Se trata de una iniciativa que busca mayor producción y, además, que se haga de manera sostenible.

Mientras los productores argentinos hacen malabares para subsistir y reponerse para una nueva campaña, luego de la feroz sequía, la enorme presión fiscal, retenciones y distorsión en el tipo de cambio, sus pares brasileños están de parabienes tras el anuncio del presidente de ese país, Ignacio Lula da Silva, para el sector agropecuario. El mandatario dijo que su gobierno hará una inversión para el campo de R$364,22 mil millones que, convertido a divisa norteamericana, serían más de US$76.000 millones. Brasil ha mantenido una línea de políticas para la producción más allá de los cambios de gobierno.

En este sentido, el martes pasado, Lula da Silva informó que este “Plan Safra” es “el mayor plan de cultivos de la historia para apoyar la agricultura brasileña hasta 2024 y sería el monto más alto jamás otorgado al sector”.

El propio Lula da Silva señaló en su cuenta de Twitter que será “un aumento de cerca del 27% en comparación con el año pasado, y con incentivos para fortalecer la producción sostenible, los medianos productores y la construcción y renovación de sistemas productivos”.

“El plan nacional de financiación agrícola se considera clave para impulsar la producción y fomentar una relación más estrecha con el sector, que desempeñó un papel fundamental en el crecimiento del PIB del primer trimestre, mejorando las perspectivas de la economía brasileña en las primeras etapas de la administración de Lula”, indicaron.

Según el Ministerio de Agricultura de ese país, el plan para la agroindustria destinaría 186.400 millones de reales a través de tasas de interés controladas, un aumento del 31,2%, con 101.500 millones de reales (+26,1%), subsidiados por el Tesoro. Además, alentarán el fortalecimiento de sistemas de producción ambientalmente sostenibles, mediante la reducción de la tasa de interés para los productores que adopten esas prácticas en 0,5 puntos porcentuales.

Los principales puntos de este plan fueron discutidos el lunes anterior en una reunión entre los ministros de Hacienda, Fernando Haddad; de Agricultura, Carlos Fávaro; de Medio Ambiente, Marina Silva, y; de Desarrollo Agrario, Paulo Teixeira, y miembros del Frente Parlamentario por la Agricultura (FPA).

“Es un plan de cultivo completo, con corte especial, con interés más barato, para quien practica una agricultura ambientalmente sostenible. Queremos ver a Brasil, cada vez más, rompiendo récords de producción, produciendo en escala, pero queremos que vaya al mesa de alimentos sanos de los brasileños y queremos preservar para que Brasil sea un ejemplo para el mundo”, dijo el presidente de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) Edegar Pretto, que participó del anuncio en el Palacio del Planalto.

Otro de los participantes de la reunión, el diputado Arnaldo Jardim (Cidadania-SP), indicó que, además de los recursos para la siembra y comercialización, el sector pide más dinero para el seguro rural y el almacenamiento de granos. Asimismo, elogió la posibilidad de que el gobierno dé tarifas diferenciadas para quienes tengan buenas prácticas ambientales.

En esa línea, el Ministerio de Agricultura también anunció que el plan de financiación consideraría un aumento del 81% en los recursos para la construcción de instalaciones de almacenamiento con capacidades de hasta 6000 toneladas métricas, así como un aumento del 61% para bodegas de mayor capacidad. “El ajuste se produce en respuesta a un déficit de almacenamiento, exacerbado por una cosecha récord de cereales en la última temporada”, indicó la agencia Reuters.

En este contexto, se espera que la cosecha brasileña sea récord. En rigor, las previsiones para el maíz, según la Conab, dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil, son de 125,7 millones de toneladas, un 11% más que la campaña anterior. En soja, en tanto, son de 155,7, millones de toneladas, un 24% más que el ciclo pasado.

Entre 2010 y 2022, además en el vecino país la superficie sembrada con trigo creció un 43,6%, de 2.149.800 a 3.086.200 hectáreas; el rendimiento promedio nacional, un 25%, de 2736 a 3420 kilos por hectárea, y la producción, un 79,4%, de 5.881.600 a 10.554.400 toneladas.

Elcio Bento, analista de la consultora Safras & Mercado, Brasil señaló: “En el ciclo 2023/2024 la producción que estimamos en 12,50 millones de toneladas es inferior al consumo en solo 1,50 millones. En la campaña 2017/2018 el déficit fue de 7,50 millones de toneladas. Esto demuestra que el país se encamina a producir volúmenes acordes con el consumo interno”.