La plataforma SIMA elaboró un informe en el que detalle algunos aspectos importantes para entender el comportamiento de la chicharrita del maíz. Dónde se expandió, cómo influyen la incidencia y severidad, y a qué maíces afectó.

 

El combate a la chicharrita del maíz, la plaga que ha generado estragos en la cosecha del cereal 2023/24 por ser vectora de enfermedades que perjudican los rendimientos, se hace desde todos los frentes: no solo a campo, sino también desde la “nube”.

Una plataforma agtech de monitoreo de cultivos, SIMA (Sistema Integrado de Monitoreo Agrícola), realizó un pormenorizado informe sobre este insecto, en base a la información que han ido reportando sus usuarios a lo largo de la campaña.

Estos datos sirven fundamentalmente para entender algunos aspectos claves de cómo se comporta y su impacto en los cultivos, de cara a lo que será el próximo ciclo en el que se espera que vuelva a estar presente.

EL MAPA DE LA CHICHARRITA DEL MAÍZ

Según el informe de SIMA, el primer registro de la chicharrita ocurrió el 4 de enero en la región del NOA, con una propagación hacia el sur del país durante los meses restantes del verano para llegar finalmente a las provincias de Santa Fe, el norte de Buenos Aires e incluso Entre Ríos.

En tanto, la base de datos de esta agtech indica que la plaga tuvo su mayor presencia sobre los maíces de segunda y tardíos sembrados en las últimas semanas del año 2023 o las primeras del 2024.

“Los datos arrojan la detección de chicharritas en un 11,32% de las campañas de maíz de segunda. Mientras que el 75% de las campañas donde se registró la adversidad pertenecen a siembras de segunda o tardías”, señala el reporte.

Asimismo, menciona otro aspecto relevante para la toma de decisiones sobre su control: “Su verdadero impacto en el rendimiento aún no queda del todo claro; analíticamente, no se halla una correlación alta entre la presencia de la plaga y el rendimiento que los usuarios de SIMA han estimado a campo en el mismo momento que declararon la presencia de la adversidad”.

 

CHICHARRITA DEL MAÍZ: ¿EN QUÉ ESTADIO SE COMPLICA?

En tanto, los datos recolectados por los usuarios en la plataforma de SIMA, confirman el hecho de que el principal riesgo de la plaga no es su presencia ni su abundancia, sino lo que transmite al ser vectora de la bacteria Spiroplasma Kunkelii, causante de la enfermedad del “Achaparramiento del maíz”.

“Es por ello que, la probabilidad de transmisión se incrementa con el aumento poblacional y uno de los principales métodos de manejo es el control del tamaño de las poblaciones de individuos para lo que se debe ser eficientes en la realización de monitoreos precoces”, recomienda el informe.

Así es que, analizando la información de la distribución de lotes con presencia de Chicharrita (puntos verdes en el mapa a continuación) y lotes registrados con presencia de Spiroplasma (puntos rojos), resulta llamativo la concentración de la enfermedad en la región central del país; concentración que copia a la perfección la distribución de los lotes con maíces de segunda o tardíos.

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Por otra parte, el equipo de data science de SIMA también logró evidenciar, a través de la base de datos, que la chicharrita del maíz ataca al cultivo en etapas tempranas (vegetativas), pero que la enfermedad se expresa en estadios más avanzados (reproductivos).

“Por ello, es crucial detectar a campo las primeras apariciones ya que las infecciones tempranas son las que causan mayores daños”, remarca el estudio.

Según los registros en SIMA, la primera detección de la enfermedad  se dio el 10 de febrero mientras que a mediados de marzo se dieron los picos máximos: el 17 de marzo, un 36% de los monitoreos de enfermedades advirtió presencia de Spiroplasma, en tanto que en la semana siguiente la positividad fue de más del 50%.

CHICHARRITA DEL MAÍZ: INCIDENCIA Y SEVERIDAD

Como la enfermedad, y no la plaga, es lo que genera los problemas, otro de los análisis de la plataforma agtech consistió en evaluar los datos de incidencia y severidad registrada por los usuarios y cruzarlos con los datos de rendimiento estimado para los mismos monitoreos.

Así, sobre una base de monitoreos en 40 lotes diferentes que detectaron Spiroplasma, se desprende que existe una fuerte correlación entre las variables frente al rendimiento, de -0.67 y -0.64 tanto para la severidad como para incidencia, respectivamente.

“De la misma manera, ambas correlaciones son negativas, lo que demuestra que a mayor nivel de severidad o incidencia, menor es el rendimiento estimado”, resume el informe.

Por su parte, las ecuaciones de regresión (Severidad: 6.680 -53.02x; Incidencia: 7.301 -44.67x) afirman que la severidad tiene un mayor impacto en el rendimiento que la incidencia.

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En cuanto a la elección del híbrido -una de las estrategias de manejo para el control de esta enfermedad- el análisis no permite llegar a conclusiones irrefutables por falta de un mayor número de N.

“No obstante, se puede arribar a que existe una diferencia en el comportamiento de los diferentes híbridos analizados”, concluye.