
Sembré un Bt: ¿los insectosson un problema controlado?
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El Programa Gestión Integrada de Cuencas, que lleva adelante el Ministerio de Agricultura y Ganadería, es ley luego de que la Legislatura, en la sesión ordinaria 36°, aprobó el proyecto enviado por el Ejecutivo. Así, la Ley “Consorcios de Gestión Integrada de Cuencas Agropecuarias de la provincia de Córdoba” se convierte en política pública, tal como la Ley de Buenas Prácticas Agropecuarias y Ley Agroforestal.
La cuenca es la unidad de gobernanza territorial, donde el agua drena en un punto común, teniendo en cuenta la actividad antrópica y productiva. A través de la implementación de una mirada integral de la cuenca, se pueden realizar acciones de diagnóstico, planificar, gestionar los recursos, ejecutar obras, infraestructura, planes y proyectos vinculados a la conservación de suelos, el manejo del agua, la ejecución y mantenimiento de la infraestructura rural y de caminos, con la mirada puesta en el desarrollo de la producción agropecuaria de manera sostenible.
Entre los fundamentos de la iniciativa, se destacan que “la actividad agropecuaria y la eficiencia en el uso de los recursos en la provincia son de vital importancia, y se han visto afectadas por eventos climatológicos extremos: sequías, incendios, crecidas de río, entre otros”.
Además, que “la promoción de la creación y la adopción de consorcios de gestión integrada de cuencas agropecuarias es fundamental para la participación y la colaboración de los actores locales en la toma de decisiones, haciendo más democrática y representativa la gestión de los recursos”.
Cabe recordar que actualmente hay siete consorcios de Gestión Integrada de Cuencas en la provincia, abarcando una superficie de más de 4.000.000 hectáreas: Jesús María – Río Pinto, Río Xanaes, Tegua – Chazón, Marcos Juárez, Alta La Picasa, Arroyo El Gato – Santa Catalina e Ischilín – Salinas Grandes. En total, 23 Consorcios de Conservación de Suelos forman parte de Cuenca Integrada y tienen un kit completo de maquinaria para la realización de obras.
Cada consorcio de Gestión Integrado de Cuencas está integrado por una comisión ejecutiva, integrada por un coordinador, representantes de los consorcios (canaleros, camineros y de conservación de suelos), representantes del Estado Provincial y una entidad facilitadora para analizar técnicamente los estudios y proyectos presentados y asignarle un orden de prioridad.
En la tarde de este martes comenzó oficialmente la transición de todo lo referido al mundo agropecuario luego del claro triunfo de Javier Milei en el balotaje.
Juan José Bahillo, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca recibió a tres de los hombres que conducirán la política del campo para lo que viene: Fernando Vilella, Pedro Vigneau y Germán Paats.
Fueron recibidos en la sede de la cartera agropecuaria nacional, “donde acordaron equipos para trabajar en la transición que lleva adelante el presidente Alberto Fernández”, sumaron desde la cartera agropecuaria que aún está bajo la órbita de Sergio Massa.
Del trío de dirigentes propuestos por Milei se desprende que será Vilella quien reemplazará a Bahillo, el tercer y último encargado de las políticas para el sector durante el Gobierno del Frente de Todos.
Se trata de apellidos bien conocidos dentro del mundo agropecuario. Fernando Vilella es el actual director del Programa de Bioeconomía de la FAUBA, un investigador especialista en aspectos de generación de actividades a raíz del potencial del campo.
En 2020 bautizó una frase que “pegó” en el agro, y mucho: se refirió a la potencialidad del sector como “la vaca viva”, en clara alusión lingüística a Vaca Muerta y lo beneficios ambientales de la generación de energías desde el agro.
Pedro Vigneau, en tanto, es el presidente de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar). Y Germán Paats fue uno de los directores principales de la Fundación Barbechando, organización que monitorea periódicamente la actividad parlamentaria en todo lo relacionado al agro. Actualmente está en uso de licencia allí.
Sin embargo se espera por una confirmación pública del propio Milei, como sí ya lo hizo para otros cargos. Uno de los puntos esenciales a dilucidar y definir con quien tome las riendas del Ministerio de Economía será la “letra chica” de los asuntos más calientes del campo por estas horas: brecha cambiaria y retenciones a las exportaciones.
El primero fue el formoseño Luis Basterra, quien dejó su cargo en 2021. En su reemplazo el llamado fue para Julián Domínguez, el exministro del área en tiempos de Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y expresidente de la Cámara de Diputados.
Finalmente, Bahillo, desde el Ministerio de Producción de Entre Ríos, fue el designado por Massa al asumir él en Economía.
Bahillo a su vez estuvo acompañado de su jefe de Gabinete, Juan Manuel Fernández Arocena, y el subsecretario de Gestión Administrativa, Rosendo Tarsetti.
La producción estimada de trigo por el Departamento de Información Agronómica -DIA- de la BCCBA para la campaña 2023/24 en la provincia de Córdoba sería la más baja en 14 campañas producto de la sequía extrema y sería insuficiente para abastecer la industria molinera local, al igual que ocurrió la campaña pasada.
En términos económicos, según los cálculos del DIA implicaría una caída en el valor bruto de la producción respecto a su potencial de USD 273 millones. Los ingresos brutos de los productores caerían al menor valor en doce campañas. Los precios a cosecha no son alentadores y en conjunto con la producción arrojarían un margen bruto negativo en 14 de los 17 departamentos de Córdoba que producen el cereal.
Sumado a la caída en la superficie sembrada, el área cosechable sería de 599.600 hectáreas (77% del área sembrada) y el rendimiento promedio provincial se estima en 16 quintales por hectárea (+ 0,5 qq/ha intercampaña). De esta manera, el volumen producido durante esta campaña sería de poco más de 957.400 toneladas. Este valor es el más bajo de las últimas catorce y en comparación al ciclo previo, se observaría una disminución en 86.800 toneladas, lo cual implicaría una caída del 8%.
En relación con la industrialización del cereal, Córdoba transforma, en promedio, 1,3 millones de toneladas de trigo. Generalmente, la provincia cosecha un volumen superior de trigo del que industrializa, llegando a producir hasta cinco veces el trigo molido en una campaña. Sin embargo, para la campaña en curso, se espera una producción de poco más de 957.400 toneladas la cual no llegaría a cubrir la necesidad de los molineros como ha ocurrido en las campañas anteriores (2012/13-2022/23) por lo que Córdoba tendría que importar trigo de provincias vecinas o industrializar un menor volumen.
Córdoba cuenta con molinos distribuidos a lo largo y ancho de su territorio donde la mayor concentración se observa en la zona centro y sureste de la provincia, tal y como lo advierten los mapas presentados a continuación. Además de la localización se presenta la capacidad de molienda de cada molino junto con la producción departamental. Los departamentos del centro provincial serían los mas afectados, ya que es donde se encontrarían los menores volúmenes de producción, contrariamente al este y sudeste donde la cosecha presentaría mejores valores.
A diferencia de la campaña anterior, que en términos productivos tampoco fue buena, los elevados precios esperados a cosecha permitían compensar, en cierta medida, la merma productiva. Para este ciclo 2023/24 la situación cambiaría, el precio de exportación (FOB) a diciembre de 2023 se estima en USD 255 por tonelada, una disminución del 35% respecto la campaña previa, y USD 8 por tonelada debajo del promedio de USD 263 la tonelada. El precio disponible presentaría un descenso del 28% respecto a la campaña previa, situándose en los USD 235 por tonelada, en comparación al promedio de USD 190 la tonelada, se posiciona USD 45 por tonelada por encima del mismo.
Con estos precios para el cereal, el valor bruto estimado para la producción 2023/24 sería de USD 244 millones, el valor más bajo considerando la serie histórica de la BCCBA. Este valor se obtiene multiplicando la producción por el precio de exportación, y representa los ingresos totales para todos los actores de la cadena, incluido los derechos de exportación. Comparando con las campañas previas, el valor bruto de la producción sería USD 420 millones menor al promedio histórico y USD 169 millones más bajo que el de la campaña anterior.
Por otro lado, si ahora se valúa la cosecha al precio disponible se obtiene el ingreso bruto de los productores, que sería la porción del ingreso total que mantendrían aquellos agentes que participaron en la producción, comercialización y transporte al puerto del cereal. Este valor sería de USD 225 millones, USD 117 millones más bajo que la campaña 2022/23, y así, el valor más bajo en doce campañas.
Considerando un escenario de partida con rindes históricos promedios (2007-2022), si se cosechara la totalidad del área sembrada, la producción sería de aproximadamente 2,03 millones de toneladas. Dicho volumen, valuado al precio de exportación (FOB) a diciembre de 2023, presentaría un valor bruto de la producción de USD 517 millones. Sin embargo, con una cosecha estimada en 957.400 toneladas, el valor alcanzaría USD 244 millones, lo cual implica una perdida respecto al potencial de USD 273 millones. En el caso del ingreso bruto de los productores, las perdidas respecto al potencial ascenderían a USD 252 millones.
La Comisión Europea anunció este jueves que renovará la autorización del uso del glifosato en la Unión Europea (UE) por 10 años, después de que los países miembros del bloque no alcanzaran un acuerdo sobre este controvertido herbicida.
«La Comisión, en colaboración con los Estados miembros de la UE, procederá a renovar la aprobación del glifosato por un período de diez años, bajo reserva de algunas nuevas condiciones y restricciones», indicó el brazo ejecutivo de la UE en comunicado.
Se autorizó su renovación tras un informe elaborado por un regulador europeo que estimó que el nivel de riesgo no justifica la prohibición de la sustancia.
No obstante, la Comisión prevé algunas salvaguardias y prohíbe su uso para la desecación, es decir el proceso de eliminar la humedad de un cultivo antes de la cosecha, informó la agencia de noticias AFP.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó en 2015 como «cancerígeno probable» el glifosato, sustancia activa de varios herbicidas, entre ellos el famoso Roundup de Monsanto.
En cambio, en julio pasado, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sostuvo que no identificó ningún «área de preocupación crítica» en humanos, animales y el medio ambiente que pueda impedir la autorización del herbicida, aunque admitió que dispone de pocos datos.
En un voto celebrado el mes pasado, los países de la UE no alcanzaron una mayoría para aprobar la renovación del herbicida.
Según fuentes diplomáticas, siete países, incluyendo Francia, Alemania e Italia se abstuvieron.