Este producto, derivado del maíz, ayuda a reducir la huella hídrica ya que permite incrementar el rendimiento, incluso, con menos agua. También cuida el medio ambiente al posibilitar una mayor retención de agua en el suelo, mejora la productividad porque hace más eficiente el uso de los nutrientes y le aporta salud al suelo por su efecto positivo en el microbioma.
“Es sustentable por donde se lo miren”, afirman desde la compañía UPL, creadora de esta nueva tecnología denominada Zeba, que fue anunciada en el marco de la apertura del Congreso Maizar 2022.
Daniel Germinara, Gerente de Biosoluciones de UPL Argentina, se encargó en el marco del evento de dar a conocer detalles de este nuevo producto, que será lanzado este año en Argentina. En principio, informaron, estará disponible para los cultivos de papa, tomate y maní. A los que se sumará en breve ajo, forestales, frutales, y cultivos extensivos.
Zeba es micro-granulado y biodegradable. Se incorpora al suelo junto con la semilla, a la siembra. Son gránulos superabsorbentes con una enorme capacidad de retención de agua: absorbe hasta 400 veces su peso y puede cumplir su ciclo de rehidratación completa hasta 4 veces durante el desarrollo del cultivo. Es capaz de reducir la percolación de agua de riego o de lluvia contribuyendo al suministro de agua a las plantas durante toda su etapa de crecimiento (perdura en el suelo de 4 a 6 meses) al aumentar la capacidad de almacenaje en la zona radicular.
Esta reserva de agua extra que aporta Zeba es aprovechada por el cultivo entre riegos o entre lluvias. De esta manera, se logra que el cultivo tenga más cantidad de agua fácilmente disponible. Esto hace que se retengan nutrientes que se encuentran en la solución del suelo (por ej. nitrógeno), reduciendo la lixiviación de nutrientes móviles que, por el contrario, no podrían ser absorbidos por las plantas.
Además, la mayor humedad captada por Zeba contribuye a la actividad microbiana y al hincharse airea el suelo. Como si fuera poco, no deja ningún tipo de residuo ya que es degradado por los microorganismos del suelo y, por tanto, es amigable con el medio ambiente.
Esta tecnología, única en el mercado, desarrollada y patentada por UPL, ya se comercializa en Brasil, Chile, España, Colombia, y próximamente, también en Argentina. En principio, estará disponible para los cultivos de papa, tomate y maní. A los que se sumará en breve ajo, forestales, frutales, y cultivos extensivos.
Ensayos en papa realizados en Tafí del Valle, Tucumán, dan cuenta de incrementos de rendimiento que van del 87% al 171%, con mayor proporción de papa mediana y grande. Los datos provienen de lotes sembrados con variedad Spunta e irrigados con riego cañón viajero. En Balcarce, Buenos Aires, con variedades Daisy y sistema de riego side roll, con una reducción del 25% de agua aplicada se pudo comprobar un incremento del rendimiento del 38%.
Lo que dejó la apertura del Congreso Maizar 2022
La multiplicidad de productos alimenticios y no alimenticios que contienen maíz, la sustentabilidad de los cultivos de maíz y sorgo, la oportunidad y el papel en la seguridad alimentaria mundial de los países de América, particularmente Estados Unidos, Brasil y la Argentina, y la necesidad de industrializar más fueron los temas centrales del XVI Congreso MAIZAR, donde disertaron el presidente del Congreso y subgerente general de ACA, Víctor Accastello; el presidente de MAIZAR, Pedro Vigneau, y el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez.
Tras celebrar el retorno al formato presencial del Congreso luego de tres años, Accastello explicó el porqué del lema de este año, El maíz siempre está: “El maíz está en el desayuno, el almuerzo, la cena: en la leche, los copos de cereales, el huevo, la carne vacuna, de cerdos y de aves. Del maíz provienen los espesantes para sopas, yogures y helados. Y también los endulzantes para golosinas y bebidas. Las burbujas de las gaseosas son hoy gas de maíz. El alcohol sanitizante es un derivado del maíz. Cada auto naftero de la Argentina tiene en su tanque bioetanol de maíz”, indicó. Y detalló otros usos de este cereal: “El dióxido de carbono que se recupera de la producción de bioetanol, se utiliza en el proceso de extracción del litio, que terminará en la batería de todos nuestros celulares; nuevos usos del maíz están sustituyendo derivados de la industria petroquímica: los bioplásticos para envases de gaseosas, las fibras de poliéster para la industria textil, el ácido poliláctico que se utiliza por ejemplo para inyección de autopartes, son derivados del maíz”. Incluso, dijo que el futuro de “la electromovilidad sustentable tiene al bioetanol de maíz como una opción muy válida”, así como el combustible para aviones, “en pos de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono de este tipo de transportes. El maíz siempre está y será cada vez más protagonista en materia de alimentos, bioenergías y biomateriales”.
Por otra parte, Con un traje hecho en base a maíz, Pedro Vigneau hizo un repaso de los problemas que afectan a la cadena, como los derechos de exportación; la brecha cambiaria; la demora en actualizar la Ley de Semillas de 1973; las alícuotas de importación a fertilizantes; la falta de dólares para los insumos que deben traerse del exterior; los saldos técnicos de IVA; la escasez y aumento de precios del gasoil. Y se refirió, como antes Accastello, al problema de que el 75% del maíz argentino se exporte en grano, sin procesar, cuando en Estados Unidos y Brasil, los otros dos grandes exportadores mundiales, la proporción es casi inversa.
Destacó además el papel del sorgo, que, gracias a la gran demanda china, hoy tiene un muy buen precio internacional que empuja su recuperación, “con un potencial enorme para crecer y expandirse, sobre todo en las dos terceras partes de nuestro territorio que son áridas y semiáridas. Y, probablemente, esto estimule el desarrollo de variedad de proyectos, como los valiosos alimentos sin gluten”.
Por último, el ministro Domínguez dijo que comparte con Accastello y Vigneau que es un desafío de las políticas públicas avanzar en el valor agregado mediante una mayor industrialización, y llevó tranquilidad acerca de la falta de insumos, como el gasoil y los fertilizantes: “Creo que ni la siembra ni la cosecha del segundo semestre están comprometidas”, indicó, y auguró que esta campaña, pese a la sequía, “vamos a tener mejores resultados que los previstos”. Por otro lado, celebró el trabajo de la cadena en materia ambiental: “Cuando la guerra termine, nos va a demandar la trazabilidad de nuestra producción”. Y destacó que “la agenda del Congreso nos mete de lleno en lo que se viene”.
Fuente: https://www.todoagro.com.ar/