El productor de leche argentino pide ayuda a los demás integrantes de la cadena

El productor de leche argentino pide ayuda a los demás integrantes de la cadena

Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) elevó un fuerte reclamo hacia el Gobierno por la situación que están viviendo los tambos por la sequía y el contexto económico del país.

 

La histórica crisis climática que nos viene castigando durante las últimas tres campañas nos ha dejado sin las reservas que quedaban de la campaña 22-23. En la actual, la crisis continúa profundizándose cada día más.

Mientras la producción de leche en el mundo estuvo de fiesta, al productor lechero local sólo lo invitaron a los velorios, y por se llega a esta instancia dramática: sin plata y sin recursos para seguir aguantando.

 

 

Por ende, le pedimos a las autoridades que declaren a los tambos en Desastre Agropecuario: para poder aplicar los pocos recursos que obtengamos a la alimentación de nuestros animales, sin vernos obligados a mal venderlos al magro precio de la necesidad.

Que los Estados nacionales y provinciales no nos sigan sacando si quieren que los tambos sobrevivan hasta que la situación se revierta.

A la industria que nos compra la leche y a quien financiamos con la entrega diaria de nuestra materia prima, le pedimos empatía, ya que sin productores no habrá lácteos que ofrecer. Y son miles los tambos que están en riesgo de desaparecer.

Pensamos que la única opción viable en este desastre es encarar en serio una coordinación entre privados interesados en que la trama láctea se sostenga, y pueda despegar pasada la crisis climática y productiva. Para salir fortalecidos mediante una coordinación comercial mejor de la que teníamos previamente: a grandes problemas, grandes soluciones.

Estamos convencidos de que éstos son los momentos en los que se pone en juego la “visión de cadena” y la “visión de futuro”, ya que no habrá futuro sin presente.

Si bien desde CRA nos ofrecemos como punto de encuentro, estamos a disposición para generar la reunión de los integrantes de la cadena en cualquier otro ámbito, ya que lo importante es que se propicie la participación de todos.

Si bien la relación comercial de la industria con la producción no ha sido hasta ahora la más equitativa, la gravedad de esta crisis puede ser una oportunidad para mejorarla, demostrando que existe interés real en el sostenimiento de sus tamberos. Son momentos bisagra, de barajar y dar de nuevo, y esto no será posible si gran parte de los productores desaparecen o quedan seriamente dañados.

Convocamos también a todos los demás integrantes de la cadena láctea a mostrar empatía con el productor que hoy necesita especial sostén para seguir ordeñando.

 

 

 

 

 

 

Conservación de espacios naturales y menor Huella de carbono en el Gran Chaco

Conservación de espacios naturales y menor Huella de carbono en el Gran Chaco

Avanza el proyecto liderado por Fundación ProYungas, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y Fundación Moisés Bertoni de Paraguay para desarrollar la producción sustentable de 155.000 ha. beneficiarias.

Argentina es el tercer productor de soja del mundo, con una superficie estimada de 16,3 millones de hectáreas para esta campaña 22/23. En la zona del Gran Chaco, esta producción convive con paisajes naturales, importantes aliados en la captura de carbono.

En este contexto, el Land Innovation Fund (LIF) apoya, a través del Financiamiento para Proyectos de Innovación en América del Sur, una iniciativa liderada por Fundación ProYungas, la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) y la Fundación Moisés Bertoni, de Paraguay. 

La misma busca impulsar una cadena de suministro de soja sustentable, libre de deforestación y conversión de vegetación nativa en tres biomas prioritarios en América del Sur: Cerrado, Gran Chaco y Amazonas. 

“Cuando en el sector productivo se hablaba de la producción sustentable, se pensaba como un concepto separado de la conservación de lo natural”, reflexiona Sebastián Malizia, Director Ejecutivo de ProYungas. Lo interesante de este proyecto es que integra el espacio productivo con el silvestre para asegurar la producción de bienes y servicios sustentables, conservando estos últimos de la mano de los mismos productores. Ellos son los protagonistas de la producción y el cuidado de los espacios silvestres.   

Con 28 proyectos en implementación en América del Sur, el Land Innovation Fund fomenta el diseño, desarrollo e implementación de soluciones innovadoras que combinan prácticas agrícolas sostenibles con la conservación y restauración del medio ambiente. “La iniciativa de la Fundación ProYungas, en asociación con Aapresid y la Fundación Moisés Bertoni, refuerza la importancia de incentivar el manejo responsable de los establecimientos agropecuarios, contribuyendo al balance de carbono, a la mitigación del cambio climático y a nuevas oportunidades de negocios, en sinergia con la creciente demanda internacional por una producción agrícola sostenible y libre de deforestación», afirma el director del Fondo, Carlos. E. Quintela.

Un proyecto que responde a las exigencias del mercado mundial

Este proyecto tiene sus bases en la vasta experiencia del Programa Sistema Chacras de Aapresid y el Programa Paisaje Productivo Protegido (PPP) de Fundación ProYungas. Estos impulsan la adopción de buenas prácticas agrícolas para la conservación y restauración de campos del Gran Chaco, así como el resguardo de bosques y pastizales naturales, atendiendo a las oportunidades de un comercio internacional cada vez más exigente en materia de producción agrícola sustentable, libre de deforestación y que contribuya a mitigar el cambio climático.

El proyecto consiste en 3 sitios pilotos seleccionados en Argentina y 2 en Paraguay que abarcan unas 155.000 has y 12 productores. El proyecto contempla el cálculo de la huella de carbono de la actividad productiva, la medición del stock de carbono en la producción y de las áreas silvestres y el monitoreo de biodiversidad en cada uno de los sitios.  

Las primeras acciones del proyecto

Ya en su primera etapa, el proyecto apunta a conocer la situación de base de cada sistema. “Para eso estamos haciendo muestreo de suelos para medir stock inicial de carbono, calcular emisiones y capturas actuales tanto de áreas productivas como espacios silvestres, y en base a ello comparar y calcular el balance de carbono de cada sitio”, explica Andrés Madías, líder de Sistema Chacras de Aapresid. “Esto permitirá proponer acciones en cada situación apuntadas a reducir la huella de carbono generada, pensando a largo plazo en un proyecto de ‘bonos de carbono’ que eventualmente sea comercializable”. 

Otro de los indicadores en marcha es el inventario forestal, que consiste en la recolección de datos de árboles en las áreas naturales. Con ello se podrá evaluar el estado de los bosques y su stock de carbono.

También están trabajando en el monitoreo de biodiversidad con cámaras trampa que detectan la presencia y diversidad de mamíferos para analizar su relación con la captura de carbono de estos ambientes. “A principios de año se instalaron en los sitios de Argentina 18 cámaras trampa”, explican desde ProYungas.

Claves para la producción futura de alimentos y la lucha contra el cambio climático

El proyecto implica la conservación de bosques, pastizales naturales, humedales, y corredores varios. “Cuando nos referimos a conservar no solo hablamos de no transformar estos espacios en lotes agrícolas, sino preservarlos de degradaciones como incendios, tala desmedida o sobrepastoreo”, explican de ProYungas. “Es mantener la vegetación natural y cuidar de la producción poniendo esfuerzos – de parte de productores, empresas y organizaciones – para respaldar que esos espacios tengan la calidad necesaria para garantizar la biodiversidad y la producción de bienes y servicios”, enfatiza Sebastián.

Definitivamente la capacidad de producir más con menor huella ambiental requiere de un abordaje holístico donde el diseño de los sistemas productivos tengan base en todos los aspectos de la sustentabilidad, promoviendo biodiversidad y generando resiliencia frente al cambio climático y otras adversidades.

Este es el fin mayor del proyecto; que los productores empiecen a ver las oportunidades de la conservación y aporten a la misma en sus propios ecosistemas. Y eso implica gestionar prácticas de mejora continua en los espacios productivos, y prácticas de protección en los espacios naturales.

La innovación argentina fue premiada en Uruguay

La innovación argentina fue premiada en Uruguay

Grupo APC recibió el Premio a la Innovación Tecnológica en el marco de Expoactiva que se llevó a cabo en Uruguay la semana pasada.

El Ente Región Centro conformado por las Provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, participó con un stand en la Expoactiva Nacional en la República Oriental del Uruguay que se llevó a cabo del 14 al 18 de marzo en la localidad de Soriano, Uruguay.

 

Grupo APC recibió el Premio a la Innovación Tecnológica, gracias a los soportes desarrollados para la sujeción de tarjetas hidrosensibles y la captación de gotas de las pulverizaciones. Este desarrollo permite tener una mayor precisión en la toma de muestras de las pulverizaciones.

 

El representante del Comité de Evaluación de Innovación de la muestra, Ingeniero Andrés Moller, Director del Instituto Tecnológico Regional Suroeste de la Universidad Tecnológica (UTEC), sostuvo: “La innovación no siempre está asociada con inversión sino que está asociada con lo que es una mejora de un proceso, un producto y un servicio, no siempre está ligado y es proporcional a lo que uno invierte de la innovación que logra y es por eso que el premio que se entrega es para Grupo APC” y agregó que “presentó una solución muy económica, desde el punto de vista de la inversión, pero muy creativa que básicamente está asociada a mejorar la forma en que se logra la medición del impacto de la eficiencia que tiene la aplicación de los fitosanitarios, logrando siempre tener la cinta hidroscópica de frente hacia la aplicación”.

 

De esta manera, Moller resaltó que “se logra la real medición de cuánto se aplica y no sólo se optimiza el producto, sino que, a su vez el productor tiene certeza de cuánto finalmente fue aplicado y no tener un error en la medición que eso traería como consecuencia más costos y a su vez un tema más vinculado al medio ambiente”.

 

Por su parte, Juan Molina, Presidente de Grupo APC, destacó la importancia del premio, ya que es “un reconocimiento al desarrollo y las ideas que el equipo lleva a cabo y las hace realidad”. Además, el Presidente de Grupo APC, agradeció al Ing. Alan McCracken, especialista en pulverizaciones, que actualmente reside en Estados Unidos, “por sus valiosos aportes a este desarrollo”. Para finalizar, Molina destacó: “gracias a la provincia de Entre Ríos y al Ente Región Centro por la invitación a participar de tan importante evento”.

 

Cabe destacar que, Grupo APC tuvo presencia en un espacio del stand, para compartir sobre el Programa APC y los trabajos sobre calidad de las pulverizaciones que viene desarrollando en el país.

 

Durante la muestra, el Embajador Argentino en Uruguay, Alberto Iribarne, recorrió el stand de la empresa entrerriana en donde los técnicos de Grupo APC le mostraron y explicaron cuáles son los productos que fabrican y los objetivos que tiene la compañía de transferir conocimiento sobre calibración con el propósito de mejorar día a día las pulverizaciones tanto terrestres como aéreas en el sector agroindustrial argentino.

 

En la zona núcleo la aplicación aérea bajó más de un 70%

En la zona núcleo la aplicación aérea bajó más de un 70%

La aviación agrícola no es ajena a la crisis de sequía que atraviesa el sector. ¿Cuánto perdieron, qué panorama ven a corto plazo y cuáles son las medidas que debería tomar el Gobierno frente a esta situación?

Hace tres años consecutivos que venimos transitando una sequía, pero durante este último, las inclemencias climáticas azotaron fuertemente a casi toda la región productiva de nuestro país. No solo debido a la seca que hay en gran parte de nuestro territorio sino también a las heladas tempranas que cayeron durante el mes de febrero.

Todo esto hizo que se pierda gran parte de la fina y se pronostica una gruesa muy mala. Los productores agropecuarios se encuentran abrumados ante estas inclemencias climáticas sumado a todas las variables económicas que está padeciendo nuestro país. La cadena de la aviación agrícola no es ajena a estos factores externos ya que es parte de la cadena de la AgroBioIndustria.

Desde la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCa) hablamos con algunos referentes quienes nos contaron cómo ven el panorama, cuáles pueden llegar a ser las consecuencias y qué medidas tendría que tomar el gobierno para paliar esta crisis.

El vicepresidente de FeArCa y aeroaplicador de la zona de La Carlota, Córdoba, Francisco Casajús, contó que “el impacto de la sequía se puede considerar grave, nunca vimos una situación similar en los años que llevamos trabajando. Además del bajo nivel de precipitaciones, lo que más daño produjo a los cultivos fueron las altas temperaturas, sumado a una helada entre medio”. Por otro lado, Casajús sostuvo que “la campaña fue muy tranquila, aunque aún no terminó estimamos un 50 % menos de trabajo”. De esta manera, el aeroaplicador de La Carlota, opinó: “No tengo dudas de que habrá un retraso en la cadena de pagos, refinanciación en muchos casos y esto se va a reflejar a nivel nacional”.

“Los proveedores del sector acusan la merma de ventas drásticamente”, destacó Casajús y opinó: “Un Gobierno Nacional serio debería tener un plan para años como este, teniendo en cuenta la importancia del aporte de nuestro sector. No sólo es la falta de trabajo por sequía, sino que venimos arrastrando problemas de pago en el exterior por falta de dólares”.

Por su parte, el aeroaplicador de la Cámara de Aeroaplicadores de la provincia de Buenos Aires (CAPBA), Alcides Di Piero, contó que “en Chacabuco la sequía afectó en un 100% en el cultivo de trigo, en un 70 % en maíz, en un 50 % en soja de primera y un 95 % en soja de segunda aproximadamente” y agregó que “mi empresa trabajó sólo un 20% con respecto a un año normal”.

Haciendo alusión a las consecuencias que acarreará esta crisis, Di Piero sostuvo que “nos va a afectar muchísimo por la falta de ingresos y por la brecha cambiaría” y agregó que “deberíamos pedir una línea de créditos de muy baja tasa de interés, la eliminación de impuestos por lo menos por un año y que se pueda volver a importar repuestos al dólar oficial”.

El Presidente de FeArCa, Walter Malfatto, contó que “lamentablemente se perdió la cosecha de trigo y la gruesa va a ser muy floja” y resaltó que el Gobierno tiene que devolver las retenciones de cinco años como ayuda al productor ya que durante 21 años nos saquearon”.

Con respecto al trabajo aéreo, en la zona de Bragado bajó muchísimo y “a los proveedores de insumos de aviación agrícola le afecta de lleno”, sostuvo Malfatto y opinó que “en el corto plazo se va a cortar la cadena de pago porque mucha gente no va a poder cubrir lo que adelantó”.

“El aeroaplicador cumple una un rol fundamental en la sociedad, cuando se trata de ayuda, lo hace y es importante en la cadena de alimentos”, resaltó Malfatto y dijo: “El avión cumple una tarea fundamental, solamente se tiene en cuenta cuando hay inundaciones que vienen plagas y el terrestre no puede entrar. Creo que el Gobierno tendría que tener algún plan para los aeroaplicadores como, por ejemplo, combustible subsidiado”.

Por su parte, Mauricio Fargioni, aeroaplicador de la Cámara de Empresas Agroéreas de Santa Fe (CEASFE), contó: “En mi zona de trabajo que está repartida en Santa Fe y Entre Ríos, fue verdaderamente catastrófico, la cosecha de trigo se perdió casi en su totalidad, el maíz y soja vienen muy mal” y agregó que “impactó directamente en las aplicaciones aéreas porque desalienta a los productores a gastar en un cultivo perdido. Nuestro trabajo mermó en más del 70%, verdaderamente creo que esto va a traer consecuencias irreparables en la economía regional y nacional”.

Por otro lado, Fargioni resaltó que “todos los sectores están perjudicados, desde el mecánico o albañil de nuestros pueblos hasta la cadena de insumos y servicios, ya deberíamos tener un plan de gobierno para paliar esta situación, hasta el momento ajeno a esta crisis histórica”.

“Es el momento en donde debemos estar más unidos que nunca y hablo de todo el sector comprometido en la producción de alimentos, para ayudarnos mutuamente a salir de esto”, destacó Fargioni y opinó que “ya hay repercusión internacional, pero desde nuestros administradores no tenemos novedades al respecto, debemos aunar nuestras voces y reclamos para que toda la sociedad esté al tanto de esta crisis”.

Aranceles: más inflación y menos generación de divisas.

Aranceles: más inflación y menos generación de divisas.

El Gobierno nacional implementó nuevamente aranceles para la importación de computadoras portátiles y tablets. Tras casi 6 años sin verse alcanzadas por este tipo de gravamen, durante el pasado martes 14 de marzo se reintrodujo el impuesto con alícuotas del 8% y 16%, de acuerdo al caso.

La medida no resulta aislada, y se da en consonancia con el incremento de las barreras al comercio impuestas a nivel local en los últimos años. Esto deriva en mayores costos afrontados por toda la población en su conjunto, atenta contra la inserción en el resto del mundo del sector productivo y, por consiguiente, disminuye la generación de divisas.

Sin embargo, la medida también tiene impacto en los precios, lo que terminará agravando la situación al ya encontrarse la inflación anual en 3 dígitos, la cifra más elevada de los últimos 30 años.

El impacto en precios: más inflación

En 2017, el gobierno nacional eliminó los aranceles a la importación de estos mismos productos, que en su momento contaban con una alícuota del 35%. Como resultado, de acuerdo a los datos provistos por el Ministerio de Producción de la Nación, los precios de las computadoras disminuyeron en torno al 35% tras el anuncio de la medida.

Más allá de esta experiencia, no resulta sorpresivo que la reintroducción de los aranceles para la importación de notebooks y tablets tenga un impacto negativo en el bolsillo de los consumidores. 

Para contrastar esta intuición, el Gráfico 1 analiza lo ocurrido con los precios de los 10 modelos de notebooks más vendidos en Mercado Libre en las primeras 48 horas desde que fue anunciada la medida.

Todos los modelos aumentaron de precio tras publicarse en el Boletín Oficial el regreso de los aranceles. Pese a que los aumentos de precio fueron de diferente magnitud, en promedio alcanzaron un 37,5%, con incluso máximos de casi 80% en tan solo dos día

 

El impacto en el sector externo: menos generación de divisas

Hoy, Argentina es uno de los países más aislados, con menor penetración en las cadenas globales de valor, y con menos exportaciones de origen local en el mundo. Esta realidad surge del exagerado sesgo proteccionista de la política comercial actual.

Nuestro país se destaca entre los de mayores barreras arancelarias. En la comparación global, Argentina se ubica en la posición 14° del ranking de las alícuotas impositivas más elevadas vigentes sobre las importaciones.

A modo de resumen, el Gráfico 2 compara el nivel de aranceles promedio en 2021 – último dato disponible – para aquellos países sobre los cuales el FMI, la OCDE y la OMC reportan información.

 

Una de las consecuencias directas de implementar este tipo de medidas es que se restringe la inserción del sector productivo local en las cadenas globales de valor. En este sentido, Argentina es uno de los países donde las exportaciones cuentan con menor contenido importado, como se observa en el Gráfico 3.

Pese a que una lectura rápida de este dato podría malinterpretarse como un “éxito” de la política de sustitución de importaciones y un ahorro neto de divisas, los datos muestran que la realidad es la opuesta y dista de ser la deseada.

En la práctica, aranceles elevados implican mayores costos para la adquisición de productos provenientes de otros países. Como resultado directo, las importaciones se ven reducidas, lo que conlleva numerosas consecuencias negativas.

Entre ellas se destaca que, al no poder acceder a recursos más económicos, que permiten incrementar la eficiencia y/o la adopción de tecnologías, el sector privado pierde competitividad frente al resto del mundo.

Así, se ve limitado su crecimiento y desarrollo, mientras se hace más dificultoso colocar la producción a nivel internacional, lo que retroalimenta los efectos negativos de la medida inicial y aísla aún más al país del mundo globalizado.

 

Entre otras causas, esto explica por qué Argentina se convirtió en términos relativos como uno de los países con peor desempeño comercial. El valor agregado a nivel local de las de las exportaciones, más representativo de lo generado por las ventas realizadas al resto del mundo, solo explica un 12,8% del Producto Bruto Interno (PBI).

En la región, Chile prácticamente duplica este ratio (24,7%). En países como Singapur, Luxemburgo o Irlanda el valor agregado a nivel local de sus exportaciones explica más del 60% de su producto, como muestra el Gráfico 4.

Como conclusión, una medida que inicialmente aparenta disminuir la demanda de divisas (al caer las importaciones) termina teniendo el efecto contrario, ya que el país pierde más oportunidades de generarlas al reducirse el volumen de exportaciones y su valor agregado local.

Esto resulta preocupante dado el contexto actual, donde escasean las reservas internacionales del Banco Central, y mientras el desempeño comercial y productivo reflejan la pérdida de competitividad ocurrida en los últimos años.

 

El incremento de los aranceles y otras barreras al comercio conforman un error de la política comercial y económica dado el contexto socioeconómico en el que se encuentra nuestro país.

Como resultado, el incrementado costo de los bienes importados golpea aún más el poder adquisitivo de la población y las empresas por igual. Así, se disminuirá la adopción de tecnología clave para el incremento de la productividad de la mano de obra y los sectores productivos.

Finalmente, la pérdida de competitividad derivada llevará a que se resienta la generación de divisas, variable en la que nuestro país ya se encuentra en una situación crítica.