Córdoba: sólo 15% del maíz se sembró en fecha temprana

Córdoba: sólo 15% del maíz se sembró en fecha temprana

El 85% apuesta a fechas más tardías a la esperan de mejores condiciones tanto al momento de la siembra como para el desarrollo del cultivo. En soja, debido a las condiciones climáticas también hubo un importante retraso. Hay un 64% que apuesta a las fechas tardías.

El último relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales de Córdoba indica que en la provincia los cultivos estivales presentan estrés hídrico y térmico severo en algunos casos. Además, todos los cultivos experimentaron atrasos en sus fechas de siembra, salvo el girasol, aumentando la proporción de siembras tardías.

En el caso del maíz, la última estimación de superficie sembrada señala que se sembrarían en total 3,3 millones de ha, de las cuales el 43% ya estarían implantadas. La actividad presenta un retraso respecto al año pasado motivado principalmente por la falta de precipitaciones que permitan avanzar con la labor.

En cuanto a la elección de la fecha de siembra, solo un 15 % de los lotes se habría sembrado en fechas tempranas, mientras que el 85 % restante lo haría en fechas más tardías, a la espera de mejores condiciones tanto al momento de la siembra como para el desarrollo del cultivo.

En relación con los estadios fenológicos, aquellos lotes sembrados en fechas tempranas se encuentran mayormente con la 9° hoja desarrollada (V9), a la vez que los sembrados más tarde presentan generalmente la 1° hoja desarrollada (V1).

Respecto al estado general, los colaboradores del DIA reportaron estrés hídrico severo y térmico por altas temperaturas, además en algunos casos se evidenció la presencia de complejo de orugas cortadoras con incidencia variable. Por lo anterior, la condición general es mayormente buena a muy buena.

En cuanto al cultivo de soja, se calcula que hacia mediados de diciembre ya se encuentran sembradas casi un 70% de las 4 millones de hectáreas que se estimaron desde el Departamento de Información Agronómica de la BCCBA.

Al igual que en el caso del maíz, la labor se inclinó más hacia las fechas tardías debido a que los productores aguardaron lluvias para sembrar con mejores condiciones. Es por esto que solo un 36 % de los lotes de la provincia se habrían sembrado de manera temprana mientras que el restante 64 % en fechas tardías.

A la fecha del relevamiento, los lotes más avanzados se encontraban en V4 (4° nudo), con presencia generalizada de oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon), bicho bolita (Armadillidium vulgare) y vaquita defoliadora (Megascelis sp), con grado de incidencia variable según la zona. Los lotes en pie se encuentran mayormente en condiciones entre buenas y muy buenas.

 

Fuente: https://www.todoagro.com.ar/

La ganadería argentina 2023 a la defensiva.

La ganadería argentina 2023 a la defensiva.

José Lizzi, líder del área de Ganadería de CREA, señala como muy probable que, con la expectativa de un maíz caro durante el próximo semestre, muchos de los planteos ganaderos deban ir hacia diseños más defensivos con un mayor componente de base pastoril.

“Para que al sector ganadero le vaya bien es necesario que le vaya bien a la Argentina”. Así lo indicó José Lizzi, líder del área de Ganadería de CREA en el Outlook Ganadero 2023 realizado esta semana en la sede porteña de la entidad.

La afirmación está lejos de ser una mera corazonada: los datos duros muestran una elevada correlación entre el nivel de facturación del sector ganadero con el Producto Bruto Interno (que vendría a ser la “facturación” del país).

Al analizar los datos microeconómicos de la cadena de valor ganadera correspondientes a las últimas dos décadas, se observa también una elevada correlación entre el precio del novillo y el valor minorista de la carne vacuna, lo que implica, precisamente, que la suerte de las empresas ganaderas está atada a la evolución del poder adquisitivo de las familias argentinas. 

La proyección para el año 2023 realizada por el área de Ganadería de CREA, tanto de máxima como de mínima, muestra que no existe posibilidad de replicar el nivel de faena registrado en 2022. “No se puede repetir el elevado nivel de faena de este año porque eso implicaría resentir el stock y la oferta futura de carne”, explicó Lizzi.

“Con la expectativa de un maíz caro para el primer semestre del año que viene, muchos planteos ganaderos van hacia diseños más defensivos con un mayor componente de base pastoril”, apuntó.

Adicionalmente, se prevé que continúe el proceso de retención de vientres que, si bien en el mediano plazo contribuye a aumentar la oferta de carne, puede generar lo contrario en el corto plazo.

La media de datos del registro histórico reciente muestra que, en períodos previos a ciclos electorales, el valor del novillo tiende a experimentar un ajuste entre diciembre y marzo del año siguiente para luego permanecer sin mayores cambios hasta el período posterior a la elección, donde suele haber una suba significativa.

La cuestión es que tanto el valor del novillo como el de la carne vacuna registran desde comienzos del presente año un retraso importante respecto de la inflación, es decir, del valor promedio del resto de los bienes y servicios básicos. 

Lizzi recomendó seguir de cerca la situación climática en las principales zonas criadoras argentinas, dado que, en aquellas ocasiones en las cuales una restricción forrajera impulsó una gran oferta vendedora de terneros/as, eso tuvo un impacto directo en los precios de esa categoría.

“En términos globales, se prevé que en 2023 la demanda mundial de carne siga creciendo por encima de la oferta exportable y que uno de los mayores exportadores, EE.UU., experimente una caída importante de la producción debido a una severa sequía que afecta buena parte de su territorio”, apuntó Lizzi.

Sin embargo, tal como ocurrió en 2022, las eventuales oportunidades que pudiesen aparecer en el mercado internacional estarán condicionadas por las restricciones a las exportaciones, los derechos de exportación y las distorsiones cambiarias.

“El 2023 será muy probablemente un año de cambio de tendencias y el 2024 podría haber nuevas oportunidades, para lo cual es indispensable que las empresas ganaderas permanezcan lo más sólidas posible”, concluyó.

 

Fuente: https://www.todoagro.com.ar/

Con el ojo puesto en la deriva.

Con el ojo puesto en la deriva.

La aplicación de fitosanitarios es un proceso complejo, donde interactúan muchos factores, por lo cual la eficiencia de las aplicaciones suele ser baja. Además, los problemas por deriva suelen afectar principalmente a cultivos sensibles. Aapresid, repasó algunas estrategias para prevenirlos, de la mano del especialista Pedro Platz.

La deriva es un problema de suma gravedad principalmente cuando afecta a cultivos vecinos sensibles, como tomate, vid, papa, girasol, maní, o algodón. Actualmente, la deriva de herbicidas como el 2,4-D y otros hormonales, es una de las principales amenazas a las que se enfrentan los productores algodoneros en provincias como Chaco y Santiago del Estero, donde los daños llegan a ser irreversibles. 

Frente a este panorama, la REM (Red de manejo de plagas) de Aapresid convocó al especialista en calidad de aplicación Pedro Platz (asesor privado y docente en la FCA de Balcarce) para repasar los criterios y claves para lograr una aplicación de calidad y prevenir los efectos de la deriva. 

“Cuando hablamos de aplicación efectiva o de calidad hacemos referencia a la capacidad de que el caldo que está en el tanque del equipo, y se transforma en gotas, llegue al objetivo de aplicación”, y dicha calidad dependerá de la cobertura o cantidad de gotas que alcanzan el blanco, la homogeneidad en la cobertura y la persistencia de la gota en las hojas. 

Para lograr una buena eficiencia el proceso comienza mucho antes de la aplicación. “Un buen manejo se inicia con la planificación y para esto es clave el monitoreo. Si decidimos sembrar un cultivo resistente a ciertos tipos de moléculas ya estamos planificando qué queremos hacer. Luego debemos recopilar toda la información acerca del historial de malezas y en lo posible su geo-posicionamiento en el lote”.

El tamaño de gotas y condiciones ambientales al momento de aplicar son otras dos claves para una aplicación efectiva y sin derivas. Cuando las gotas son muy pequeñas (menor a 150-180 micrones) el líquido aplicado puede desplazarse fuera del cultivo o lugar de aplicación, principalmente por la acción del viento (exoderiva). Estas gotas también son susceptibles a la evaporación cuando la temperatura es elevada y la humedad relativa baja (termoderiva).

Se considera que una temperatura mayor a 30°C, humedad relativa menor al 20% y velocidad de los vientos por encima de 18 km/h, constituyen una ventana de condiciones donde el riesgo de deriva es mayor”. El indicador Delta T, relaciona la temperatura y humedad, y es un estimador de la cantidad de vapor que la atmósfera puede absorber a una temperatura dada.

“Podemos decir que la situación óptima para aplicar ocurre cuando tenemos valores de Delta T entre 2 y 8 y velocidad de viento entre 5-18 km/h”, resumió Pedro. La dirección de aplicación también es relevante ya que aplicaciones contra el viento hacen que las gotas se eleven y tengan mayor deriva. 

El tamaño de las gotas normalmente estará dado por el tipo de boquilla y la presión de trabajo. Por lo tanto, para reducir el impacto del viento el ingeniero planteó una estrategia basada en 4 aspectos: boquillas de aire inducido y reducir la presión de trabajo, para generar gotas más grandes; altura del botalón lo más cercana posible al objetivo para lograr una superposición mínima necesaria de los abanicos de distribución del líquido; y por último reducir la velocidad de aplicación.

También existen pérdidas por gotas demasiado grandes (mayor a 350-400 micrones): las gotas se escurren, rebotan y caen al suelo (endoderiva), no quedando en el blanco. El uso de aditivos, como adherentes o coadyuvantes que rompen la gota es un punto importante. Los aceites disminuyen la evaporación. “Por un lado, estos productos nos ayudan a lograr un tamaño de gota óptimo y por el otro, a proteger esa gota para que no se pierda”. 

El tamaño de la maleza también afectará la eficiencia de aplicación, lo que a su vez se vincula con la dosis, la forma y la velocidad de aplicación, ya que, si la maleza tiene una determinada altura será necesario usar boquillas que lleguen a todos los puntos de crecimiento de la maleza y reducir la velocidad para que las gotas cubran completamente el blanco. 

Otro aspecto a considerar para reducir las derivas será el tipo de formulaciones: “las empresas han trabajado en desarrollar nuevas formulaciones para evitar derivas, y es importante aprovechar estas tecnologías”. 

Finalmente, el ingeniero Platz resaltó que para evitar problemas y errores en la aplicación y minimizar las derivas será esencial conocer la legislación de cada provincia y el rol del ingeniero agrónomo que confeccione una receta agronómica y realice el asesoramiento durante la aplicación. “Un punto importante pero que poco se practica es la evaluación de la calidad de aplicación, para esto se usan tarjetas hidrosensibles y aplicaciones de celular”.

 

Fuente: https://www.todoagro.com.ar/