La delegación argentina que participó del V Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Rurales (ENLAC) en Chile estuvo compuesta por representantes del Gobierno de la Provincia, quienes elevaron la propuesta de ser sede principal, tras la votación que definió realizar la edición 2025 en Argentina. Además, compartieron los resultados del trabajo que viene encabezando el Ministerio de Agricultura y Ganadería junto al Ministerio de la Mujer en materia de políticas públicas de equidad, acceso y empoderamiento.
Representantes del Gobierno de Córdoba junto a mujeres rurales de diferentes organizaciones formaron parte de la comitiva oficial argentina que participó del V Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Rurales (V ENLAC), que se realizó del 23 al 28 de abril en la ciudad chilena de Coyhaique, Región de Aysén.
Esta red de mujeres (REDLAC), que organiza los encuentros, es una organización que tiene como misión mejorar las condiciones de vida de las mujeres rurales de la región, a través de la visibilización de sus necesidades y demandas. Está compuesta por productoras de unas 200 organizaciones de Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile, República Dominicana, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y España.
La subsecretaria de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Mariana Victoria Vigo, encabezó la comitiva provincial que llevó al encuentro los resultados de diferentes acciones vinculadas al empoderamiento de las mujeres rurales.
Asimismo, ratificó el apoyo político del Gobierno Provincial, encabezado por los ministros Sergio Busso y Claudia Martínez como embajadores del pedido a los organismos internacionales para concretar la declaración del “Decenio de la Mujer Rural”.
“Durante el Encuentro Suprarregional de Mujeres que se realizó en Córdoba trabajamos muchos puntos vinculados a la ruralidad, las mujeres que la habitan, y la necesidad del reconocimiento al estratégico aporte que ellas hacen al sector productivo. Y además, la impostergable necesidad de avanzar en políticas públicas que permitan achicar las brechas de desigualdad”, detalló la funcionaria.
Las mujeres rurales cordobesas que participaron desde las organizaciones fueron Mariela Moreno, integrante de la Cooperativa Gallo Rojo, dedicada a la producción avícola; Noelia Guerrero, joven integrante de la Cooperativa El Quirquincho que se dedica a la producción hortícola; y Marta Castro, ganadera de la zona de Traslasierra.
A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral.
Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.
Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.
“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón.
En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.
SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA
Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría.
En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo.
Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022. “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó.
Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.
Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”.