CARBON NEUTRAL+ será sponsor de Agroactiva. El acuerdo firmado para la edición 2023, que será del 7 al 10 d ejunio en Armstrong (Santa Fe), prevé que la compañía que desarrolló una app para medir la huella de carbono colabore en la difusión de la muestra yparticipe activamente del evento con un stand institucional. “Estamos muy contentos de ser parte de la muestra a campo abierto más grande y de mayor trayectoria del país”, señalaron.
También, como parte de las acciones, se medirá y compensará la huella de carbono corporativa de la empresa organizadora de Agroactiva.
CARBON NEUTRAL+ es una climate tech que trabaja para mitigar el cambio climático, acompañando a las empresas a gestionar su huella de carbono, de forma fácil y accesible en la plataforma. Cuenta con una calculadora de huella de carbono gratuita, a la que pueden acceder desde la página web, y luego, a partir del resultado, ayudan a reducirla y compensarla. La reducción es a través de certificados de energía renovable y la compensación con bonos de carbono avalados internacionalmente.
La conciencia sobre la huella de carbono y el impacto ambiental de las acciones del ser humano ha ido creciendo en Argentina en los últimos años. “Desde nuestra experiencia, muchas empresas han comenzado a medir y monitorear su huella de carbono, con el objetivo de reducir su impacto ambiental y contribuir a la lucha contra el cambio climático”, indicaron desde Carbón Neutral+. Principalmente porque las empresas cumplen un rol fundamental en acelerar la transición a una economía de cero carbono ya que son una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, aún queda mucho por hacer principalmente en términos de reducir la huella de carbono, es decir, en generar, cada vez menos emisiones.
La compañía difundirá mediante distintas actividades en la feria un mensaje que tiene que ver con “la importancia de medir la huella de carbono. Medir es el primer paso para conocer el impacto ambiental de tu empresa y sabemos que lo que no se mide, no se puede gestionar”.
A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral.
Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.
Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.
“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón.
En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.
SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA
Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría.
En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo.
Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022. “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó.
Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.
Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”.