El sexto informe de la red nacional de monitoreo de la chicharrita del maíz marca que la plaga sigue sin aparecer. Pero los expertos insisten en mantener la guardia alta, porque en cualquier momento se puede propagar.
Si fuera por los datos que van arrojando los diferentes informes quincenales elaborados por la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus Maidis, el nombre científico de la “chicharrita del maíz”, la sensación es que la siembra del cereal no debería caer tanto como se pronostica, habida cuenta que la presencia de la plaga es cada vez menor en las diferentes zonas del país.
Sin embargo, desde la Red aclaran que las capturas en trampas cromáticas son solo un indicador de varios a tener en cuenta y sugieren por el momento mantener la guardia alta, implementando un “Manejo Integrado de Plagas más consciente”.
Esto, habida cuenta que la sucesión de lluvias de los últimos días, además de favorecer el desarrollo de los maíces tempranos, probablemente haga brotar maíces “guachos”, y eso es el escenario ideal para que la plaga prolifere.
LA CHICHARRITA DEL MAÍZ, AUSENTE
El último relevamiento de la Red abarcó a 429 localidades de Argentina, distribuidas en las regiones del NOA (75 localidades), NEA (81 localidades), Litoral (33 localidades), Centro Norte (77 localidades) y Centro Sur (163 localidades). En tanto, se siguieron incorporando localidades de Uruguay, hasta totalizar 19.
El estudio detalla, para cada región y localidad, el número de adultos de chicharrita del maíz capturados con trampas cromáticas adhesivas para el período correspondiente entre el 4 y 21 de octubre de 2024.
Para hacer más visible la información, se estableció una escala de tonalidad en la gama de azules el cual va desde el más tenue al más intenso en función de las cantidades de adultos de D. maidis capturados por la trampa.
Como siempre, desde la Red aclaran que los valores detallados no hacen referencia al grado de peligrosidad de esta plaga en las localidades relevadas, y también que las trampas cromáticas adhesivas solo representan una de las metodologías para el monitoreo, debiéndose complementar con otras técnicas para tener una visión holística de la problemática.
Bajo este panorama, lo que muestran las trampas como dato guía es que creció la cantidad de localidades con ausencia del insecto, incluso en regiones donde ya hay maíz 2024/25 implantado, como el Litora, el Centro Norte y el Centro Sur.
Además, “en todas las Regiones, las localidades que registraron captura de D. maidis estuvieron representadas por la categoría más baja (1 a 4 adultos de D. maidis/trampa), salvo el NOA, que tuvo un ligero incremento de localidades correspondiente a la categoría con 5 a 20 adultos”, precisa el reporte.
Otro dato sobresaliente es que, en el NOA, al comparar datos de localidades relevadas en septiembre y octubre del 2023 (San Agustín y Los Altos), con los valores actuales en dichas localidades, se menciona una reducción de más del 90% de los valores de D. maidis en trampas y en plantas de maíz para el período comprendido entre septiembre y la primera quincena de octubre de 2024.
A CUIDAR EL MAÍZ
Desde la visión de los expertos que participan de la Red, “la ocurrencia de factores ambientales y la reducción en la disponibilidad de hospedante (maíz), fueron los principales factores que impactaron negativamente en la supervivencia y desarrollo de D. maidis”.
De todos modos, insisten en no relajarse. “En aquellas zonas donde se ha implantado maíz, es crucial intensificar el monitoreo. Además del uso de trampas cromáticas adhesivas, se debe realizar una inspección directa sobre el cultivo, ya que los adultos de D. maidis que lograron sobrevivir buscarán al maíz como fuente de alimento y multiplicación”, subrayan.
Y agregan: “Enfatizamos que las trampas cromáticas adhesivas y las inspecciones directas sobre el cultivo son herramientas complementarias, permitiendo a partir de su combinación una detección más eficaz de los adultos remanentes de D. maidis”.
Es en este marco que consideran clave tener en cuenta que las precipitaciones registradas en este último periodo podrían favorecer la aparición de “maíces voluntarios”, que actuarían inicialmente como fuente de alimento para las chicharritas que sobrevivieron al invierno, incrementando el riesgo de presencia de instares inmaduros (ninfas) en las próximas semanas, si no se realiza un control adecuado.
Por ello, recomiendan incrementar los monitoreos y llevar a cabo la eliminación y/o control de los maíces voluntarios y del vector en caso de ser necesario.
Otro aspecto fundamental es determinar correctamente si las chicharritas que pueden detectarse son Dalbulus maidis o de otra especie.
“El aumento de las temperaturas durante este último período trajo consigo la aparición de un complejo de chicharritas que incluye diversas especies de cicadélidos, lo que significa que no todas las chicharritas corresponden a D. maidis. Esta diversidad puede complicar la estimación de las cantidades de D. maidis, por lo que es fundamental realizar una identificación taxonómica precisa del vector para evitar sobreestimaciones”, explican.
Como ejemplo, mencionan que en esta última evaluación, muchos de los valores fueron corregidos durante las auditorías debido a identificaciones erróneas de la especie. Por ello, en caso de tener dudas en la identificación, se sugiere recurrir a algún entomólogo referente de la zona para su correcta identificación.
“El cultivo de maíz nos presenta el desafío de implementar un Manejo Integrado de Plagas (MIP) más consciente, donde el monitoreo se convierte en un elemento crítico y estratégico para la toma de decisiones. El MIP para D. maidis implica una combinación de prácticas de monitoreo y control diseñadas para minimizar el impacto en el cultivo de maíz”
Las lluvias de octubre en buena parte de la región pampeana han cambiado el humor de los productores y los sectores vinculados. De una producción de trigo que se veía deteriorar, ahora se cree que 18 millones de toneladas podría ser un piso.
El ingeniero Javier Preciado Patiño analizó el contexto actual de la producción del trigo en la Argentina, en un informe publicado por la Agencia Noticias Argentina.
Destaca que “las estimaciones privadas van desde este volumen (Departamento de Agricultura de los EEUU) hasta 19,5 millones de toneladas, según la Bolsa de Comercio de Rosario. El grueso de la cosecha ocurrirá durante diciembre y de obtenerse estos volúmenes, sería el segundo incremento consecutivo de la producción argentina desde las 12,6 millones de toneladas, de la campaña 2022/23, fuertemente afectada por la sequía de aquella campaña, y las 15,9 millones de toneladas, de la pasada 2023/24”.
Preciado Patiño indica que “en primer término se trata de una buena noticia para los agricultores argentinos que podrán contar con este «puente de plata» financiero, que les genera recursos frescos hasta la próxima recolección del maíz y la soja. A los precios internos actuales, implica que entre US$3.800 y US$4.100 millones ingresen a la economía del productor rural”. Agrega que “al mismo tiempo abren una expectativa muy positiva para la exportación del cereal en el trimestre diciembre, enero y febrero”.
Cabe señalar que la producción argentina se realiza a contraestación de la producción en el Hemisferio Norte, donde Rusia, Ucrania, la Unión Europea, los Estados Unidos y Canadá son los grandes proveedores globales del cereal.
“Tal es así que entre el 40% y el 60% de todo el trigo que exporta la Argentina se embarca en este trimestre. Pasado marzo, van quedando como destino casi excluyente los mercados de proximidad, principalmente Brasil”, apuntó Preciado Patiño.
Considerando que el consumo interno de trigo en todas sus formas ronda las 7,5 millones de toneladas, el saldo exportable de esta campaña rondaría entre 10,5 y 12,0 millones de toneladas. Pero a este saldo habría que adicionarle 2 millones de toneladas, que quedaron sin exportar de las últimas dos campañas, con lo cual potencialmente –importante resaltar lo de potencial porque expresa las posibilidades últimas del país- la Argentina podría proveer al mundo de entre 12,5 y 14,0 Mt de trigo. Un volumen nada despreciable.
Asumiendo que se logre un razonable 50% de embarques para este trimestre, llamado «de oro» por la oportunidad global que tiene, se podrían exportar no menos de 6 millones de toneladas, que a un valor FOB de US$244 como marca el presente, generaría divisas por cerca de US$1.500 millones, divisas que ingresarían en un momento clave para sostener la liquidez de las reservas.
“La clave, por supuesto, estará en la actitud de los productores para vender el trigo. La convergencia de la brecha entre el dólar exportador y el financiero abre una gran oportunidad para que, llegado el caso, el productor pueda resguardar valor en moneda dura. En las próximas semanas estaremos en condiciones de evaluar si realmente la Argentina aprovechará este Trimestre del Oro para el trigo o no”, destacó el ingeniero agrónomo Javier Preciado Patiño quien es director de RIA Consultores y ex subsecretario de Mercados Agropecuarios de la Nación.
Luego de 15 años de investigación, el equipo de mejoramiento vegetal de la Chacra Experimental Integrada Barrow (Ministerio de Desarrollo Agrario-INTA) presentó en Argentina la avena Bonaerense INTA Yapa. Se trata de una variedad con una genética especial, libre de gluten, que se cultiva a campo en condiciones controladas.
Esta avena se utiliza para abastecer la producción de la línea Aveno de Laboratorios Andrómaco. Además, mediante un acuerdo público-privado, lanzaron un programa de agricultura regenerativa para productores, profesionales y jóvenes que busca armonizar la producción agropecuaria con las dinámicas de la naturaleza.
Nutritiva y regeneradora. Con altos contenidos de proteínas, almidón, lípidos y aminoácidos. Así es la avena, un cereal que se destaca por sus propiedades emolientes y antioxidantes, ideal para la industria farmacéutica y cosmética. Para ampliar el alcance de este cultivo, luego de más de 15 años de investigación, el equipo de mejoramiento vegetal de la Chacra Experimental Integrada de Barrow (MDA-INTA) desarrolló una avena libre de gluten.
Mediante una empresa que procesa la avena, el INTA produce y abastece -hace tres años- a Laboratorios Andrómaco de esta avena de genética especial para la elaboración de los productos de la línea Aveno. A su vez, se firmó un acuerdo público-privado entre el INTA, el MDA y Aveno para avanzar en un programa de agricultura regenerativa que promueve la revitalización de los procesos biológicos del suelo y la armonización de la producción agropecuaria con las dinámicas de la naturaleza.
Camila Sartori -gerente de producto de Aveno- subrayó la sinergia público-privada y la consideró “la clave para el éxito”. En esta línea, explicó: “Mientras que el INTA y MDA aportan su conocimiento técnico y experiencia en investigación agrícola, Aveno contribuye con su capacidad de innovación y llegada a los consumidores. Esta colaboración permite que las soluciones desarrolladas tengan un respaldo sólido y acceso a un público más amplio”.
Por su parte, Natalia Carrasco -directora de la Chacra Experimental Integrada Barrow (MDA-INTA)- subrayó: “Cada grano de avena utilizado en los productos de Aveno proviene de una estricta selección por parte de nuestro equipo de mejoradores. Nos aseguramos de eliminar cualquier grano de avena con una genética no apta para celíacos, así como cualquier otro grano o semilla de otras especies”.
Según detalló Carrasco, “luego de más de 15 años de dedicación, el equipo de mejoramiento vegetal y calidad industrial obtuvo una avena con una genética especial, meticulosa y rigurosamente seleccionada a campo. Además, se realizaron estudios específicos que garantizan su total aptitud para celíacos”.
En cuanto al proceso de producción de este cereal, la investigadora del INTA recalcó el compromiso en la Chacra para Aveno: “Nuestra avena se produce mediante la agricultura regenerativa, como estrategia agrícola que se enfoca en conservar y revitalizar los procesos biológicos del suelo”.
Carrasco dio un paso más, y aseguró: “Gracias a nuestro amplio conocimiento y experiencia en investigación para el agro, garantizamos la calidad y la inocuidad de la materia prima en cada paso del proceso productivo del cultivo. Nuestro compromiso con la sostenibilidad se refleja en la calidad de la materia prima que generamos”.
La presentación se realizó en la Chacra Experimental Integrada Barrow y participaron Manuel Martín –vicejefe de Gabinete del MDA–, María Beatriz “Pilu” Giraudo –vicepresidente del INTA–, Roberto Brea –presidente de Andrómaco–, Emiliano Cucciufo –director provincial de Innovación productiva de la cartera agraria bonaerense– y Horacio Berger –director del Centro Regional Buenos Aires Sur del INTA–, entre otros invitados y referentes del sector.
Transparencia, calidad y la inocuidad: lo que buscan los consumidores Sartori aseguró que “los consumidores cada vez más exigen transparencia en las marcas de los productos, por lo que valoran el uso de materiales reciclables y procesos productivos más limpios que promuevan prácticas responsables en el uso de recursos como el agua y la energía”.
Asimismo, desde Aveno especificaron que “más del 70 % de las personas que consideran tener una piel sensible, buscan productos que sumen ingredientes naturales a sus formulaciones con calidad de laboratorio, así que eso nos llevó a concentrarnos en crear productos que respondan a esas necesidades”.
“Descubrimos que podíamos potenciarnos mutuamente lanzando un programa de agricultura regenerativa”, especificó Sartori al tiempo que reconoció que la temática está profundamente alineada con nuestros valores, sino que también es de interés compartido con el INTA. “Nuestro objetivo central es fortalecer y aportar habilidades y competencias a futuros profesionales y consumidores sobre la regeneración de suelos y la producción agropecuaria”.
Una avena con yapa Obtenida por el equipo de mejoramiento vegetal y calidad industrial, Bonaerense INTA Yapa (Avena sativa L.) es una avena con excelente producción de grano, de ciclo intermedio y con altísima calidad para industria de avenas arrolladas entre otros usos, donde se requiere que su peso hectolítrico sea constante y superior a 50 kg/hl.
Posee además un alto contenido de pepita (grano sin cubiertas) que es otra cualidad muy deseada por la industria procesadora de avena.
Tiene buen comportamiento a enfermedades de las hojas como roya de hoja y es moderadamente susceptible a roya de tallo. Bonaerense INTA Yapa es una avena con excepcionales cualidades que combina su excelente calidad para la industria y su posibilidad de obtener productos de consumo y cosmética únicos por ser libre de gluten.
La Re de Manejo de Plagas de Aapresid emitió una nueva alerta roja por Yuyo Colorado resistente al preemergente sulfentrazone, inhibidor de la PPO de la familia de las triazolinonas, en conjunto con herbicidas de las tres familias de ALS y glifosato.
Resistencia a herbicidas en A. palmeri A nivel mundial se han descrito hasta la actualidad 79 biotipos con resistencia a diferentes grupos de herbicidas: Auxinas, ALS, EPSPS, HPPD, PSII y PPO. Para este último modo de acción únicamente se habían reportado a los activos postemergentes fomesafen, lactofen, acifluorfen.
Para el activo sulfentrazone es el primer reporte internacional de resistencia de esta especie, siendo el registro más cercano el de Amaranthus hybridus en Bolivia en el 2005.
En Argentina en 2013 se confirmó en A. palmeri la resistencia a los herbicidas clorimuron, Imazetapir, Diclosulam (Inhibidores de ALS) y en el año 2016 a Glifosato (inhibidores de la EPSPS).
A inicios del año 2024, se evidenciaron fallas de control en Amaranthus palmeri en un área de aproximadamente 150 hectáreas en lotes destinados a soja en la localidad de Los Juríes, en el centro este de la provincia de Santiago del Estero. Se trata de fallas de control con aplicación preemergente de sulfentrazone a la dosis recomendada por el marbete. Ante este hallazgo, se recolectaron semillas del biotipo para ser analizadas por especialistas para evaluar esta sensibilidad en condiciones controladas.
Es importante destacar que esta situación está circunscrita actualmente a un lote específico de la localidad mencionada, ya que no se han evidenciado situaciones similares en áreas cercanas o lotes de la Chacra Bandera Aapresid. Además, A. palmeri no es la especie más dominante de este género en la región, siendo A. hybridus la de mayor presencia. Por ello, es crucial difundir esta información para que los productores de la región y de otras áreas presten atención a esta situación.
Figura 1: ubicación de localidad Los Juríes, Santiago del Estero
El equipo de trabajo conformado por los especialistas Dr. Ing. Agr. Ignacio Dellaferrera (ICIAgro-UNL-CONICET-FCA), Ing. Agr. Eduardo Cortés (Investigador FCA-UNL y consultor privado) e Ing. Agr. Federico Venier (consultor privado) estudió en el laboratorio la población recolectada en Los Juríes (Ap62) y una población conocida como susceptible de Rosario de la Frontera (Salta) (denominada Ap60).
Para comparar la susceptibilidad diferencial entre ambas poblaciones, se realizó un ensayo de dosis respuesta. Se aplicaron 9 dosis crecientes de herbicida (0 a 1400 ml/ha) en macetas con un suelo Argiudol típico. Después de la aplicación, se realizó una lluvia de 20 mm para incorporar el herbicida.
Se cuantificó el número de plantas a los 21 días después de la aplicación, expresando los resultados como porcentajes del testigo no tratado. Los datos se ajustaron a un modelo de regresión logística. Para cada población, se determinaron las dosis de herbicida necesarias para inhibir los nacimientos de las plantas en un 50% (LD50), comparándose entre ellas para obtener el respectivo factor de resistencia.
La aplicación de dosis creciente de Sulfentrazone reduce progresivamente el número de plantas nacidas, existiendo diferencias significativas entre la población sospechada de resistencia (Ap62) y la susceptible (Ap60) respecto de la dosis requerida para reducir este valor en un 50 %. El factor de resistencia calculado fue de 8,8; considerando la reducción en el número de plantas, lo que permitió a los especialistas confirmar la resistencia del biotipo «Ap62» a la aplicación preemergente de sulfentrazone.
Figura 2: curvas de dosis-respuesta de dos biotipos de Amaranthus palmeri al aumento de la dosis de Sulfentrazone.
Las curvas de dosis-respuesta obtenidas indican que la resistencia se encuentra en un estado inicial, comenzando a segregarse. Este es el momento oportuno para implementar tácticas de control preventivas y evitar así el aumento de individuos resistentes en esta población.
Análisis similares para glifosato y los inhibidores de ALS imazetapir, diclosulam y metsulfuron, revelaron que la población en cuestión resultó además resistente a estos herbicidas, para los cuales esta especie ya presentaba resistencias simples.
Asimismo, se realizaron pruebas similares en ambas poblaciones utilizando flumioxazin, un herbicida que comparte el mismo modo de acción que el sulfentrazone, donde el biotipo Ap62 resultó ser susceptible.
Sobre la maleza En Argentina, se han descripto 27 especies del género Amaranthus, siendo Amaranthus hybridus la de mayor importancia y dispersión a nivel nacional. Sin embargo, Amaranthus palmeri, desde hace poco más de una década también se encuentra como maleza problemática. En su área de origen, es común en suelos húmedos y perturbados, sitios excesivamente pastoreados, en pastizales del desierto, bordes de caminos, vías férreas, campos cultivados y pasturas bajo riego.
Amaranthus palmeri presenta algunas características particulares que permiten diferenciarla de otras especies de este género, especialmente de A. hybridus. Estas son:
Inflorescencias terminales largas y poco ramificadas. Inflorescencia terminal alargada, densa, poco ramificada de 10-60 cm de longitud, en general erecta, en especial cuando es joven. Las inflorescencias femeninas poseen brácteas espinosas y producen abundante cantidad de semillas. Por el contrario, las inflorescencias masculinas son suaves.
Mayor tasa de crecimiento. Sistema radicular extenso y profundo y es una especie muy eficiente en el uso del agua.
Patrón de crecimiento del meristema apical agrupado. Las hojas se agrupan en la parte superior, lo que permite captar mayor cantidad de luz, vistas desde arriba se asemeja a la forma de una estrella.
Especie anual, diclino dioica (pies femeninos y masculinos separados) (Figura 2), las restantes especies de Amaranthus conocidas en Argentina son monoicas.
Figura 4: Detalle de flores en individuo masculino y femenino.
Estrategias de manejo El manejo de esta maleza se presenta como especialmente dificultoso debido a la capacidad de manifestar resistencias y a la gran capacidad para dispersarse. Estudios recientes en EE UU determinaron que una planta aislada de Amaranthus palmeri puede llegar a colonizar entre un 95 y 100% del lote en solo 3 años, por lo cual se debe implementar un programa de manejo acorde a disminuir la capacidad de diseminación de esta maleza. Esto exige un plan proactivo que integre prácticas complementarias a las químicas, entre ellas:
Monitoreo frecuente y prolijo, para una precisa identificación en estadios tempranos. Además del monitoreo de banquinas, bordes y otros espacios que podrían albergar poblaciones de la maleza. También el monitoreo por aplicación química, permite detectar tempranamente fallas de control y posibles resistencias.
Rotación de cultivos, para interrumpir el ciclo de la maleza y rotar herbicidas con diferentes mecanismos de acción y los momentos en los cuales estos se aplican. El uso de alternativas de cultivos tolerantes a herbicidas también facilita este fin.
Siembra de cultivos de servicios, contribuye a suprimir las emergencias de manera significativa al disminuir la temperatura, la alternancia térmica y la cantidad de luz que llega al suelo. Facilita a su vez el manejo, concentrando el flujo de emergencia de la maleza.
La implementación de cultivos con arreglos espaciales competitivos, como espaciamientos estrechos y selección de materiales con mayor aptitud competitiva.
La extracción de plantas aisladas en forma manual-mecánica antes de que las semillas alcancen la madurez es muy importante, para eliminar posibles escapes y dispersiones.
Limpieza de la maquinaria agrícola, especialmente si provienen de lotes enmalezados y antes de ingresar a un lote limpio. Evitar la cosecha de manchones con elevada densidad o hacerlo al final.
Control químico La probabilidad de éxito en el control químico está relacionado con la oportunidad o momento de realización de los tratamientos.
Las prácticas de control deben comenzar luego de la cosecha del cultivo estival ya que en ese momento, se pueden encontrar plantas jóvenes que acortan su ciclo alcanzando el estado reproductivo con tamaños pequeños, capaces de producir semillas viables. Por lo que deben ser eliminadas por medios manuales o a través de tratamientos con herbicidas. En este caso, utilizar glifosato en mezcla con hormonales (2,4-D, dicamba o picloram) y PPO quemantes (carfentrazone, piraflufen o saflufenacil) resulta una buena estrategia; es importante recordar que aunque existan poblaciones con resistencia o baja sensibilidad a cada uno de los activos por separado, la mezcla de los tres sigue teniendo un control efectivo. La utilización del doble golpe con paraquat luego de los herbicidas anteriores también puede mejorar el resultado final.
En la primavera (octubre a diciembre) pueden registrarse nuevas emergencias que también deben ser eliminadas tempranamente. Aquí se puede realizar similar tratamiento que se mencionó anteriormente para el barbecho. Pero más allá de esta aplicación – y debido a la elevada producción de semillas, germinación superficial y continua durante la primavera y verano que presenta esta especie -, el manejo se debe centrar en bajar el banco de semillas del suelo, por lo cual la utilización de herbicidas preemergentes o con acción residual y con un mecanismo de acción diferente a los inhibidores de ALS, debe incluirse sí o sí en el programa de manejo.
Dependiendo del cultivo a sembrar, zona de producción (para evitar problemas de fitotoxicidad) y fecha de siembra, es posible utilizar en soja Metribuzin, Diflufenican, S-metolaclor, Terbutilazina, Flumioxazin, Pendimetalin, Piroxasulfone, etc. Para el caso del maíz se puede utilizar Acetoclor, S-metolaclor, Piroxasulfone, Isoxaflutole, Amicarbazone, Terbutilazina, Biciclopirone, Flumioxazin.
Las combinaciones de estos activos con diferentes mecanismos de acción y/o la aplicación secuencial de los mismos, dentro de un breve intervalo de tiempo, en general tienen un mayor impacto y pueden extender el período de protección, contribuyendo a prevenir la evolución de resistencia.
Las aplicaciones de postemergencia deben ser complementarias a las prácticas culturales y a los tratamientos residuales.
Para el cultivo de soja, las opciones disponibles con mecanismos de acción diferentes al glifosato y a los inhibidores de ALS, son relativamente pocas y comprenden el fomesafen y lactofen, solos o en mezcla con benazolin o cloroacetamidas recordando que en algunos casos, existen poblaciones poco sensibles o resistentes a los herbicidas inhibidores de PPO en post emergencia. Para tener éxito en estos tratamientos la maleza tiene que ser muy pequeña y estar en buenas condiciones hídricas, puesto que estos herbicidas son regulares en su eficacia. Para el caso del maíz los herbicidas inhibidores de la síntesis de pigmentos (HPPD) como mesotrione, tembotrione, tolpyralate o topramezone, en mezclas con inhibidores del fotosistema II como atrazina son excelentes opciones. En cultivos con tecnología Enlist, el glufosinato de amonio (inhibidores de la síntesis de aminoácidos) en mezcla con 2,4D asegura un excelente control.
¿Qué podría pasar a continuación? En Argentina, se observa una marcada tendencia hacia el uso rutinario de herbicidas de alta eficacia y facilidad de aplicación, lo que incrementa la probabilidad de aumentar la frecuencia de biotipos resistentes. En particular, los herbicidas inhibidores de PPO se están utilizando con gran intensidad y frecuencia, lo que probablemente ha ocasionado la selección de este biotipo con resistencia múltiple.
Este hallazgo se limita a un lote específico de la localidad, sin evidencias similares en áreas cercanas, por este motivo es esencial compartir esta información para que los productores revisen sus lotes después de la aplicación e identifiquen escapes tempranos, para evitar que la resistencia se propague.
Además, el sulfentrazone continúa siendo de alta utilidad en el control de A. palmeri y de Amaranthus hybridus, siendo esta última la especie de este género de mayor dispersión en el país. Por lo tanto, es esencial cuidar su uso para mantener su eficacia el mayor tiempo posible. Esto se logra mediante la implementación de las prácticas de control mencionadas, de manera conjunta y planificada, ya que aplicadas de forma aislada tienen un impacto relativo.
Especialistas afirman que la brecha productiva en el cultivo llega a casi 4.000 kilos adicionales por hectárea en promedio país a la hora de considerar la fertilización. “Es posible alcanzar una renta del 40% en 6 meses, lo que representa un retorno de inversión del 80% anual en dólares”; señalaron desde Fertilizar.
En Argentina, la producción de maíz alcanza solo el 53% del rendimiento potencial, y la principal razón es el bajo nivel de aplicación de nutrientes. Ante este escenario, desde Fertilizar Asociación Civil mostraron cual es el costo-beneficio para la campaña 2024-25 de la fertilización del cultivo, y cómo la inversión asegura el retorno económico.
La gerente ejecutiva de la entidad, María Fernanda González Sanjuan, destacó la importancia de la inversión en fertilizantes a pesar de los altos costos asociados, dado que el potencial de rinde para el maíz podría alcanzar hasta 11.500 kilos por hectárea en el promedio país. Sin embargo, el rendimiento promedio actual es de apenas 7.600 kg/ha, lo que representa una brecha del 34% del rendimiento alcanzable, según datos validados por el trabajo publicado recientemente de Brechas de Nutrientes, del cual la institución formó parte.
Esta pérdida de rendimientos, según González Sanjuan, se debe en gran medida a una insuficiencia en la aplicación de nutrientes esenciales. En números promedio país, la brecha de nutrientes a cubrir está en 50% de deficiencia de nitrógeno; 61% en fósforo y 81% en azufre.
“Estamos hablando de una brecha productiva que podría representar casi 4.000 kilos adicionales por hectárea en promedio país. Al aplicar este aumento en las actuales 6 a 7 millones de hectáreas cultivadas, el impacto sería realmente de gran impacto en las toneladas producidas”, describió en una conferencia a la prensa brindada recientemente.
María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de Fertilizar AC
González Sanjuan explicó la conveniencia de invertir en fertilizantes considerando la relación insumo-producto que determina cuántos kilos de maíz se necesitan para comprar un kilo de fertilizante y cuántos kilos adicionales de grano produce ese fertilizante adicional:
Para el caso del nitrógeno (N), enumeró que se necesitan 7 kilos de maíz para adquirir un kilo de este nutriente. Ese kilogramo de N genera entre 15 y 25 kilos de maíz: esto significa que después de cubrir el costo del insumo (7 kilos) quedan entre 8 y 18 kilos adicionales de ganancia: un balance positivo que justifica la inversión.
En el caso del fósforo: se requieren, a los precios actuales, 22 kilos de maíz para cubrir 1 kg de este nutriente, pero genera entre 25 y 65 kilos de grano. Entonces, aun así, el fertilizante sigue aportando un retorno significativo en forma de mayor rendimiento.
El azufre demanda también 7 kilos de maíz para ser adquirido y puede generar entre 45 y 95 kilos de grano. La ganancia es aún mayor. “Fertilizar es una buena inversión”, aseveró la ejecutiva de Fertilizar AC.
Indicó además que la tecnología de fertilización no solo se paga a sí misma, sino que también es la que garantiza el rendimiento y la estabilidad de la producción a lo largo del tiempo. Al día de hoy, si calculamos la inversión en dólares que requiere un manejo adecuado de fertilizantes versus los ingresos adicionales que genera en granos cosechados, tenemos una renta del 40% en 6 meses.
Esto representa un retorno de la inversión en fertilizantes equivalente al 80% anual en dólares. “Es fundamental que los productores evalúen cuidadosamente la tecnología de fertilización y busquen asesoramiento profesional para maximizar su inversión y rendimiento”, afirmó.
La importancia del manejo La Ing. Agr. Cecilia Cerliani, de la Universidad Nacional de Río Cuarto, abordó tras las palabras de Sanjuan, el manejo nutricional del maíz, subrayando cómo una adecuada nutrición puede cerrar la brecha entre el rendimiento actual y el potencial máximo del cultivo.
Cerliani destacó que, en el departamento de Río Cuarto, el rendimiento promedio de maíz es de 5.800 kilos por hectárea, pero que existe el potencial de alcanzar bajo riego los 19.000 kg/ha, en condiciones hídricas y nutricionales no limitantes, lo que revela una brecha significativa de 13000 kilos/ha, entendida en parte por la deficiencia hídrica y en otra parte por la nutrición del suelo: las investigaciones mostraron que las dosis promedio de nutrientes aplicadas por los productores son insuficientes, con brechas importantes en nitrógeno, fósforo, azufre y zinc.
La especialista enfatizó la importancia de un manejo nutricional basado en las «4R» (del inglés Right: Correcta): Fuente Correcta, Dosis Correcta, Momento Correcto, y Forma Correcta.
En tanto, dijo que, para lograr una nutrición adecuada, “es esencial” comenzar con un diagnóstico preciso mediante análisis de suelo. “Encarar un manejo sin realizar estos análisis dificulta una aplicación eficiente de los nutrientes”, apuntó.
A la hora de las recomendaciones de aplicación, Cerliani detalló que si el análisis de fósforo en el suelo, muestra niveles inferiores a 15-18 ppm (partes por millón) hay una altísima chance de respuesta y por lo tanto se requiere el agregado de este nutriente. En cuanto al nitrógeno, la dosis óptima varía según el rendimiento esperado del cultivo y las condiciones climáticas, siendo menor en años secos y mayor en años húmedos.
La ingeniera también abordó el impacto económico de diferentes fuentes de nutrientes. Los ensayos mostraron que la aplicación balanceada no solo incrementa el rendimiento del maíz, sino que también resulta más rentable a largo plazo, a pesar de su costo inicial más alto. Además, enfatizó en que la aplicación de estas estrategias a lo largo del tiempo, le dan estabilidad al sistema productivo.
Cerliani presentó datos que indican que la aplicación balanceada de nutrientes puede mejorar el margen bruto hasta en 48 dólares por hectárea, comparado con estrategias menos completas.
Asimismo, enfatizó en la correcta aplicación de los fertilizantes. En este sentido, mostró algunos resultados que indican que, la aplicación de fertilizante nitrogenado en estadios avanzados puede aumentar la eficiencia y el rendimiento, con respecto a aplicaciones al voleo de urea o a la siembra incorporada.
El mensaje de elevación del proyecto de Presupuesto 2025 incluye un apartado en el que se analizan los riesgos fiscales: una sequía parece ser uno de los mayores temores de la administración de Milei.
El mensaje de elevación del Presupuesto 2025 contiene 135 páginas que intentan ser un resumen de la totalidad del proyecto de Ley que son miles de folios para analizar, con millones de números para considerar.
Entre ellas, sorprendió la inclusión de un apartado denominado “riesgos fiscales”, en el que el Gobierno analiza qué eventos o factores pueden generar desvíos entre la trayectoria efectivamente observada de las variables fiscales y las proyecciones efectuadas para un período, pudiendo impactar significativamente en el resultado fiscal.
Cabe recordar que el Presupuesto 2025 ha sido elaborado con la misma lógica que Milei viene defendiendo a capa y espada: el superávit como aspecto innegociable.
En esa línea, se incluye esta suerte de anticipación sobre eventos relacionados con la estructura económica que “podrían ejercer presión sobre la maniobrabilidad de la instrumentación de políticas públicas y podría tensionar el cumplimiento de metas fiscales”.
EL PRESUPUESTO 2025 Y EL RIESGO FISCAL DE UNA SEQUÍA
“Estos riesgos pueden tener diversos orígenes y, en función de ello, pueden clasificarse en riesgos macroeconómicos y riesgos específicos. Esta sección hará foco en riesgos específicos, puntualmente realizando un análisis del posible impacto de una sequía en las cuentas públicas”, puntualiza, en este contexto, el documento oficial.
Cabe recordar que, aunque el texto no lo menciona, está prevista la llegada de La Niña para la campaña 2024/25, y de hecho el régimen de precipitaciones de la temporada otoño-invernal ha sido deficitario en gran parte del país.
En este marco, el Gobierno subraya que las sequías “han sido el fenómeno más frecuente y destructivo” para la economía argentina en los últimos años, “representando el 40% del total de los eventos, y ocasionando pérdidas recurrentes y de gran magnitud”.
Por este motivo, el mensaje de elevación agrega que “las sequías representan una amenaza constante y relevante para la estabilidad fiscal, ya que afectan directamente la capacidad productiva y, por ende, la recaudación de impuestos, especialmente aquellos relacionados con las exportaciones agrícolas”.
Y añade: “A su vez, existe un efecto de segunda vuelta del sector agropecuario en otros sectores de la economía que repercute en la recaudación de otros impuestos y podría tener un correlato en el gasto público”.
Por eso, “la capacidad de respuesta del gobierno central ante tales eventos es crucial para mitigar su impacto y asegurar la sostenibilidad fiscal a largo plazo”, completa.
LAS SEQUÍAS Y SUS MILLONARIAS PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Para sostener todas estas consideraciones, el Gobierno cita datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca que calculan pérdidas económicas por un total de U$S 33.464 millones entre 2014 y 2023, como consecuencia de sequías, inundaciones, heladas, y granizos.
En el caso de las sequías, el informe asegura que “han sido los eventos más destructivos” y cita la de 2017/18, cuando la producción de soja cayó 31% y quedaron en el camino U$S 5.895 millones; o el reciente evento catastrófico de 2022/23 cuando entre soja, maíz y trigo se perdieron U$S 14.140 millones.
“Esto provocó una caída en las exportaciones de granos y subproductos y, como consecuencia, tuvo un impacto en la recaudación de derechos de exportación estimado en US$2.314 millones, así como otros US$ 3.742 millones en otros impuestos, incluyendo ganancias, totalizando una caída de US$ 6.056 millones en los ingresos públicos”, estiman desde el Estado.
Por este motivo, pensando precisamente en los riesgos fiscales para 2025, el Gobierno modelizó una proyección del potencial impacto macro-fiscal de una sequía.
Para ello, se partió de un supuesto de una reducción de 20% de la producción de los principales cultivos. “Esta simulación utiliza un modelo de equilibrio general que evalúa impactos directos e indirectos de una sequía en la actividad. Se parte de un crecimiento de 5 puntos en el PBI, y se analiza el impacto de la misma en actividad y en las cuentas fiscales”, precisaron desde el Poder Ejecutivo.
Los resultados observados fueron los siguientes:
Las conclusiones:
Por el lado de los ingresos, al alterarse los montos de exportaciones, se registra un impacto relevante en los Derechos de Exportación, mientras que en el resto de los ingresos impositivos se registra una merma real que se compensa en términos del PBI con la caída del producto.
En lo que respecta al gasto primario, dado que más de la mitad del mismo se encuentra indexado, una caída del nivel de actividad incrementa el mismo en porcentaje del producto. Así, una sequía de esta magnitud tendría un impacto sobre el resultado de -0,37 puntos del PBI.
En el marco de la nueva política fiscal, lo que esto implicaría es la necesidad de un ajuste en las partidas discrecionales del gasto tal que permita compensar los efectos de una sequía para mantener el comprometido equilibrio financiero en el 2025, tal como se plantea en el presente Proyecto de Ley de Presupuesto.
“Hacia delante, se continuará reforzando el análisis de riesgos fiscales de modo de trabajar en políticas de mitigación que permitan hacer frente al impacto de los mismos. En este sentido, en el marco de la nueva política fiscal que implica que mayores ingresos no necesariamente implicarán un incremento del gasto, cualquier ahorro que surja de unos ingresos por encima de los estimados, podrían destinarse parcialmente a mitigar el impacto de eventos futuros como el analizado en la presente sección”, cierra el apartado sobre estos riesgos fiscales.