Si analizamos la evolución de los forrajes en los últimos tiempos, realmente podemos afirmar que la actividad, esta demostrando la madurez que se merece a la hora de sumar valor a la actividad ganadera.

De acuerdo a la última información brindada por el INTA Manfredi, Argentina tiene hoy una superficie de Alfalfa de 3,4 millones de has con 870.000 destinadas a henificación y no solo se crece en cantidad sino también en calidad.

Las variedades resistentes a herbicidas que además presenta disminución en el contenido de lignina quiebran un paradigma productivo, además podemos decir que ya existen líneas de trabajo para contar con variedades con menor efecto de empaste, lo que también obliga al sector a replantear los modelos y barreras productivas.

Y las señales del sector son mucho más que buenas, porque los productores demuestran una vez mas responsabilidad productiva. Muestra de ello, por ejemplo, es la reciente creación del Clúster de Alfalfa en la provincia de Córdoba.

Otra excelente muestra de proactividad en el sector, es la incorporación de lotes de Alfalfa en zonas como Formosa, que están entrando a su tercer año productivo, con muy buenos resultados, tanto en pastoreo, como en producción de mega fardos y silaje. Todo esto impensado años atrás, hoy genera un círculo virtuoso, para potenciar zonas que llamamos “marginales” pero que muestran un “margen de crecimiento” que hasta no hace mucho considerábamos difícil de lograr.

En ese mismo campo, este otoño se están sembrando lotes con altas densidades y guiados por pilotos automáticos a los fines de disminuir la distancia entre hileras con el objetivo de determinar qué modelo de siembra será el mas rentable para aplicarlo en los años venideros.

Pero no todo es alfalfa en la ganadería, el maíz está aportando lo suyo. El trabajo en la mejora de variedades, ya nos ofrecen materiales de alta producción de Materia Seca / ha pero con excelente relación grano planta, ofreciendo mucho volumen de un material altamente energético en zonas con regímenes de lluvia bastante modestos.

Todo esto, esta acompañado por la industria del forraje conservado y podemos seguir afirmando que Argentina se encuentra en un claro camino hacia la incorporación de tecnología para la conservación de forrajes, buscando incrementar la eficiencia y ajustar el costo directo más importante como lo es la alimentación en los sistemas de producción de carne y/o Leche.

A pesar de ser un mercado con una oferta limitada en muchos productos de origen extranjero, principalmente afectado en segadoras de gran capacidad y rotoenfardadoras, el mercado comercializó muy buenos volúmenes de unidades en cada segmento, superando a las cifras del 2020 que ya eran buenas, indicando que más allá de la necesidad de algunos productores de poner el beneficio del negocio en capital de trabajo, se sigue afirmando la tendencia de incrementar los niveles de “reservas” en una ganadería que no se ´puede permitir un solo día sin el mayor potencial productivo para defender su eficiencia y rentabilidad.

Fuente: Espacio Forrajero, Ings Agrs Pablo Cattani, Federico Sanchez

 

Evolución de venta de equipos de forrajes en la última década

 

Analizando rubro por rubro, la primera luz verde la encienden las 291 segadoras con acondicionador comercializadas, el cual posiciona al 2021 como el año de mayor venta de la última década, y con un crecimiento interanual del 5% respecto al 2020. Estos datos acompañados de la marcada baja en ventas que continúan sufriendo las hélices corta-hileradoras en el último periodo.

Las segadoras más vendidas son las máquinas de arrastre, de las cuales se vendieron 182 unidades, con preferencia hacia modelos de tiro central, acondicionador de rodillos ya sea de goma o acero, cambio rápido de cuchillas y anchos de entre 3,5 y 4 metros, recordando que los productos que integran este grupo sufrieron una oferta limitada, de lo contrario se hubiese esperado un crecimiento aún mayor.

Dentro del rubro segadora, donde se continúan visibilizando un fuerte incremento de la producción de forraje y sobre todo en economías más regionales, es en el de las segadoras de tres puntos que se utilizan en esos segmentos productivos y que en el último año creció un 53% respecto al período anterior, demostrando que el negocio de forrajes no deja de explorar nuevas zonas productivos y se ofrece como una solución de trabajo a la hora de explorar nuevas alternativas en las explotaciones y regiones de menor escala.

En cuanto a segadoras de alta capacidad, las 12 segadoras autopropulsadas comercializadas (5 menos que en 2020) se justifican por las limitantes a la importación de estas máquinas, pero su volumen se mantiene cercano a su promedio histórico.

8 unidades se comercializaron de las segadoras triples-segadoras montadas en tractores de 250 hp, un equipo que viene creciendo en forma sostenida. 

Pruebas de campo avizoran un gran futuro para estos equipos conformados por un tractor que lleva una segadora 3 puntos en la parte frontal y dos en la parte trasera, y que comparadas con una segadora autopropulsada incrementan el ancho de trabajo de 4,88 m a 8,30 m , duplican la capacidad de corte por hora de 8 a 16 ha, disminuyen en casi 1 litro el consumo horario de gasoil sumado a las ventaja de tener poder utilizar el tractor para otras actividades como siembra o acarreo de tolvas en cosecha.  La limitante aparece en la baja disponibilidad de tractores de esta potencia con TDP y tres puntos delantero.

Un cambio más que positivo mirando la calidad global del forraje que se produce en nuestro país, lo genera el rubro de rastrillos en donde sigue creciendo la participación de los modelos o sistemas de trabajo, llamados “giroscópicos” que, si bien tienen un costo de adquisición sensiblemente superior a los demás sistemas de trabajo, la eficiencia y calidad de trabajo están más que demostradas y quizás esa sea la razón por la que alcanzaron un volumen de 20 unidades, suponiendo que en la medida que haya oferta de este tipo de equipos, la demanda seguirá sostenida.

También es importante mencionar que ya se comercializó la primera unidad de agrupador de hileras de producción nacional, lo que marca un punto de referencia de hasta donde llega el compromiso por la cosecha de forrajes de calidad

Mención aparte merecen las Rotoenfardadoras, las cuales a pesar de sufrir un importante limitante en cuanto a la oferta de producto, se convirtieron en la maquina forrajera de mayor volumen de comercialización.

A pesar de todas las limitantes, el volumen comercializado fue también el más alto de la década, alcanzando 586 unidades, de las cuales con un 74% de unidades de origen nacional y  57% a máquinas de 1,20 m de ancho de cámara respecto a las de 1,56 m. Se consolida el atado a red, el cual ya es ofrecido prácticamente en todos los modelos del mercado, el sistema procesador de fibra y las cámaras con sistema de presión variable.

En referencia a las Megaenfardadoras, destinadas casi en un 98% para producir heno con destino a venta, ya sea interna o para exportar, las ventas cayeron un 23% respecto al 2020. 

Es un mercado que también está muy afectado por la oferta de producto pero que, con un parque activo de 230 máquinas, que vuelcan más de 1 millón de toneladas de heno en formato de megafardos solo se visualizan compras para renovación de equipos de empresas que ya están instaladas en el negocio. 

Se puede decir que, con el contexto actual, donde solo se logra exportar entre 30 mil y 60 mil toneladas anuales de heno, el de las megaenfardadoras es un mercado saturado donde surgen pocos clientes nuevos, y donde las ventas se limitan a usuarios que necesitan renovar un equipo. El futuro, será bueno si se logra incrementar paulatinamente los volúmenes de exportación, seguramente asociado a la producción de megafardos en zonas climáticamente más favorables para lograr en forma estable grandes volúmenes de alfalfa de calidad.

En lo que respecta al mercado de picadoras autopropulsadas, el mercado esta demandante de estos equipos. Este rubro viene con un atraso importante con baja comercialización de equipos en los años 2019 y 2020, y en una situación de mayor ingreso de picadoras (100% importadas origen Europeo), el volumen debería superar las 50 unidades vendidas en el 2021.

La campaña de gruesa que está terminando es buena a muy buena. A pesar de la sequía que afecto a los maíces tempranos picados en enero y a las heladas tempranas que ocurrieron a fines de marzo,  se picó la superficie planificada e incluso un poco más, con rendimientos medianamente buenos.

El hecho que no disminuya la superficie de picado ya es una buena noticia, dado que el alto precio que tiene el grano de maíz, muchas veces influye negativamente en la superficie a picar porque el productor ve más rentable venderlo como gano en lugar de picarlo para silo.

 

Si buscamos entre las causas de esta performance de ventas de los equipos para la confección de forrajes conservados, probablemente se puedan encontrar al igual que sucedió en el resto de los rubros de la maquinaria agrícola, la suba del precio de los granos acompañados con la posibilidad de comprar maquinaria a dólar oficial genera en los fierros una buena alternativa de inversión.

Por otra parte, el incremento del stock bovino nacional, la recría hecha en campos de cría que mejoraron los márgenes del negocio y otros factores productivos, hacen que los forrajes conservados sean cada vez más una herramienta productiva indispensable, dejando atrás el concepto de reservas forrajeras

El forraje conservado, traccionado por el mercado pecuario, marca una tendencia positiva y con un futuro más que promisorio si se trata de incrementar eficiencia y rentabilidad al sector.

 

Fuente: Espacio Forrajero