Glifosato: una agencia europea ratifica que no hay evidencia de que sea cancerígeno.

Glifosato: una agencia europea ratifica que no hay evidencia de que sea cancerígeno.

La Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) emitió un dictamen científico en el que confirmó la opinión que ya había emitido en 2017 respecto al herbicida.

 

La polémica por el uso del glifosato tiene uno de sus capítulos más controvertidos en Europa, donde frecuentemente se reabre el debate sobre si debe permitirse o no su utilización.

En 2017, la Unión Europea prorrogó por cinco años la autorización para la utilización de este herbicida y, por eso, este año debería volver a evaluar si prosigue o no con ese aval.

Para ello, en el bloque del viejo continente consideran como fundamentales las opiniones de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA).

Y ese organismo volvió a ratificar en los últimos días la conclusión a la que llegó en 2017: no hay evidencias de que provoque cáncer en humanos.

EL GLIFOSATO Y EL CÁNCER

Vale recordar que la relación entre glifosato y cáncer fue establecida en 2015 por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC): ubicó a ese herbicida en el grupo 2A, como “probablemente cancerígeno”.

Pero con el paso de los años, numerosas agencias reguladoras de Europa y de Estados Unidos, y también grupos de trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), refutaron esa teoría.

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Según publica el sitio político.eu, el Comité de Evaluación de Riesgos de la ECHA emitió un dictamen científico en el que aseguró que “la evidencia científica disponible no cumplía con los criterios para clasificar el glifosato por su toxicidad específica en órganos diana, o como una sustancia cancerígena, mutagénica o reprotóxica”.

Esta postura es la misma que tomó la ECHA en 2017, cuando tampoco clasificó al glifosato como cancerígeno. Entonces, como ahora, solo mencionó que puede causar daños oculares graves y es tóxico para la vida acuática.

La opinión de la ECHA, que se conocerá completa en agosto, influirá –como se mencionó– en la decisión de la UE sobre si prohibir o volver a autorizar el uso del herbicida, y se espera que la Comisión Europea haga una recomendación antes de julio de 2023, después de algunos retrasos .

 

Fuente: https://www.infocampo.com.ar/

Cómo producir 500 kilos de carne por hectárea en un campo agrícola.

Cómo producir 500 kilos de carne por hectárea en un campo agrícola.

En una jornada organizada por el IPCVA en Tres Arroyos, la conclusión fue que para lograr una mayor rentabilidad en un sistema de producción mixto, es indispensable la incorporación de tecnología e innovación constante.

En la zona de Tres Arroyos, en el sur de Buenos Aires, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) llevó a cabo una nueva jornada técnica, titulada en esta oportunidad “Ganadería en campos agrícolas“.

Allí, se presentó el caso del establecimiento “La Paz”, de la mano del asesor del mismo, el ingeniero agrónomo Pablo Errazu, y del director del CeRBAS INTA, el médico veterinario Horacio Berger.

La Paz posee 360 hectáreas y siempre fue un campo agrícola hace que, hace seis años, comenzó a innovar en la producción mixta. El objetivo de incorporar ganadería comenzó con un pequeño proyecto que luego fue creciendo e incorporando rotación de cultivos y pasturas perennes.

En este campo se puede ver cómo trabaja el productor en lo que respecta a la incorporación de innovación y la planificación del modelo productivo, en una proyección sistémica que hace a la sostenibilidad del planteo productivo agrícola- ganadero.

GRANOS Y CARNE

Actualmente, cuentan con 350 vientres, 120 terneras en recría y 7 toros. La superficie destinada a la ganadería es de 255 hectáreas que se distribuyen en 120 para pasturas, 40 de campo natural y 105 de de verdeo.

Se realiza cría y recría, una parte a pasto y otra a grano de la misma producción. Los índices de preñez están alrededor del 95% y los de destete sobre vientres preñados al 96%. “Eso se demuestra en la dedicación y el esfuerzo que hacemos lo que se transfiere en la eficiencia de preñez y destete”, sostuvo Errazu.

En cuanto a la agricultura hacen principalmente trigo, cebada, algo de girasol que es lo que más se está adaptando para los verdeos de invierno, y maíz de segunda para silo para ganadería y grano para engorde.

En lo que respecta a la producción forrajera se hacen pasturas perennes con mezclas de gramíneas y leguminosas.

“Se hace alfalfa como leguminosa principal y festuca tanto continentales como mediterráneas y, en menor densidad trébol blanco, algo de lotus y cebadilla. Por otro lado, se realiza avena y vicia al voleo para salir con el verdeo implantado post cosecha o picado”, explicó Errazu.

“Actualmente, se producen cerca de 500 kilos de carne por hectárea lo que se asemeja mucho a los rindes si sólo se hiciera agricultura”, contó Errazu y opinó: “Donde se pueda hacer, hay que unificar los dos sistemas de producción”.

LOS BENEFICIOS DE LA PRODUCCIÓN MIXTA

Teniendo en cuenta la importancia de incorporar la ganadería en un suelo agrícola, Berger sostuvo: “Es un desafío que muchos productores están tomando para darle estabilidad económica y financiera; y pensando en cómo lograr una mayor sostenibilidad de esos planteos productivos, ya sea en tanto al uso de insumos como también al ciclo analítico; en cómo uno logra fijar carbono o nitrógeno con el uso de leguminosas tendiendo a un sistema de producción más viable al largo plazo”.

Por otro lado, Berger explicó que “el planteo de la rentabilidad es una condición porque la viabilidad del negocio agropecuario se apoya en la rentabilidad que tiene que ser sostenible en el tiempo y que pueda aportar estabilidad. sobre todo en momentos de vaivenes climáticos, la ganadería es un sostén de la agricultura”.

 

Fuente: https://www.infocampo.com.ar/

Control de malezas invernales sin herbicidas.

Control de malezas invernales sin herbicidas.

Con una mínima remoción de la cobertura del suelo, ensayos realizados por el INTA demostraron que se pueden controlar el 90 % de las gramíneas y las latifoliadas, permitiendo hacer más sustentable el sistema de producción.

El estudio realizado por especialistas del INTA Paraná –Entre Ríos– junto con la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos , que se realizó en el marco del Módulo de Producción en Áreas de Resguardo Ambiental, instalado en la zona de no pulverización del municipio de Oro Verde, puso a prueba diferentes estrategias de manejo libre de plaguicidas. Resultados preliminares demostraron que, con el uso de rastra de reja plana, controlaron el 90 % de las gramíneas y las latifoliadas.

Con el objetivo de mejorar la sustentabilidad de los sistemas de producción en interfaces críticas, el trabajo se realizó en un lote del módulo para evaluar el control de malezas. Además, se estudia el efecto, a largo plazo, en las propiedades del suelo mediante la resistencia mecánica a la penetración y al corte, como también el efecto del paso de la reja plana sobre la estructura del suelo a través de calicatas.

En cuanto a los resultados preliminares, Rubén Roskopf –especialista del INTA Paraná –Entre Ríos– y quien estuvo a cargo de los ensayos, detalló que “el control de malezas fue variable entre las fechas de laboreo, dependiendo de la humedad del suelo y las condiciones ambientales. En mayo, por ejemplo, el control de gramíneas fue del 62,5 %, menor al observado para las malezas latifoliadas que fue del 83%”.

El laboreo de junio se caracterizó por la alta humedad del suelo y del ambiente, debido a que dos días posteriores al laboreo se registró una precipitación de 8,6 milímetros, lo que favoreció la supervivencia de las malezas y redujo el porcentaje de control, tanto en gramíneas cómo en latifoliadas, sin observarse diferencias según el tipo de maleza.

Sin embargo, en julio el control de malezas fue superior al 90 %, tanto para gramíneas cómo para latifoliadas. “Esto se debió a que en el periodo evaluado se registraron las condiciones ideales para el control de las malezas, como baja humedad del suelo y ambiente, combinado con alta temperatura en los cuatro días posteriores al tratamiento”, expresó Roskopf y agregó: “Esto provocó la rápida deshidratación de las malezas, haciendo que la lluvia a los siete días poslaboreo (8 mm) no tenga incidencia sobre su supervivencia”.

Frente a estos resultados, Roskopf puntualizó que “elegir el momento oportuno de laboreo es fundamental para aumentar la eficiencia de control de las malezas. Realizar el laboreo cuando no se pronostiquen lluvias en los 7 días posteriores aumenta notablemente la eficiencia del control”.

Para el ensayo se puso en funcionamiento una rastra de reja plana de 9 cuerpos. “Utilizamos timones y rejas planas que se unen a un chasis, en este caso fue ensamblado en el INTA a partir de un chasis de cincel en desuso al que se le montaron nueve cuerpos dando un ancho total de labor de 3,6 metros”, explicó Emmanuel Gabioud, especialista en manejo de suelos del INTA Paraná, quien agregó: “Por delante y alineada con cada cuerpo, se colocó una cuchilla lisa que permite el corte del rastrojo para evitar el arrastre y posterior atascamiento”.

Sobre las características del proceso, Gabioud recomendó que la reja plana de 47 centímetros de ancho, se superponga entre 5 y 10 centímetros su labor, dependiendo de la disposición de los timones en el chasis. “El objetivo de la reja plana es descalzar las malezas que luego mueren disecadas si la humedad del suelo y ambiente es baja”, indicó y añadió: “Con suelo seco, a menor humedad ambiente y mayor temperatura, aumenta el éxito en el control de las malezas”.

Como cada lote a laborear es diferente, según textura y estructura del suelo, cobertura, desuniformidad de pendiente y nivel de enmalezamiento, el implemento debe regularse para cada situación, así como también debe ajustarse la velocidad de avance para lograr el máximo de operatividad.

En este sentido, “para evitar arrastre, atascamiento de rastrojo y reducción de la cobertura del suelo, resulta fundamental observar la alineación entre la cuchilla de corte delantera y la punta de la reja plana, ya que durante el trabajo pueden ocurrir desplazamientos de los cuerpos del implemento que se deben corregir”, advirtió Gabioud.

El aumento de la velocidad generalmente provoca mayor remoción y desuniformidad de la superficie del suelo. “En algunas situaciones el lote podría sembrarse a los pocos días (3 a 5) y, en otras, es necesario más tiempo, posiblemente hasta varias semanas, para estabilizar la superficie y permitir un adecuado desempeño de la sembradora directa”, expresó el especialista del INTA.

 

Fuente: https://www.todoagro.com.ar/

Innovaciones en el diagnóstico fitosanitario de la soja.

Innovaciones en el diagnóstico fitosanitario de la soja.

Especialistas describieron los aportes de la biología molecular para mejorar los diagnósticos de enfermedades y el manejo de la soja, que colaboran con una producción más sustentable.

En el IX Congreso Brasileño de Soja y Mercosoja 2022, que se desarrolló en la ciudad brasileña de Foz do Iguazú durante mayo, hubo un panel dedicado a conocer las innovaciones en el diagnóstico fitosanitario de la soja para el manejo y control de dos de las principales enfermedades que afectan al cultivo en el mundo, la Roya de la Soja (Phakopsora pachyrhizi ) y la Podredumbre de la Raíz y el Tallo (Phytophthora sojae).

Los avances llegaron de la mano de la genómica, la disciplina científica que se enfoca en la estructura, función, evolución y mapeo de los genomas.

En su disertación sobre el “Genoma de P. pachyrhizi, abiendo nuevas perspectivas para el control de la Roya de la Soja en la era de la agricultura moderna”, la doctora Francismar Marcelino Guimaraes, mostró cómo las nuevas herramientas que brinda la Biotecnología permiten caracterizar a los patógenos estudiando su variabilidad a nivel global.

La especialista de la Universidad de Londrina presentó los estudios hechos a partir de un conjunto de aislamientos realizados en todos los continentes y en una amplia temporalidad para medir la virulencia de las diferentes royas. La primera muestra recolectada fue en el año 1972 en Taiwán y se completaron 38 aislamientos hasta el año 2017 en Brasil. De ellos se obtuvieron 17 razas, concluyéndose que las mismas no se correlacionan con la distribución geográfica de los aislamientos.

Casos encontrados:
-Se determinó que la raza 11514, fue común a 8 aislamientos de Brasil, Paraguay y Japón.

-Todo el genoma del patógeno tiene 391755 SNPs (Polimorfismo de nucleótido único), que muestra la variabilidad del mismo. Por ello la distribución y el impacto de las mutaciones reflejan la capacidad del patógeno para hacer difícil su control.

El estudio determinó además la gran cantidad de trasposones o “genes saltarines” que tiene el genoma, permitiéndole un alto nivel de heterogeneidad.

Este logro realizado por un Consorcio Internacional establecido en 2019, en un trabajo conjunto público- privado, permitió tener un Genoma de referencia que es solo la punta del iceberg para futuros estudios.

Francismar Marcelino Guimaraes enfatizó que, para obtener una resistencia durable a la Roya de la Soja, debe hacerse foco en estrategias integradas.

En este caso enumeró una lista de acciones desde el punto de vista genético de la soja y del manejo. Entre las primeras destacó poder obtener plantas transgénicas con genes de otras especies hospederas o de soja ancestral. Además, resaltó:

-La Edición Génica que genere nuevos genes de resistencia en la línea de los genes Rpp,

-El uso de RNA de interferencia y el silenciamiento, y seguir trabajando en la selección de nuevos alelos Rpp, estudios de GWAS o asociación genómica ampliada,

-La selección por marcadores moleculares y la selección genómica.

Por el lado del manejo puntualizó en las ventajas que trajo el vacío sanitario y las estrategias de control con funguicidas y propiciando el escape del cultivo, insistiendo que, sobre la base de conocer el genoma del patógeno, se debe hacer un monitoreo permanente de las resistencias sobre los genes Rpp de la soja y los funguicidas.

En el mismo sentido de la disertación anterior, el doctor Richard Belanger, de la Universidad de Laval, Canadá, presentó el tema “Herramienta de diagnóstico para identificar patotipos de Phytophthora sojae en lotes de soja”.

El objetivo principal del estudio era obtener una asociación entre los patotipos presentes de la Podredumbre de la Raiz y el Tallo en un determinado lote adonde se va a sembrar soja, y los genes de resistencia presentes en la variedad elegida.

En Canadá como en casi todos los países productores de soja, la P.sojae es una enfermedad presente desde 1954. Desde entonces se han generado variantes que fueron controladas por nuevos genes que se han ido desarrollando, tales los Rps 1, Rps 1c, Rps 1k, etc. Hasta hoy se han identificado más de 200 variantes o patotipos, definiéndose las razas en función de la virulencia de los mismos sobre los genes de resistencia de la soja.

Como novedad, Belanger planteó una metodología que permite elegir con mayor certeza la variedad para cada situación en particular de un lote de soja. Desde 1980, para detectar las variantes se utiliza el test de hipocótile, el que tiene sus ventajas, pero el autor indicó que tiene alto rangos de positivos, consume tiempo y necesita de una intensa atención.

El canadiense comentó que desde 2018 se desarrolló el método de hidroponía, que afirma que es más consistente y hace más natural la condición, ya que trabaja sobre la raíz.

En el manejo standard se obtienen las muestras de suelo, purificando luego los aislados y posteriormente realizando el método de hidroponía. Teniendo en cuenta muestrear numerosos lotes al inicio de campaña, se necesita de unas 10 semanas de trabajo. En tanto que para acelerar las determinaciones y facilitar la identificación de las variantes en el suelo, se propone una solución de la mano de la Genómica. Se identifican marcadores genéticos que permiten determinar las variantes -genes de avirulencia, que existen en muchos hongos que tienen una relación gen por gen con la planta hospedera- que permiten crear primers específicos y discriminativos para los genes de resistencia conocidos.

De acuerdo a esto, una simple herramienta molecular permite identificar la virulencia de un aislamiento para un respectivo gen Rps que se puede utilizar.

Para demostrar el poder del método, realizó una prueba de concepto que marcó un 99% de coincidencia entre genotipo y fenotipo. Esta metodología ha sido patentada con fecha 19 de agosto de 2021. Belanger contó en las conclusiones que cumplieron los principales objetivos: el primero fue caracterizar la diversidad de los aislamientos de P. sojae en Canadá usando un método molecular, y en segundo lugar, poder informar a las compañías de semillas y los productores acerca de los mejores genes Rps a utilizar. También determinó que el mejor momento de la recolección de muestras es al final del cultivo.

Finalmente, el disertante mostró el resultado de 295 muestras en los estados de Quebec, Ontario y Manitoba, durante 3 años, adonde determinó que la mayoría de las variedades utilizadas con sus respectivos genes de resistencia no fueron convenientemente elegidas en función de las variantes presentes en los suelos.

Estos fueron dos ejemplos novedosos, presentados en el Mercosoja 2022, sobre la implicancia de las herramientas biotecnológicas, en el manejo y control de enfermedades de gran importancia en soja.

 

Fuente: https://www.todoagro.com.ar/

Descubren un hongo que aumenta la tolerancia del trigo a Fusarium.

Descubren un hongo que aumenta la tolerancia del trigo a Fusarium.

Un estudio determinó que un microorganismo que vive asociado a las raíces de este cereal reduce la podredumbre de la raíz causada por el hongo y disminuye la cantidad de plantas infectadas.

El hongo Fusarium pseudograminearum causa una enfermedad muy dañina para el cultivo de trigo, dado que reduce tanto el rendimiento como la calidad de los granos. Es muy difícil de erradicar porque sus propágulos —partes del organismo capaces de desarrollarse de forma independiente— quedan en el suelo y en los restos de los cultivos anteriores, infectando al siguiente.

Sin embargo, una investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y publicada recientemente por el sitio Sobre La Tierra, determinó que el uso de otro hongo del suelo —denominado micorrícico— que vive asociado a las raíces del trigo redujo un 20% la cantidad de plantas enfermas por F. pseudograminearum. Esta es la primera investigación que muestra que el hongo micorrícico utilizado aumenta la tolerancia del trigo a la enfermedad.

La foto de la izquierda muestra al patógeno F. pseudograminearum proveniente de una planta sin micorrización. A la derecha, detalle del patógeno proveniente de una planta infectada con F. pseudograminearum micorrizada por R. intraradices, en donde se observa una disminución de la presencia del patógeno

«Fusarium pseudograminearum es un hongo que está en el suelo y en los rastrojos de cultivos enfermos, y causa la podredumbre de las raíces del trigo y de otros cereales de invierno», indicó Federico Spagnoletti, autor del estudio publicado en la revista Rhizosphere y docente de Microbiología Agrícola en la FAUBA. Esta enfermedad, añadió, provoca la necrosis de los tejidos radicales —es decir, su muerte—, que se observa como un oscurecimiento en las raíces y en la base del tallo. La incidencia de esta enfermedad está creciendo en todo el planeta, con pérdidas que pueden alcanzar hasta el 50% del cultivo.

Una relación ganar-ganar
Sabiendo que algunos microorganismos del suelo pueden controlar efectivamente a otros patógenos, Spagnoletti realizó un estudio para evaluar la eficacia del hongo micorrícico Rhizophagus intraradices en este sentido. Este hongo ‘benéfico’ establece con las plantas de trigo una relación de simbiosis. En esta relación, ambas especies se benefician: mientras que el trigo le brinda a R. intraradices alimento en forma de azúcares, el hongo le provee al trigo nutrientes y, según el docente, una mayor tolerancia a los ataques de otros microorganismos ‘dañinos’ del suelo, como Fusarium.

En su experimento, Federico, quien también es investigador del CONICET, hizo crecer ambos hongos en las raíces de plantas de trigo. «Nuestros resultados muestran que el hongo ‘benéfico’ redujo el efecto de la infección en un 76%, con lo cual mejoró la condición de las plantas enfermas. Además, se aclaró el color de las raíces».

Por otro lado, el hongo ‘benéfico’ también mostró efectos preventivos. En el estudio, el investigador comprobó que la presencia de R. intraradices redujo la cantidad de plantas afectadas por la enfermedad, con respecto a las que no lo tenían. «Este es el primer trabajo publicado que muestra la efectividad del uso de R. intraradices para controlar la podredumbre de las raíces que causa Fusarium».

Spagnoletti agregó que, además, «la presencia de R. intraradices en la raíz genera respuestas en la planta a nivel bioquímico. Por ejemplo, activa moléculas que ayudan a que el trigo esté en mejores condiciones para afrontar el estrés que causan los ataques de otros organismos».

Hongos con potencial
«Hoy, la enfermedad que causa F. pseudograminearum se controla con fungicidas, aunque la efectividad de este manejo está discutida. Otra alternativa es rotar los cultivos, usando plantas que no sean susceptibles a la infección de este patógeno, como el sorgo, o cultivos que no sean gramíneas, como la colza o el garbanzo. Y también se debe tener en cuenta el manejo de las malezas que sean gramíneas, ya que pueden ser reservorios del hongo», afirmó Federico.

A modo de cierre, el docente de la FAUBA sostuvo que «existen productos comerciales que usan esta especie de hongo ‘benéfico’ u otras similares, pero en general son productos que también tienen bacterias que estimulan el crecimiento de las plantas. Por esta razón es difícil establecer concretamente si el efecto sobre las plantas es causado por las bacterias o por el hongo».

 

Fuente: https://www.todoagro.com.ar/