El informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos no dejó grandes novedades que puedan modificar las tendencias de los mercados. Por eso, las miradas van más que nunca hacia el clima.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicó este viernes un nuevo informe mensual de oferta y demanda a nivel mundial.
“Como primera apreciación, no hay datos sorpresivos capaces de influir sobre los precios. Por esa razón, será el clima el que mantenga la atención de los operadores y de los especuladores, en el inicio del siempre volátil mercado climático, que se prolongará hasta bien entrado agosto”, analizó al respecto la consultora Grana.
En la práctica, el organismo cumplió con lo previsto por el mercado para Sudamérica, con mayores cifras de cosecha de granos gruesos para Brasil y menores para la Argentina.
En el caso de nuestro país, el USDA ubicó la producción de soja en 25 millones de toneladas, dos millones de toneladas por debajo de su previsión de mayo y en línea con los 24,74 millones que esperaban los analistas privados.
En el maíz, sucedió algo similar: achicó su cálculo de 37 a 35 millones de toneladas, cuando los privados aguardaban 35,7 millones.
EN ESTADOS UNIDOS
Según Granar, el USDA también estuvo en sintonía con los operadores en cuanto a la ralentización de las exportaciones 2022/2023 en Estados Unidos, razón por la cual se vieron incrementos en las existencias finales de soja y de maíz que, en general, estuvieron dentro de los rangos previstos en la previa de la publicación del trabajo oficial.
Y acerca del trigo estadounidense, cuyos precios hoy están bajo la presión coyuntural de la cosecha del hemisferio Norte, el incremento de la producción 2023/2024, de 45,16 a 45,32 millones de toneladas, no logra sacar el stock final del nivel más bajo desde el ciclo 2007/2008.
“A partir de este nuevo reconocimiento, esperamos seguir creciendo a nivel mundial”, expresó el presidente de Angus, Alfonso Bustillo.
El acuerdo entre la Secretaría de Turismo de la Nación y la Asociación Angus, se firmó en el marco de la 80° Expo Angus de Otoño Indoor. Es una herramienta para la construcción de la identidad argentina en el mundo.
El acuerdo entre la Secretaría de Turismo de la Nación y la Asociación Angus, se firmó en el marco de la 80° Expo Angus de Otoño Indoor. Alfonso Bustillo como presidente lo hizo por el lado de la Asociación; y Yanina Martínez, secretaria de promoción turística de la Nación, por parte del Estado.
También acompañaron la firma del acuerdo, Nadia Zanardi, directora nacional de Marca País; y Martín Giralda, director de competitividad de Marca País.
“A partir de este nuevo reconocimiento, esperamos seguir creciendo a nivel mundial”, expresó el presidente de Angus, Alfonso Bustillo.
“Esperamos seguir creciendo a nivel mundial” “Para nosotros como institución, que seamos reconocidos como Marca País es muy grato y lindo, y que esto sea por nuestra carne certifica es muy importante, ya que la carne argentina, y ahora en particular de la raza Angus, es nuestra nave insignia en el mundo, reconociéndonos a través de ella”, expresó Bustillo.
“Por eso esperamos seguir creciendo a nivel mundial a partir de este nuevo reconocimiento”, apuntó.
En tanto, Martínez, señaló que “para nosotros Angus es una Asociación emblema, con una trayectoria de más de 100 años trabajando en mejorar la calidad de la carne argentina y de sus ejemplares, por lo que este sello distintivo es un aporte más de valor a una entidad que apuesta al desarrollo argentino en la exportación”.
En esa línea de trabajo, destacó que “esta alianza estratégica público-privada es muy importante y un orgullo poder darle hoy la calidad de Marca País, distinción que no se la damos a cualquiera, si no a quienes cuentan con determinados requisitos como cuestiones vinculadas a la sostenibilidad, innovación, generación de puestos de trabajo y trazabilidad de productos, entre otros”.
La Marca País Argentina es una política de Estado que busca posicionar a la Argentina en el contexto internacional mediante sus factores diferenciales, tradiciones, cultura y productos, entre otros segmentos. Es una herramienta de gran utilidad para la construcción de la identidad argentina en el mundo.
Los desafíos que enfrentan las Marcas para ser sostenidas en el tiempo y continuar con sus políticas públicas ponen de manifiesto la necesidad de investir a este proceso de un fuerte desarrollo institucional, a través de alianzas público-privadas. El sector productivo y de servicios, es uno de los segmentos en los cuales la Marca País se posiciona en el mundo, y ahí es donde la carne Angus Certificada, a partir de hoy martes 6 de junio, se incorpora como producto distintivo a nivel nacional.
Una empresa de aviación agrícola que trabaja el 40% del mercado argentino afirma que, por las restricciones a las importaciones, en pocos días se acabará el combustible especial para los aviones a pistón.
Ariel Pérez, titular de la empresa Aerogálvez, afirmó que “debido al faltante de nafta que habrá para los aviones agrícolas, en tan sólo quince días no habrá combustible AVGAS 100LL y UL 91, los dos tipos de aeronaftas importadas que se utilizan para los aviones a pistón”, afirmó.
Desde la Federación Argentina de Cámaras Agroáreas (Fearca), entidad que se solidarizó y adhirió al reclamo de Pérez, señala que el combustible UL91 es de última generación y no emite tetraetilo de plomo, lo cual es ecológica. “En la Argentina somos los únicos que traemos aeronafta”, sostuvo Pérez.
El otro proveedor de este tipo aeronafta es YPF. “A nosotros nos va a faltar porque desde la Secretaría de Comercio no nos aprueban las importaciones”, señaló el Titular de Aerogálvez y resaltó que “ya me encadené tres veces en la Secretaría de Comercio, pero ya no da para más”.
Cabe señalar que la empresa provee combustible para aviones agrícolas desde Salta hasta General Roca y tienen el 40% del mercado. “Ese 40% que nosotros aportamos con logística, financiación para toda la campaña no sabemos cómo se van a reemplazar”, sostuvo el titular de Aerogálvez.
Por otro lado, explicó que “debido a la falta de dólares y siempre priorizando a las empresas estatales, los privados terminamos perdiendo” y agregó que “como es un producto de primera necesidad tendría que ser de licencia automática”.
Un equipo de investigación describió por primera vez la estructura de una proteína del virus que provoca el Mal de Río Cuarto en maíz y busca desentrañar su función.
El Mal de Río Cuarto (MRC) es la enfermedad viral más importante del maíz (Zea mays L.) en la Argentina, debido a que genera importantes pérdidas económicas, ya sea por la disminución de la producción de granos o por la reducción de la biomasa. Por esto, un equipo de investigación –integrado por especialistas del INTA y del Instituto Leloir– colaboró para estudiar la estructura y función de una proteína del virus del Mal de Río Cuarto (MRCV) con el objetivo de diseñar –a futuro– estrategias biotecnológicas antivirales. La investigación fue publicada en la revista internacional mBIO, publicada por la Sociedad Estadounidense de Microbiología.
Mariana del Vas –especialista en virología y biotecnología vegetal del Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular del INTA– junto con su equipo de trabajo busca entender las bases moleculares, bioquímicas y celulares de la replicación viral. En particular, hace más de 10 años su grupo estableció que el MRCV se multiplica en estructuras denominadas viroplasmas o fábricas virales que se forman de manera muy temprana, luego de la infección, y están constituidas principalmente por una proteína viral denominada P9-1.
Ahora, mediante la articulación con un grupo de investigadores del Instituto Leloir, especializados en el análisis de proteínas, y dirigidos por el biólogo estructural Lisandro Otero, resolver la estructura tridimensional de P9-1. “Este estudio básico de un patógeno de gran interés agropecuario nos permitirá contribuir al manejo de la enfermedad desde la biotecnología”, afirmó del Vas.
Luego de un trabajo multidisciplinario de más de cinco años, que sumó el aporte de otros equipos de la Argentina, España y Bélgica, determinaron a escala molecular la versatilidad estructural de la proteína P9-1 y avanzaron en el estudio de sus diferentes propiedades biológicas, necesarias para cumplir su rol durante el ciclo infectivo.
“Logramos determinar con alta precisión la posición que ocupan en el espacio los distintos átomos que conforman a la proteína, lo que hizo posible establecer su estructura tridimensional. De esa manera, pudimos demostrar que adopta dos estados conformacionales en forma de anillo, uno constituido por el arreglo de 10 copias de la proteína (decamérico) y otro por 12 copias (dodecamérico)”, expresó Lisandro Otero, ex integrante del laboratorio de Microbiología e Inmunología que dirige Fernando Goldbaum en la Fundación Instituto Leloir y actual director del Laboratorio de Biología Estructural y Bioinformática del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS-CONICET) de la Universidad Nacional de Río Cuarto, y del área de Biología Estructural del Centro de Rediseño e Ingeniería de Proteínas (CRIP) de la Universidad Nacional de San Martín.
“Pudimos resolver la estructura atómica de P9-1 y determinamos que forma complejos multiméricos, formados por 5 o 6 dímeros, con un poro central”, expresó Gabriela Llauger –bióloga y especialista en virología vegetal– quien es la autora principal del trabajo publicado en la revista.
En este sentido, Llauger explicó que la replicación del genoma del virus del Mal de Río Cuarto y el ensamblado de nuevas partículas virales ocurre en las fábricas virales, formadas mayoritariamente por la proteína P9-1. Este proceso es muy ordenado y requiere de energía en forma de ATP que es provista por la planta. “En este punto, determinamos que, gracias a esta estructura compleja, la proteína se une al ARN -que forma el genoma del virus- y esta unión aumenta su capacidad para utilizar el ATP de la planta y emplear la energía resultante para la multiplicación viral”, indicó.
En cuanto a los principales alcances de la investigación, del Vas subrayó que “estos resultados contribuyen a la comprensión del mecanismo de replicación y empaquetamiento de un virus de gran importancia para el maíz en nuestro país y abren nuevas líneas de investigación para seguir profundizando en el tema”. Y agregó: “Por ser un virus que está presente solo en Argentina, necesitamos estudiarlo para poder diseñar estrategias de manejo de la enfermedad”.
De acuerdo con del Vas, este hallazgo va a permitir, a largo plazo, diseñar estrategias antivirales basadas en, por ejemplo, el uso de nanoanticuerpos de llamas dirigidos a P9-1 que fueron previamente desarrollados por su grupo en colaboración con INCUINTA y cuya patente fue solicitada de manera conjunta por el INTA, el Conicet y la Universidad Libre de Bruselas.
Esfuerzo en equipo Describir la estructura de una proteína viral es un trabajo muy específico, que requiere el uso de equipamiento complejo y de investigadores especializados –de los cuales hay muy pocos en todo el mundo–.
“Para la caracterización estructural de la proteína realizamos un enfoque integral, que requirió el uso de diversas técnicas e involucró la participación de diferentes grupos del país y del extranjero”, señaló Otero, que trabaja desde hace años en la caracterización estructural de proteínas de interés biotecnológico y clínico, y quien recientemente recibió una beca internacional de la Fundación Alexander von Humboldt para investigadores experimentados.
Para la determinación de los secretos mejor guardados de la proteína P9-1, el científico puntualizó que se emplearon cristalografía de rayos X y microscopía electrónica en condiciones criogénicas (cryo-EM), “las técnicas más relevantes a nivel mundial para la resolución estructural de proteínas a nivel atómico”, dijo.
En línea con los pasos a seguir, del Vas y su equipo se proponen utilizar esos nanoanticuerpos para interferir con la estructura y/o función de las fábricas virales. “Vamos a mapear exactamente cuáles son los sitios de unión de algunos de estos nanoanticuerpos a la proteína P9-1, mediante cristalografía”, ejemplificó y destacó la importancia del trabajo interinstitucional y las colaboraciones interdisciplinarias que provean los conocimientos y equipamientos de última generación necesarios para llevar adelante los estudios de este tipo.
En este caso en particular, la investigación estuvo liderada por dos grupos de trabajo: uno dirigido por Lisandro Otero (Fundación Instituto Leloir; actualmente dirige su laboratorio en el Departamento de Biología Molecular, Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS), CONICET-Universidad Nacional de Río Cuarto). Este grupo es especialista en el estudio estructural de proteínas y participa de la Plataforma Argentina de Biología Estructural y Metabolómica (PLABEM). De este grupo participaron Fernando Goldbaum (coautor), Sebastian Klinke (coautor), Gabriela Sycz (coautor) y Marian Laura Cerutti (coautor).
El otro grupo, liderado por Mariana del Vas (IABIMO-CICVyA del INTA) es especialista en el estudio del MRCV. De este grupo participaron Gabriela Llauger (primera autora de este trabajo), Demián Monti (segundo autor de este trabajo) y Sofía Arellano (coautora). La investigación de este grupo se enmarcó en los Programas de Biotecnología y de Protección Vegetal de INTA.
Una herramienta para detectarlo “Para estudiar la incidencia y severidad de cualquier enfermedad de cultivos es necesario contar con un método de diagnóstico confiable, barato y capaz de analizar un gran número de muestras”, indicó la investigadora del INTA quien, en 2022, presentó un kit de diagnóstico del MRCV, único en el mundo, que detecta la presencia del virus en plantas e insectos con una alta especificidad (100 %) y sensibilidad diagnósticas (99,12 %) y agregó que “el uso de este kit nos permitió detectar que el 11 % de las plantas asintomáticas se encontraban infectadas”.
“Al no existir insumos comerciales para diagnosticar al MRCV y, por tratarse de un virus de circulación nacional, consideramos que el desarrollo de este kit era importante para la selección de materiales genéticos con tolerancia o resistencia a la enfermedad. Esperamos que a largo plazo ese desarrollo contribuya a mejorar el manejo de la enfermedad y la previsibilidad de la producción del maíz”, puntualizó la investigadora del INTA.
El kit está diseñado para la detección de un fijivirus basado en nanoanticuerpos de llama ingenierizados y representa una innovación para la industria de producción de semillas y para la realización de estudios epidemiológicos. Este trabajo recibió la Gran distinción INNOVAR en 2021 y el premio CITA a la Innovación en Tecnología Agropecuaria, rubro Protección de los cultivos, genética y nutrición en 2022.
Así lo señaló María Elena Fernández Long, docente de la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en un reciente reporte que elaboró junto a colegas profesionales de la casa de altos estudios.
En un informe elaborado junto a sus colegas Adela Veliz, Gastón Sosa y María Elena Fernández Long -docentes de la misma cátedra de la FAUBA- analizaron las condiciones de los suelos argentinos post evento Niña y profundizaron sobre la actualidad climática de la región productiva, estudiando lo que arrojaron los monitoreos de las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial, uno de los principales indicadores climáticos.
“A mediados de mayo, las temperaturas inferiores a las normales se disiparon, y actualmente están teniendo lugar temperaturas más elevadas en las regiones del Pacífico oriental y central. Y en el Pacífico occidental, los valores se encuentran en el rango neutral para El Niño-Oscilación del Sur, también llamado ENOS”.
En este sentido, la docente de la FAUBA explicó que las variables oceánicas y atmosféricas claves son consistentes con el desarrollo de las condiciones de El Niño. “El mes pasado, el Climatic Prediction Center emitió una alerta de El Niño indicando el inicio de la fase cálida del ENOS. Para el próximo trimestre, entonces, el pronóstico oficial del ENOS que difundió el 11 de mayo el International Research Institute for Climate and Society —o IRI, por sus siglas en inglés— indica que existe una probabilidad del 89% para que se desarrolle un evento Niño”.
Fernández Long también resumió los contenidos del pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA. “Para el trimestre junio, julio y agosto se prevén precipitaciones superiores a los valores normales en la Mesopotamia, gran parte de la Región Pampeana, el sur de Cuyo y la Patagonia. Mientras tanto, en el oeste de la Región Pampeana —es decir, Córdoba y el oeste de Santa Fe—, el centro-norte del país y el sur de la Patagonia, las precipitaciones se encontrarían dentro de sus valores normales”.
La docente afirmó además que las temperaturas medias continuarían siendo superiores a los valores normales en la Mesopotamia, en la Región Pampeana, en el NOA y en Cuyo. En la Patagonia y en el centro-norte del país estarían dentro de los registros normales.