El INTA se une a la industria agroexportadora para potenciar el cultivo de colza

El INTA se une a la industria agroexportadora para potenciar el cultivo de colza

El INTA y CIARA-CEC firmaron un convenio para impulsar la siembra de colza en Argentina. Al igual que los casos de la camelina y la carinata, su potencial para biodiesel hace que crezca la demanda a nivel global.

 

El complejo agroexportador argentino busca potenciar las ventas del complejo sojero, que constituyen la mayor fuente de ingresos de la economía argentina, a partir de los despachos de subproductos como harina y aceite.

Pero en paralelo, a nivel global se instaló definitivamente la exigencia de sustentabilidad y en este punto, algunas de las economías más poderosas del mundo tradujeron estas exigencias en leyes.

Un claro ejemplo es la normativa de la Unión Europea, sobre deforestación: a partir de 2025, a ese bloque no ingresarán productos que provengan de zonas deforestadas. 

En el caso de Argentina, el mayor impacto será sobre las cadenas sojeras y de carne vacuna. A través de la plataforma Visec, la agroindustria local trabaja desde hace unos cuatro años, para llegar sin sorpresas a enero del próximo año. 

Esta tendencia a explorar alternativas sustentables abrió la puerta a cultivos que tienen un gran potencial para la producción de biocombustibles, como la carinata y la camelina

Se trata de producciones con una baja área implantada en relación a los cultivos tradicionales, pero con un esquema de negocios por demás rentable. 

Y en ese camino se anota también la colza, la segunda oleaginosa a nivel mundial en volumen de producción.

En nuestro país, los datos oficiales  permiten ver que en la campaña 2022/23 se sembraron 32.500 hectáreas, lejos del récord histórico de casi 90.000 hectáreas que se registró en el ciclo 2012/13. 

ACUERDO PARA POTENCIAR A LA COLZA

La cadena de valor de esta oleaginosa cuenta con una gran potencialida para crecer en Argentina. Uno de sus principales desafíos al momento de pensar en expandirse es la necesidad de profundizar el desarrollo de tecnología de insumos y procesos.

Con este fin, el INTA y la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) firmaron un convenio para el desarrollo de este cultivo a nivel nacional. 

En el marco de este acuerdo, se instrumentarán las siguientes actividades:

  • Ampliación de la red de ensayos del INTA. 
  • Fortalecer los programas de mejoramiento del cultivo de colza (variedades o híbridos) de los semilleros, tanto del sector privado como público. 
  • Colaborar juntamente con los actores de la cadena para la definición de estrategias de difusión y extensión sobre el cultivo de colza.
  • Desarrollar tecnologías para la obtención de materias primas y de procesos que provean eficiencia a la etapa de industrialización.
  • Difusión de las actividades desarrolladas en el marco de este convenio. 
  • Elaboración conjunta de informes económicos, comerciales y productivos 
  • Elaboración de informes técnicos para considerar al cultivo en determinadas zonas del país en su condición de bajo riesgo de cambio indirecto del uso del suelo (ILUC) para su transformación en biocombustibles

“Los cultivos bioenergéticos son el futuro de la agroindustria, hay que alimentar a todas las aeronaves y barcos del mundo con bioenergías sustentables”, remarcó Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC.

 

En este punto, el directivo consideró que “colza, carinata y camelina representan oportunidades para productores, para la nutrición de suelos, para combatir el cambio climático y para ser proveedores sustentables. Si no recorremos este camino, seremos un país dependiente de importaciones”. 

BIOCOMBUSTIBLES CON GRAN POTENCIAL

El potencial para este cultivo es por demás amplio. Como muestra, en 2022 el mercado mundial de biodiésel fue de 46,7 millones de toneladas y en los últimos diez años, su producción se duplicó.

En este contexto, el consumo de biocombustibles para aviación representará un fuerte impacto en la demanda de combustibles de origen sustentable y de materias primas acordes para su producción. 

En la actualidad, la tecnología más difundida a nivel mundial para la producción de biocombustible destinado para la aviación se genera a partir del uso de aceites vegetales.

Se genera con un proceso de hidrotratado, ligado a la producción de Diesel Renovable (HVO). Este dato no es menor y tiene como consecuencia un cambio en la demanda de aceites.

De este modo, el convenio rubricado entre el INTA y los exportadores permitirá establecer planes de extensión específicos para el desarrollo de mejora genética, difusión de prácticas de manejo más adecuadas a cada zona, desarrollo de tecnologías de laboreo, aplicación de fertilizantes y fitosanitarios, entre otros.

Problemas en la cosecha de soja: advierten por un fuerte retraso y mermas de calidad

Problemas en la cosecha de soja: advierten por un fuerte retraso y mermas de calidad

Según un informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario, hay muchas zonas del país donde la cosecha de soja viene demasiado lenta. “Se reportan granos manchados y dañados”, alertan.

 

La cosecha de soja es un tema clave para la economía argentina: el poroto y sus derivados explican al menos un tercio de los dólares que ingresan por exportaciones.

Por esa razón, los datos vinculados a la oleaginosa son muy importantes y los que vienen surgiendo en relación al último tramo de la campaña 2023/24 no son positivos.

La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), en su tradicional informe de los lunes, alertó por el “avance lento” de la cosecha sojera, que en muchos casos está significando mermas de calidad.

“A pesar de las escasas precipitaciones de las últimas semanas, la cosecha de soja presenta aún importantes retrasos”, indicó la ORA.

COSECHA DE SOJA: DÓNDE ESTÁ MÁS ATRASADA

Tomando datos de la Dirección de Estimaciones Agrícolas de la Nación, la ORA señala que en Buenos Aires, donde se siembra un tercio de la superficie nacional, se han cosechado hasta ahora menos de la mitad de las hectáreas (46%), cuando a esta misma fecha de la campaña pasada, por ejemplo, el progreso era del 72%.

Como reflejo del panorama general, la Oficina armó un gráfico que resume la situación de las 30 delegaciones con más de 100.000 hectáreas: en barras negras se muestra el avance de cosecha actual, y en barras verdes el promedio de las últimas cinco campañas.

“En todas las delegaciones de la provincia de Buenos Aires hay retrasos, en forma más notable en Bolívar, Bragado, Junín, Salliqueló y 25 de Mayo”, describe el estudio.

Y agrega como información preocupante: “Esta situación comienza a visibilizarse en la calidad del material cosechado, ya que se trilla con excesos de humedad en grano, y en muchos casos se reportan granos manchados y dañados”.

avance cosecha soja

En cuanto a otras regiones del país:

  • En Córdoba el avance es normal y ya supera el 90%.
  • La delegación Rosario del Tala (centro y sur de la provincia de Entre Ríos), presenta mayores retrasos, con un avance del 40%, cuando el promedio de las últimas 5 campañas a esta misma fecha es del 81%. “Se avanza lo más rápido posible para evitar mayor desgrane”, dice el reporte.
  • También en Santa Fe se reportan demoras, en especial en la delegación Venado Tuerto, donde la cosecha de soja de primera debería estar llegando a su fin pero ha alcanzado solo el 55% del área.
  • En la delegación Avellaneda, al norte, avanza muy lentamente la cosecha por la elevada humedad. Los rendimientos son muy variables, con calidad de grano entre regular y mala por ataque de hongos.

LAS VENTAS SE ACTIVAN, PERO TAMBIÉN ESTÁN RETRASADAS

Por su parte, este retraso también quedó expuesto en el informe semanal que elabora el experto en mercados y profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Dante Romano.

“La cosecha de soja en Argentina tuvo una semana de gran avance con casi 16 puntos, aunque sigue atrasada contra el histórico: 64% contra casi 80% que debería verse a esta altura del año”, menciona el documento, en este caso en base a información de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Esta aceleración de los últimos días hizo que fluyeran los camiones a puerto y los productores le pusieran precio a más de 1,5 millones de toneladas, un máximo en lo que va del año, cuando además lo normal para esta época son entre 1 y 1,2 millones de toneladas semanales.

Sin embargo, a pesar de ello y dado el atraso previo, Romano indica que “estamos en 12% contra 21% promedio para la fecha y parece difícil que el dinamismo permita llegar a los valores normales al 30 de mayo y 30 de junio”.

El profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales detalla además que en la semana se vieron “muy activas” las Declaraciones Juradas de Venta al exterior de poroto de soja, además de los subproductos.

La buena noticia es que esto “podría dinamizar el ingreso de divisas”; la mala es que, “incluyendo negocios a fijar, sigue habiendo demora y en este caso es de 31% contra 38% promedio histórico. Si bien no es tan grande, no deja de preocupar. Quizás la reactivación de la trilla ayude en este sentido”.

 

Cultivos de servicios: un algoritmo predice cómo hay que manejarlos para beneficiar al maíz tardío

Cultivos de servicios: un algoritmo predice cómo hay que manejarlos para beneficiar al maíz tardío

Investigadores del INTA Laboulaye y de la universidad de Villa María, junto a productores de Aapresid, presentaron un modelo que determina, por ejemplo, cuándo secar los cultivos de servicios o cuál son los mejores para sembrar antes del maíz tardío y favorecer que rinda más.

 

Los algoritmos y la inteligencia artificial llegaron al lote y en este caso, permiten calcular cuales son las mejores opciones de manejo en cultivos de servicios (CS) en planteos de maíz tardío en la región pampeana argentina.

Investigadores del INTA Laboulaye, la universidad de Villa María y productores de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) presentaron un modelo que permite simular los efectos de diferentes variables de manejo del CS en el rendimiento del cereal. 

El modelo consiste en un algoritmo capaz de simular el rendimiento del maíz, a partir de cambios en la fecha de siembra y momento de secado del cultivo de servicio. También permite explorar la probabilidad de lluvias durante el período comprendido entre el secado del CS y la siembra del cultivo de cosecha.

Según detallaron los técnicos, el modelo está basado en el concepto de “machine learning”. Se trata de algoritmos entrenados para detectar patrones en grandes conjuntos de datos, lo que permite recrear diversas situaciones productivas y tomar decisiones más informadas. 

Para su desarrollo, se incorporaron datos obtenidos de ensayos de campo de la Red de Cultivos de Servicios Aapresid-BASF. La misma abarca una amplia variedad de cultivos, condiciones climáticas, edáficas y prácticas agronómicas en numerosas localidades de la región pampeana.

CULTIVOS DE SERVICIOS Y MAÍZ TARDÍO

Después de aplicar el modelo a diversos escenarios ambientales y de manejo usual de los productores, detectaron que el rinde del maíz tardío está influido por los siguientes factores:

  • Fecha de secado del CS
  • Agua útil inicial a la siembra del CS 
  • Lluvia durante el ciclo del CS 
  • Duración y lluvia entre el periodo de secado del CS
  •  La siembra de cultivo de cosecha

“”El modelo arrojó que el retraso de la fecha de secado puede resultar en una disminución significativa del rendimiento del maíz, especialmente en años secos o sin influencia de napa freática”, señalaron. 

Y agregaron: “Contrariamente, adelantar la fecha de secado a septiembre impacta positivamente, sobre todo en años húmedos o con presencia de napa”

Por otra parte, vieron que la variable agua acumulada al inicio del CS influye notablemente sobre el rendimiento del maíz, especialmente en condiciones de recarga media a alta. 

El estudio también señaló que de acuerdo al cultivo de servicios seleccionado, el rendimiento del maíz puede sufrir pérdidas en el rinde que van desde el 80% hasta ganancias del 65%.

En el caso del centeno -puro o en mezcla con otras especies, puede generar caídas significativas en el rendimiento en comparación con la vicia pura o en mezcla.

Por último, los investigadores afirman que “el modelo predictivo desarrollado permite evaluar escenarios factibles de ocurrir en la región pampeana y cuantificar su impacto en el rendimiento de maíz, convirtiéndose en una herramienta valiosa para facilitar la toma de decisiones de productores y técnicos”.

La mejora en el precio de la carne, por ahora dependiente de la exportación

La mejora en el precio de la carne, por ahora dependiente de la exportación

El consultor Ignacio Iriarte destaca que se está exportando alrededor del 30% de lo producido, y éste sería el sector de la demanda que lideraría en el mediano plazo la recuperación de los precios reales del ganado, ya que los bajos salarios y la alta inflación de los últimos meses juegan en contra de la demanda interna y no se vislumbra una mejora bajo este contexto en lo inmediato.

 

El analista señala que hay una oferta ganadera más baja que un año atrás, pero todavía más alta que en los últimos años «normales», como lo fueron el 2021 y el 2022, con una participación de las hembras en la faena (de 48,2% en abril) por encima de los niveles de equilibrio.

Además, destaca que “hay precios reales declinantes, con una exportación en rojo y un consumo doméstico en los niveles más bajos registrados en un siglo. Si bien la faena puede mantenerse relativamente alta en los próximos meses, por el importante volumen de hacienda que se está encerrando, los precios pueden recuperar parte del terreno perdido si la inflación sigue bajando y los ingresos de asalariados registrados y jubilados comienzan paulatinamente a recuperarse”.

Proyectando el mediano plazo, no lo inmediato, Iriarte cree que la esperanza estará puesta en un eventual levantamiento del cepo y en una mejora en términos reales del tipo de cambio. “Se está exportando el 30-32% de lo producido, y éste sería el sector de la demanda que lideraría en el mediano plazo la recuperación de los precios reales del ganado”, subrayó en su reporte mensual para Fifra.

En lo que respecta a los datos de faena, destaca que “la oferta de ganado en abril cae con respecto a igual mes del año pasado -año de la seca-, pero menos de lo esperado. En abril la faena diaria fue de 55 mil animales, mostrando un repunte estacional con respecto al primer trimestre del año, que promedió los 53,9 miles de cabezas diarias, pero bien por debajo de la matanza de abril del año pasado, que fue de 62 mil cabezas por día”. Además, añade que aún existe una faena de hembras que se mantiene claramente por encima de los niveles de equilibrio: en abril la faena de hembras fue del 48,4%, contra el 45,4% de participación promedio de los últimos 24 años para ese mes del año.

Con respecto al año pasado, en abril la faena diaria de vacas cae un 22%, y la de vaquillonas un 6%, mientras que a matanza diaria de novillos se reduce un 9% y la de novillitos un 6%. “Ha caído más la oferta de animales trabajados por la exportación (vacas y novillos) que la oferta de categorías netas de consumo (novillitos y vaquillonas)”, subraya.

En los primeros cuatro meses del 2024 la faena de ganado vacuno ha caído un 8,5% con respecto a enero-abril del año pasado.

Con fosfitos, logran manejar malezas resistentes en soja aplicando menos agroquímicos

Con fosfitos, logran manejar malezas resistentes en soja aplicando menos agroquímicos

Se trata de una forma química reducida del fosfato que está estudiando el INTA sobre soja y otros cultivos. Avances preliminares anticipan que es posible aplicar la quinta parte de agroquímicos sin comprometer el rendimiento de la oleaginosa.

 

Un equipo de investigación del INTA Balcarce trabaja en el estudio y adaptación de cultivos capaces de metabolizar fosfito, un compuesto inorgánico que podría aportar una herramienta de manejo integrado en el marco del creciente problema de malezas cada vez más resistentes que compiten con los cultivos. Una estrategia que, a la vez que aporta a la reducción de aplicación de herbicida, también contribuye a la independencia tecnológica en el desarrollo de semillas e impulsa el uso de la biotecnología para la sostenibilidad productiva y ambiental.

El fosfito (HPO3) es un compuesto inorgánico que presenta una mayor disponibilidad dado por un rango más amplio de solubilidad a diferentes pH y una menor interacción con las partículas del suelo, comparado con el fosfato (HPO4). Esto duplica su posibilidad de aprovechamiento, lo que significa una mayor eficiencia de uso de un fertilizante cuya disponibilidad es finita. 

Desde el 2020, Sergio Feingold, coordinador del programa de Biotecnología del INTA y uno de los impulsores del proyecto, trabaja en la búsqueda de alternativas biotecnológicas al control de malezas. “Este estudio surge como respuesta al manejo integrado de malezas”, señaló y explicó: “Nuestra búsqueda va a contramano de los estudios tradicionales, debido a que buscamos la manera de dotar al cultivo de una capacidad competitiva diferencial, o sea, que pueda aprovechar el fósforo aplicado bajo una forma química que la maleza no pueda y que compita mejor”.

Entre las principales limitantes al uso de fosfito como fertilizante, Feingold señaló que “no puede ser absorbido por las plantas y, además, es tóxico para ellas, no así para los seres humanos”. Por esto, el desarrollo biotecnológico de plantas capaces de metabolizar fosfito se basó en la búsqueda e identificación de un gen bacteriano que oxida el fosfito (HPO3) a fosfato (HPO4) una vez absorbido por las plantas. Así, “la incorporación de ese gen en plantas permitió la obtención de cultivos como tabaco, soja, maíz y algodón capaces de utilizar el fósforo en forma de fosfito de manera exclusiva, generando así una ventaja en el aprovechamiento de este nutriente frente a las malezas”, detalló.

Esta estrategia permitirá el control de malezas resistentes y una disminución paulatina de la aplicación de herbicidas. Asimismo, contribuirá a la sostenibilidad productiva a partir de una mayor eficiencia del uso de fósforo a nivel general, generando un aporte a la mitigación de la erosión y manteniendo la biodiversidad del sistema, ya que las malezas no son totalmente eliminadas. 

“Los resultados permiten anticipar que, en principio, es posible la utilización de esta tecnología para disminuir la aplicación de herbicidas”, señaló Feingold y detalló: “En el caso del cultivo de soja, en Balcarce, hubo una disminución de las dosis de glufosinato de 2,5 % (dosis recomendada) a 0,5 %”.

Y agregó: “Esto no afecta el desempeño del cultivo de soja y no se observan diferencias en el grado de control de las malezas bajo aplicación de fosfito foliar post-emergencia”.

Esto genera un mayor crecimiento inicial del cultivo frente a las malezas, que luego verán disminuida su capacidad competitiva por sombreo. En este escenario las malezas no son eliminadas, sino que perduran como una cubierta verde por debajo del cultivo, pero minimizando la penalidad sobre el rendimiento. Como el sistema se basa en incrementar la competencia del cultivo frente a las malezas, esta tecnología puede contribuir a estrategias de control de malezas emergentes con resistencia a los diferentes herbicidas.

Asimismo, Feingold sumó otra característica que redunda en beneficios: “La aplicación foliar del fosfito en cultivos es un conocido estimulador de la resistencia sistémica de las plantas frente a patógenos y plagas, una potencialidad no estudiada aún en las plantas transgénicas que podrá aportar a la sanidad de los cultivos y a una reducción extra en el uso de agroquímicos”.

En este sentido, el coordinador del INTA puntualizó en la importancia de cuidar y preservar la biodiversidad, tanto de malezas como de insectos y microbiomas asociados a las malezas. “Lo que hace la tecnología es permitir la coexistencia del cultivo y la maleza y complementar con otros métodos de control, tratando de mantener la biodiversidad”, indicó.

“El objetivo del proyecto es validar la eficacia de la tecnología para los cultivos de soja, maíz y algodón en las diferentes regiones productivas del país e incorporar el transgén en genotipos de alta productividad de estos cultivos, derivados de los programas de mejoramiento del INTA y en asociación con otros semilleros”, expresó Feingold.

Esta investigación fue iniciada originalmente por el Dr. Luis Herrera Estrella –pionero mundial en la introducción y expresión funcional de transgenes en plantas– y la Dra. Damar Lopez Arredondo, ambos especialistas del Departamento de Ingeniería Genética de Plantas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) de México. 

Mediante un acuerdo de investigación y transferencia, el INTA está culminando el segundo año de ensayos de campo de los cultivos de soja, maíz y algodón en cuatro zonas diferentes: soja en Balcarce, maíz en Pergamino y algodón en Sáenz Peña (Chaco) y Reconquista (Santa Fe). Todos los ensayos se realizan bajo la normativa establecida por la Secretaría de Bioeconomía con el asesoramiento de la Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia).

Este trabajo –que cuenta con un enfoque multidisciplinario, con la participación de profesionales y técnicos de los Programas de Cereales y Oleaginosas, Cultivos industriales, Protección Vegetal, Recursos Naturales, Ecofisiología y Agroecosistemas además del Programa de Biotecnología– cuenta con el acompañamiento de INTEA SA y de la Asociación Cooperadora de la Estación Experimental Agropecuaria Balcarce del INTA.