáenz Peña.

El período de vigencia propuesto para el estado de Emergencia y/o Desastre Agropecuario es del 1 de marzo al 31 de agosto para las actividades agrícolas, y del 1 de marzo al 29 de febrero de 2024 para las actividades ganaderas, tamberas y apícolas.

En la reunión participaron la secretaria de Ganadería, Catalina Boetto; el director de Agencias Zonales y Desarrollo Territorial, Germán Font, técnicos de la cartera agropecuaria, y representantes de las instituciones integrantes de la Comisión.

Lluvias apaciguaron la ola de calor en gran parte de la región pampeana

Lluvias apaciguaron la ola de calor en gran parte de la región pampeana

En las últimas horas se registraron precipitaciones que tuvieron sus mayores acumulados en el centro y sudeste de Buenos Aires y en el sudoeste de Córdoba. En el resto del país casi no hubo descargas.

Un frente tormentoso que atravesó gran parte del país en las últimas horas dejó algunas refrescantes lluvias que sirvieron para apaciguar otra ola de calor, la octava en lo que va de la temporada.

Según los datos recopilados entre las 9 AM del domingo 12 de febrero y el mismo horario de este lunes 13, los mayores acumulados se registraron en el centro y sudeste de Buenos Aires, y en el sudoeste de Córdoba.

En cambio, en otras zonas muy necesitadas de agua, como el norte de Santa Fe y Corrientes, no hubo aportes significativos.

En el caso particular de Córdoba, la Bolsa de Cereales provincial amplió la información y señaló que hubo acumulados de hasta 47 milímetros en el departamento Río Cuarto, la principal zona maicera de Argentina.

“Estos aportes beneficiarían a los cultivos estivales sembrados de manera tardía que transitan su periodo crítico”, subrayó la entidad cordobesa.

Otros registros de lluvias de las últimas horas se copian a continuación:

 

 

 

 

 

Lluvias en Córdoba acumuladas en Enero.

Lluvias en Córdoba acumuladas en Enero.

Reporte de precipitaciones ENERO
Las precipitaciones acontecidas en los últimos días de enero ayudaron a superar el promedio histórico en varios departamentos. Siguen complicados los del este de la provincia. Los cultivos estivales tardíos se verían beneficiados con estos acumulados.
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