Ante las recientes declaraciones de ciertos dirigentes que abogan por desmantelar el programa de vacunación contra la fiebre aftosa dirigido por el SENASA y proponen que los productores asuman esta responsabilidad, queremos expresar nuestra firme oposición a esta propuesta. Consideramos que tal medida representaría un retroceso hacia los fracasos del pasado, poniendo en peligro nuestra salud sanitaria.
Durante las últimas tres décadas, el sistema de vacunación antiaftosa, llevado a cabo por el SENASA y las Fundaciones en colaboración con los productores, ha demostrado ser altamente efectivo en el control y la protección del ganado vacuno. Solo la negligencia de algunos individuos que introdujeron animales enfermos al país o evitaron la vacunación ha comprometido la salud de nuestros rodeos.
Es preocupante que se esté promoviendo, bajo el pretexto de reducir costos, la transferencia de la responsabilidad de la vacunación a los productores.
Desde CRA, reiteramos nuestro compromiso con la sanidad animal y la seguridad alimentaria. Sostenemos firmemente que el mejor y más económico seguro para nuestro rodeo es un sistema de vacunación sólido y eficiente, como el que está actualmente en vigencia. Este sistema garantiza el acceso a los mercados internacionales para nuestras carnes, contribuyendo así al desarrollo y la competitividad del sector ganadero argentino.
Algunos beneficios del sistema actual:
– Garantía de Calidad y Proceso de Transporte:
Desde la producción hasta la aplicación, se mantienen rigurosos estándares de calidad y control para asegurar la eficacia y seguridad de cada dosis de vacuna, preservando la cadena de frío de manera impecable.
– Garantía de Higiene y Técnica de Inoculación:
Los vacunadores, capacitados adecuadamente, aplican las vacunas siguiendo protocolos estrictos de higiene y técnica, garantizando la inocuidad de las prácticas de vacunación y minimizando cualquier riesgo de contaminación.
– Sistema de Vacunación Solidario:
Mantenemos un precio uniforme para todos los productores, asegurando que incluso los más pequeños reciban la misma atención y cuidado, sin dejar ningún animal sin vacunar.
– Recolección y Procesamiento de Datos:
Se lleva a cabo un control exhaustivo de stock y recolección de datos para monitorear el estado de la hacienda y detectar cualquier anomalía tempranamente, garantizando una protección integral del ganado.
Los entes sanitarios, las fundaciones y los productores representan una pieza fundamental en la protección y promoción de la salud animal. Su compromiso y dedicación son dignos de reconocimiento y admiración, y seguiremos apoyando su invaluable labor.
Además, es preocupante que el gobierno argentino promueva la trazabilidad individual electrónica del ganado bovino. Esta medida podría imponer una carga adicional a los productores y dificultar el proceso de producción sin necesidad. Es fundamental que se consideren las opiniones y necesidades de los actores involucrados en la industria ganadera antes de implementar políticas que puedan afectar su funcionamiento.
Hoy se cuenta con un sistema aplicado a la exportación que nos permite acceder a mercados.
No admitimos que el gobierno imponga medidas de escritorio que no lograrán más que burocratizar y sobrecargar innecesariamente al productor en general y en particular a los pequeños.
José Amuchástegui decidió en el año 2013 incursionar en otras formas de producción a lo convencional y años después empezó a hacer realidad su proyecto. Fue así que dejó la actividad que realizaba y comenzó a elaborar harinas “agroecológicas” de diversos orígenes, como el trigo o la algarroba, y al mismo tiempo le encontró el gusto a contactarse con diversos productores en busca de materias primas certificadas que le permitan crecer en el segmento.
Las harinas que produce José se comercializan bajo la marca Bapan, y el inicio del emprendimiento hay que buscarlo en el establecimiento “Paititi”, de Esteban Zugasti, que integra “La Alianza del Pastizal”, donde además de producir conservan el ecosistema nativo de los pastizales pampeanos, en la zona de Sierra de los Padres, muy cerca de la ciudad de Mar del Plata. Allí nació la idea de agregar valor a los granos de trigo y otros cultivos que se cosechaban, para hacer la primera harina 000 de trigo orgánica de Argentina, es decir un producto de consumo masivo pero con un diferencial amigable con el ambiente.
Los comienzos del actual CEO de Bapan fue el corretaje de granos, habiendo pasado también como miembro de la Comisión Directiva del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO) más unos años de trabajo en la cadena de panes gourmet y orgánicos Hausbrot. En ese camino fue invitado a comercializar harina de trigo orgánico producida en “Paititi” hasta que, en el 2019, Zugasti decidió abocarse a la ganadería y la conservación, y Amuchástegui lanzar su propia marca.
Desde esta empresa ahora ofrece a panaderías, pizzerías o elaboradores de pastas o pastelería harina de trigo 000 (tres ceros), 0000 (cuatro ceros) e integral orgánicas certificadas; más harinas de otros cultivos como centeno y trigo sarraceno de campos cultivados sin el uso de agroquímicos ni fertilizantes de síntesis química. Una harina particular es la elaborada a partir de una leguminosa, Algarrobo Blanco (conocida como Prosopis alba) y cuyas plantaciones buscan regenerar el monte Santiagueño, tumbado en su momento para cultivos extensivos y actualmente con altos indicios de salinidad ante la suba de las napas por el desmonte.
“El orgánico es una necesidad, más que un fin en sí mismo”, nos dice el elaborador, añadiendo que para producir estas harinas buscamos campos que practiquen la conservación y producción. Los campos que encontramos por ahora no son muchos, y estamos trabajando junto a “Aves Argentinas” para promover la conservación en campos agrícolas con lagunas pampeanas en la localidad de Arias. En esta población del centro-sur cordobés, es donde se encuentra la Empresa Fideicomiso Benevento donde Amuchástegui realiza la molienda de la harina 000 y 0000 orgánica certificada.
Refiriéndose a la problemática de conseguir productores que trabajen los campos con estos procesos, Amuchástegui explica “Creo que principalmente viene por una inercia de hacer las cosas de forma convencional. Recién ahora se está empezando a valorar el tema de la biodiversidad y del cuidado del ambiente”. El empresario harinero también acotó que “a veces la biodiversidad queda sólo definida por el proceso de rotar cultivos y cuidar los micoorganismos en la tierra, pero en realidad es todo eso con la interacción con la macrofauna como ser aves, mamíferos e insectos entre otros. Es un concepto holístico que le estamos prestando atención desde hace pocos años. Hay poca cultura conservacionista y no sé si sabemos transmitir su valor a largo plazo”.
Refiriéndose si es redituable agregar valor a través de diferenciar estas harinas desde el cultivo, Amuchástegui enfatiza “Hay un sobreprecio y cuando los precios de los commodities se caen, ese sobreprecio es mayor. Cuando sube mucho el convencional tienden a acercarse. Pero ahora que estamos en un período de baja, se está pagando un diferencial importante por el orgánico. Tampoco hay tanta tecnología que ayude a los orgánicos a defenderse en la Argentina; no tienen las herramientas que tiene un convencional, y ahí hay un trabajo enorme para hacer”.
Consultado si se vende bien esta harina diferencial y si hay mercados, nos dice “Es un nicho y un nicho que está más valorado en el exterior. No exportamos todavía. Creo que, de a poco acá se está valorando y, con las variaciones macroeconómicas que tenemos en Argentina, complica que el público que se suma sostenga su consumo. Pero el interés del consumidor está”.
Para certificar su harina como “orgánica” Bapan debió cumplir pautas muy estrictas, limpiando todas las instalaciones previas a cada molienda. A la vez como la harina no se aditiva, para estandarizar su calidad panadera entre diferentes moliendas, hay un gran trabajo previo de selección de granos a moler “Buscamos que sea una harina que no tenga ningún tipo de agregado a lo que necesitamos para hacer un buen pan”, indicó Amuchástegui.
Respecto a cómo ve el futuro a este segmento responde “Creo que va a crecer y va a ayudar mucho que la Argentina se estabilice económicamente para que el orgánico se desarrolle, porque en un campo orgánico se hacen planes, como mínimo, a tres o cuatro años, con rotaciones y descansos del lote para que te certifiquen”.
Otro obstáculo para el desarrollo de este sector es que “a nivel impositivo se trata a los cultivos orgánicos del mismo modo que a uno convencional. Yo creo que los tratamientos tributarios debieran ser distintos dadas las externalidades positivas que brindan”, y sigue comentando “Si la Argentina plantea estratégicamente ciertos corredores o áreas de interés para la producción orgánica, va no solo a dinamizar el sector sino que a nivel país tendrá una marca invalorable que atravesaría no solo lo productivo, también la calidad de vida local como el turismo receptivo. La oportunidad está, y pareciera que no hay margen para esperar cien años más”, completó Amuchástegui. www.bapan.com.ar
Acerca de José Amuchástegui: Recibido como Administrador de Empresas en la Universidad de Buenos Aires trabajo en la multinacional francesa de deportes Decathlon hasta previo la crisis del 2001. Luego llego a trabajar por más de 8 años en Roagro SRL, una empresa de Rosario dedicada al corretaje de granos y subproductos, donde aprendió sobre reglas del mercado de commodities agrícolas; y también valorar el gran potencial de nuestro país en el agregado valor de los cultivos como destino para alimentación humana y animal.
En esta etapa laboral, tuvo la oportunidad de viajar por el país y conocer las virtudes y problemas de la transformación de amplias regiones por medio de la siembra directa y el uso agroquímicos asociados al desarrollo de semillas OGM – organismos genéticamente modificados -, con impacto directo y palpable a primera vista en los paisajes y ecosistemas nativos. Sin embargo y sin mucho conocimiento sobre el concepto de Biodiversidad, veía que estos paisajes naturales daban indicio de subsistir en lagunas, bajos, bordes de ríos, laterales de vías y cunetas.
Con estas ideas subyacentes, en 2015 empezó a averiguar sobre la producción orgánica, y encontró que la Argentina contaba hace más de 20 años con una Ley Nacional, su reglamentación, marco y normativas de certificación equivalentes a otros países como la Comunidad Europea o Japón. Por otro lado, en los propósitos de esta Ley, el cuidado de los suelos y la biodiversidad, son la razón de ser de todo el desarrollo de la normativa de producción y elaboración orgánica. Todo esto motivó que en el 2013 estuviera colaborando para la Asociación Civil MAPO – Movimiento Argentino para la Producción Orgánica – que actúa como cámara del sector y de la cual fue miembro Comisión Directiva, y que le permitió vincularse de lleno al sector orgánico argentino.
Actualmente está asociado también a la ONG “Aves Argentinas”, donde realiza diferentes talleres y capacitaciones en temas relacionados a la valoración de los paisajes naturales, conservación y la producción compatible con el cuidado de la biodiversidad.
Con un muy buen marco de público en cada una de las sesiones, finalizó hoy en Gualeguaychú el Simposio Internacional de la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur que giró en torno a la producción agropecuaria con eje en el aspecto ambiental. Llegaron expositores y público de distintos países del Mercosur. Participaron el secretario de Bioeconomía de la Argentina, Fernando Vilella; el ministro de Agricultura y Ganadería del Uruguay, Fernando Mattos; el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio; legisladores, funcionarios, dirigentes gremiales, empresarios, entre otros. Satisfacción de los organizadores.
La ciudad de Gualeguaychú disfrutó durante dos días de ponencias y mesas de debate en torno al papel del campo en la producción de alimentos, bioenergías y el cambio climático y los desafíos de sostenibilidad del agro del Mercosur.
Especialistas, dirigentes gremiales, productores, académicos y funcionarios de Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile, intercambiaron conceptos y posiciones sobre los desafíos de producir de manera sostenible.
El evento estuvo organizado por la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM); Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) y Sociedad Rural Gualeguaychú (SRG) y con el apoyo del IPCVA.
Debates de altísimo nivel
En la jornada tuvieron lugar las dos primeras sesiones: «El agro y su aporte a la acción climática. Potenciales y desafíos»; y «¿Cómo enfrentar los desafíos de un potencial proteccionismo ambiental?».
Participaron de la primere ponencia, Pedro Juan Caballero (IPTA – Paraguay; José Paruelo (INIA – Uruguay) y Mauricio Álvarez (INTA – Argentina). Por su parte, lo hicieron a segundo turno, Fernando Camargo (IICA en Argentina – Brasil); Marcos Medina (Miembro de la Comisión de Asuntos Internacionales ARP – Paraguay); Agustín Tejeda Rodríguez (Subsecr. de Mercados Agroalimentarios e inserción Internacional – SAGPyA – Argentina); Guillermo Bernaudo (Ministro de Desarrollo Económico de la Provincia de Entre Ríos – Argentina) y Fernando Vilella (Secretaría de Bioeconomía – Pte. Consejo Agropecuario del Sur – CAS – Argentina).
Asimismo, tomaron parte del acto inaugural Carlos Castagnani (Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas); Mauricio Davico (Intendente de Gualeguaychú); Rogelio Frigerio (Gobernador de Entre Ríos) y Fernando Mattos (Ministro de Agricultura y Ganadería – Uruguay).
En tanto el viernes fue el turno de «Los productores y las buenas prácticas agrícolas ganaderas. El pago de servicios ecosistémicos: ¿El mercado de carbono es parte de la solución? tendencias, realidades y oportunidades»; y el cierre de las exposiciones llevó como título «Experiencia y visión de los productores frente a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad».
Fueron artífices de esas disertaciones, Andrés Costamagna (Sociedad Rural Argentina, Co-coordinador Comisión Sostenibilidad – Argentina); Gonzalo Becoña (Coord. en Articulación Institucional y Comunicación en temas ambientales – INIA Uruguay); Ernesto Messina (Consejero y Coord. de la Comisión de Ambiente y Ganadería – CRA – Argentina); José L. Farah Paz (Bolivia); Marcos Medina (Paraguay); Rafael Normey (Uruguay) y Javier Rotondo (Argentina).
Las voces
El titular de CRA, Carlos Castagnani, rescató que «este tipo de jornadas, donde científicos, técnicos, productores y funcionarios convergen en un mismo sitio, sirven para echar luz, para aclarar, para explicar y poder comunicar el verdadero papel que el campo juega en el ambiente», al tiempo que destacó que «buscamos equilibrar continuamente el incremento de nuestra eficiencia productiva respetando el medio ambiente y aplicando las buenas prácticas agrícola-ganaderas, impulsando el desarrollo sostenible y contribuyendo a lograr la seguridad alimentaria de nuestros países y el resto del mundo».
Asimismo, expresó su beneplácito «por poder estar aquí inaugurando oficialmente este Simposio que no es otra cosa que la férrea voluntad de todos los que conformamos el sector agropecuario para debatir con madurez y responsabilidad sobre nuestra tarea. Debemos abordar el mercado de carbono, de los servicios agro ecosistémicos, de los certificados verdes y de todo instrumento que permita reconocer fiscal, financiera y económicamente el cuidado del medio ambiente que realizan los productores».
En el cierre del evento, el vicepresidente de CRA. José Colombatto, expresó que «nos vamos con la enorme satisfacción de haber aportado líneas y argumentos claros sobre la producción agropecuaria y su compromiso y aporte al medio ambiente. La producción con responsabilidad ha sido un desvelo de las instituciones y creemos que no hemos predicado en el desierto. El productor sabe cómo se deben hacer las cosas y está en condiciones de estar a la altura de lo que demanda el mundo, más allá de que algunas veces esas demandas están teñidas de hipocresía y segundas intenciones», aseveró.
A su turno, Fernando Villela indicó que «estanos trascurriendo un momento donde el tema ambiental está presente. Tenemos claridad que muchas de las acciones que se realizan tienen impacto sobre el ambiente y eso hay que corregirlo. Pero también sabemos que el sistema productivo argentino es uno de los más sostenibles en el mundo y hay evidencias parciales que los demuestran y lo mostramos y explicamos cada vez que nos toca hablar de estos temas», explicó, al tiempo que remarcó que «de otro lado aparecen demandas que pueden ser caracterizadas como paraarancelarias pero son reclamos de los consumidores. Y acá se puede intentar tener razón o vender. Tenemos muchos puntos de discusión con ciertos puntos que no están sujetos a ciencia. Pero si nos detenemos en eso no podríamos haber enviado la primera partida libre de deforestación y no podríamos vender nada desde el 1° de enero de 2025», argumentó.
Por su parte, Mattos agradeció la invitación, rescató el esfuerzo de los productores abocados a la lucha gremial, celebró la discusión planteada por el Simposio y reconoció que «empezamos a enfrentar un desafío enorme desde el punto de vista de las concepciones generales que rigen el comercio. El hecho de que la Organización Mundial de Comercio esté perdiendo peso relativo en el dictado de las reglas del comercio internacional dándole lugar al protagonismo de los aspectos ambientales nos exponen a un lugar de enorme riesgo. No es que el proteccionismo sea una cosa del hoy, ya llevamos más de 30 años con barreras sanitarias, máximos de residuos, tratados de biodiversidad, todas reglas que van restringiendo nuestra potencialidad productiva. El problema se agrava en el hoy porque quieren imponer normas que no están respaldadas por la ciencia. Así, en el aspecto climático somos tomadores de normas que impone el mundo central», criticó.
El gobernador entrerriano, Rogelio Frigerio, agradeció que se haya elegido a Gualeguaychú como sede del evento y manifestó su apoyo al sector productivo y expresó: «somos un gobierno que ha estado siempre del lado del campo, siempre hemos sido socios y hemos entendido qué es lo que necesita el campo del Estado. El campo es nuestro sector más competitivo y, además, uno de los más competitivos del mundo», aseveró.
Anuncio histórico
En el marco del Simposio, los gobiernos de Argentina y Uruguay anunciaron este jueves que se acordó la primera exportación de carne de cerdo a Uruguay, país que tradicionalmente ha importado este producto desde Brasil. De este modo, Argentina enviará por primera vez carne de cerdo (pulpa) enfriada y sin hueso a Uruguay, a un valor de 2.500 dólares por tonelada.
El anuncio fue realizado por el secretario de Bioeconomía, Fernando Villela, quien estuvo acompañado por el ministro de Agricultura y Ganadería del Uruguay, Fernando Mattos; el director de Producción Porcina de Argentina, Eduardo Torrado; y representantes de productores y cámaras porcinas de ambos países.
La ciudad de Gualeguaychú disfrutó durante dos días de ponencias y mesas de debate en torno al papel del campo en la producción de alimentos, bioenergías y el cambio climático y los desafíos de sostenibilidad del agro del Mercosur.
Especialistas, dirigentes gremiales, productores, académicos y funcionarios de Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile, intercambiaron conceptos y posiciones sobre los desafíos de producir de manera sostenible.
El evento estuvo organizado por la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM); Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) y Sociedad Rural Gualeguaychú (SRG) y con el apoyo del IPCVA.
Debates de altísimo nivel
En la jornada tuvieron lugar las dos primeras sesiones:«El agro y su aporte a la acción climática. Potenciales y desafíos»; y«¿Cómo enfrentar los desafíos de un potencial proteccionismo ambiental?».
Participaron de la primere ponencia, Pedro Juan Caballero (IPTA – Paraguay; José Paruelo (INIA – Uruguay) y Mauricio Álvarez (INTA – Argentina). Por su parte, lo hicieron a segundo turno, Fernando Camargo (IICA en Argentina – Brasil); Marcos Medina (Miembro de la Comisión de Asuntos Internacionales ARP – Paraguay); Agustín Tejeda Rodríguez (Subsecr. de Mercados Agroalimentarios e inserción Internacional – SAGPyA – Argentina); Guillermo Bernaudo (Ministro de Desarrollo Económico de la Provincia de Entre Ríos – Argentina) y Fernando Vilella (Secretaría de Bioeconomía – Pte. Consejo Agropecuario del Sur – CAS – Argentina).
Asimismo, tomaron parte del acto inaugural Carlos Castagnani (Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas); Mauricio Davico (Intendente de Gualeguaychú); Rogelio Frigerio (Gobernador de Entre Ríos) y Fernando Mattos (Ministro de Agricultura y Ganadería – Uruguay).
En tanto elviernes fue el turno de «Los productores y las buenas prácticas agrícolas ganaderas. El pago de servicios ecosistémicos: ¿El mercado de carbono es parte de la solución? tendencias, realidades y oportunidades»; y el cierre de las exposiciones llevó como título«Experiencia y visión de los productores frente a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad».
Fueron artífices de esas disertaciones, Andrés Costamagna (Sociedad Rural Argentina, Co-coordinador Comisión Sostenibilidad – Argentina); Gonzalo Becoña (Coord. en Articulación Institucional y Comunicación en temas ambientales – INIA Uruguay); Ernesto Messina (Consejero y Coord. de la Comisión de Ambiente y Ganadería – CRA – Argentina); José L. Farah Paz (Bolivia); Marcos Medina (Paraguay); Rafael Normey (Uruguay) y Javier Rotondo (Argentina).
Las voces
El titular de CRA, Carlos Castagnani, rescató que «este tipo de jornadas, donde científicos, técnicos, productores y funcionarios convergen en un mismo sitio, sirven para echar luz, para aclarar, para explicar y poder comunicar el verdadero papel que el campo juega en el ambiente», al tiempo que destacó que «buscamos equilibrar continuamente el incremento de nuestra eficiencia productiva respetando el medio ambiente y aplicando las buenas prácticas agrícola-ganaderas, impulsando el desarrollo sostenible y contribuyendo a lograr la seguridad alimentaria de nuestros países y el resto del mundo».
Asimismo, expresó su beneplácito «por poder estar aquí inaugurando oficialmente este Simposio que no es otra cosa que la férrea voluntad de todos los que conformamos el sector agropecuario para debatir con madurez y responsabilidad sobre nuestra tarea. Debemos abordar el mercado de carbono, de los servicios agro ecosistémicos, de los certificados verdes y de todo instrumento que permita reconocer fiscal, financiera y económicamente el cuidado del medio ambiente que realizan los productores».
En el cierre del evento, el vicepresidente de CRA. José Colombatto, expresó que «nos vamos con la enorme satisfacción de haber aportado líneas y argumentos claros sobre la producción agropecuaria y su compromiso y aporte al medio ambiente. La producción con responsabilidad ha sido un desvelo de las instituciones y creemos que no hemos predicado en el desierto. El productor sabe cómo se deben hacer las cosas y está en condiciones de estar a la altura de lo que demanda el mundo, más allá de que algunas veces esas demandas están teñidas de hipocresía y segundas intenciones», aseveró.
A su turno, Fernando Villela indicó que «estanos trascurriendo un momento donde el tema ambiental está presente. Tenemos claridad que muchas de las acciones que se realizan tienen impacto sobre el ambiente y eso hay que corregirlo. Pero también sabemos que el sistema productivo argentino es uno de los más sostenibles en el mundo y hay evidencias parciales que los demuestran y lo mostramos y explicamos cada vez que nos toca hablar de estos temas», explicó, al tiempo que remarcó que «de otro lado aparecen demandas que pueden ser caracterizadas como paraarancelarias pero son reclamos de los consumidores. Y acá se puede intentar tener razón o vender. Tenemos muchos puntos de discusión con ciertos puntos que no están sujetos a ciencia. Pero si nos detenemos en eso no podríamos haber enviado la primera partida libre de deforestación y no podríamos vender nada desde el 1° de enero de 2025», argumentó.
Por su parte, Mattos agradeció la invitación, rescató el esfuerzo de los productores abocados a la lucha gremial, celebró la discusión planteada por el Simposio y reconoció que «empezamos a enfrentar un desafío enorme desde el punto de vista de las concepciones generales que rigen el comercio. El hecho de que la Organización Mundial de Comercio esté perdiendo peso relativo en el dictado de las reglas del comercio internacional dándole lugar al protagonismo de los aspectos ambientales nos exponen a un lugar de enorme riesgo. No es que el proteccionismo sea una cosa del hoy, ya llevamos más de 30 años con barreras sanitarias, máximos de residuos, tratados de biodiversidad, todas reglas que van restringiendo nuestra potencialidad productiva. El problema se agrava en el hoy porque quieren imponer normas que no están respaldadas por la ciencia. Así, en el aspecto climático somos tomadores de normas que impone el mundo central», criticó.
El gobernador entrerriano, Rogelio Frigerio, agradeció que se haya elegido a Gualeguaychú como sede del evento y manifestó su apoyo al sector productivo y expresó: «somos un gobierno que ha estado siempre del lado del campo, siempre hemos sido socios y hemos entendido qué es lo que necesita el campo del Estado. El campo es nuestro sector más competitivo y, además, uno de los más competitivos del mundo», aseveró.
Anuncio histórico
En el marco del Simposio, los gobiernos de Argentina y Uruguay anunciaron este jueves que se acordó la primera exportación de carne de cerdo a Uruguay, país que tradicionalmente ha importado este producto desde Brasil. De este modo, Argentina enviará por primera vez carne de cerdo (pulpa) enfriada y sin hueso a Uruguay, a un valor de 2.500 dólares por tonelada.
El anuncio fue realizado por el secretario de Bioeconomía, Fernando Villela, quien estuvo acompañado por el ministro de Agricultura y Ganadería del Uruguay, Fernando Mattos; el director de Producción Porcina de Argentina, Eduardo Torrado; y representantes de productores y cámaras porcinas de ambos países.
KWS viene investigando dentro de sus procesos de mejoramiento genético el Corn Stunt Spiroplasma desde el año 2014. La genética tropical, el intercambio de información con los colegas de KWS Brasil y el ‘breeding’ dentro de una estación experimental para el ambiente sanitario hacen la diferencia actualmente.
Todavía sin datos concretos a nivel país de las pérdidas de rendimiento que causó el “Corn Stunt Spiroplasma” esta campaña, lo cierto es que la presión de la enfermedad fue histórica y afectó a todas las regiones maiceras.
Ante este preocupante marco de incertidumbre sanitaria, tiene mucho valor llevar claridad a los productores y asesores técnicos. Por ello, aportar información sobre la enfermedad es lo que eligió KWS en el contexto de “Todo Láctea 2024”, la feria lechera que se realizó en la localidad de San Francisco (Córdoba).
“¿Cómo producir silo de maíz en este contexto de Corn Stunt Spiroplasma?” fue el título de la charla que la compañía alemana, especialista en mejoramiento genético y agronomía de maíz, expuso a los productores que se acercaron al “Auditorio GEA”, dentro del predio ferial.
Santiago Vacca, gerente de Servicios Agronómicos, y Héctor López, responsable del Móvil de Aptitud Silera y experto en silo, estuvieron al frente de la conferencia. Los técnicos compartieron, dato tras dato, toda la información acumulada sobre Corn Stunt esta campaña, como también todo el conocimiento adquirido que KWS acumuló en más de diez de trabajo con esta enfermedad en Argentina.
“Sabemos que el vector que transmite la enfermedad, Dálbulus maidis, comúnmente conocido como la chicharrita, transmite cuatro tipos de patógenos que ocasionan achaparramiento de maíz. El Spiroplasma es la más común”, introduce Vacca, y advierte: “Este año, la presión de Spiroplasma en algunas zonas del país fue comparable a las registradas en Brasil, para quienes el Corn Stunt es una enfermedad común del cultivo”.
Con más de diez años de intercambio de información con KWS Brasil, KWS Argentina encontró que, la última campaña, hubo muchos factores comunes a las grandes epidemias de la enfermedad que padece el país vecino.
“La condición climática de inviernos con temperaturas benignas y la humedad relativa, el aumento de la superficie de los cultivos tardíos, el escalonamiento de las fechas de siembra y los ‘puentes verdes’, son los factores que más favorecen principalmente la reproducción de la chicharrita y, por ende, predisponen mucho más el traspaso de la enfermedad de una campaña a otra, aumentando la incidencia y severidad del Spiroplasma”, subrayó Vacca.
Además, agregó que la chicharrita es un insecto con alta capacidad migratoria por eso se extendió desde el norte del país a todas las regiones maiceras y que, debido a la baja aplicación de insecticidas actualmente en el cereal, también se disminuyó el control general de plagas, lo cual indirectamente favorece a la chicharrita.
Entre las certezas que siguieron transmitiendo los técnicos durante toda la charla, también destacaron que el periodo de mayor susceptibilidad del cultivo se encuentra entre emergencia y puede extenderse hasta más allá de la octava hoja expandida, en casos altas infestaciones.
“La mayoría de la información generada es en base a la experiencia científica en genética tropical, que es más tolerante. Sin embargo, la genética templada no tiene tantos años de selección a Corn Stunt Spiroplasma, por lo que normalmente su comportamiento frente a la enfermedad es menor”, alertó el gerente. Para dar tranquilidad al respecto, se mostraron datos durante la charla, de genética templada con muy buen comportamiento a la enfermedad.
Hablando de genética, el técnico explicó que ni el germoplasma tropical, y en menor medida el templado, pueden convertirse en inmunes a esta enfermedad. Por tanto, siempre se necesita del manejo.
“De acuerdo al mensaje de nuestros breeders y el equipo de Agroservice de KWS Brasil, el mejor control de la chicharrita debe empezar con un invierno frío. Asimismo, y teniendo en cuenta que ahora se cosechará una gran superficie de maíz afectada por la enfermedad, es fundamental minimizar las pérdidas de cosecha”, detalló.
Con respecto a los barbechos, los productores deben revisar el patrón de temperaturas invernales, controlar químicamente los maíces de crecimiento espontáneo “guacho” y las malezas gramíneas, y planificar “barbechos abiertos”, que ofrezcan la versatilidad de reseleccionar el cultivo a implantar, si no se puede sembrar maíz.
“Con un invierno frío y ejecutando todas las prácticas de manejo posibles para disminuir la población de chicharrita, sembrar temprano que es donde se esperaría la menor presiónjunto con genética templada de buen comportamiento, sería una decisión estratégica”, aconsejó Vacca. Una vez que el cultivo está sembrado sigue un monitoreo profesional de la chicharrita a partir de la emergencia del cultivo y la posibilidad de control químicos si fuera necesario. Esta campaña, KWS planea usar la mejor opción del mercado como curasemilla y así sumar una herramienta más al conjunto de prácticas disponibles para disminuir el problema.
Finalmente, el técnico dijo: “El trabajo adelantado de desarrollo que viene haciendo KWS en el país, la introducción de genética tropical en su portfolio, el intercambio de información nuestros colegas brasileros, la investigación en infectarios de la enfermedad y el ‘breeding’ dentro de una estación experimental especialmente enfocada en el desarrollo de genética para el norte del país fueron elementos cruciales para que KWS cuente con un portfolio de productos tropicales y templados que esta campaña brindaron excelentes respuestas a Spiroplasma”.
¿Qué ocurre con la genética silera? López advirtió que el Spiroplasma ocasiona múltiples daños en la planta de maíz, con lo cual se afectan parámetros clave de la calidad silera como, el rendimiento de materia seca total, la digestibilidad de la fibra, el rinde en grano alterando, así, la ventana de picado para ensilar.
Héctor López hablando sobre el impacto de Spiroplasma en híbridos sileros.
“La debilidad y el desbalance que provoca la enfermedad, en definitiva, es la puerta de entrada para otras enfermedades del maíz en ciertas condiciones climáticas. Una de ellas, bajo ambientes húmedos, puede ser Fusarium, precursor de metabolitos secundarios como las micotoxinas, que afectan a la hacienda cuando esos híbridos se ensilan”, dice el experto en silo, para casos extremos.
El responsable de Móvil de Aptitud Silera, que recorre el país de norte a sur muestreando silos, recomendó analizar la calidad silera de plantíos maiceros afectados por Spiroplasma para que el productor pueda dimensionar, potencialmente, con qué calidad de reservas está contando para llegar al picado de la siguiente campaña.
“En un maiz afectado por Spiroplasma cambia la relación de fuente/destino ya que las espigas no granan. Por lo tanto, otro impacto es que las cañas se debilitan y el cultivo se predispone al vuelco y quebrado. En suma y teniendo en cuenta los diferentes efectos, es aconsejable revisar la ventana de picado de un cultivo afectado con la enfermedad”, dijo López.
Para cerrar, Vacca y López mostraron una foto de muchas microparcelas de híbridos de maíz KWS sometidos a una alta presión de Spiroplasma. La imagen mostraba el daño con contundencia, pero también había parcelas con destacable condición sanitaria.
“KWS viene generando información muy valiosa contra esta enfermedad hace muchas campañas. Así, dentro de nuestro programa de mejoramiento, están avanzando híbridos con mejorada respuesta al Spiroplasma”, alentaron.
Fue desarrollada por la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Es la primera vez que una empresa local obtiene una variedad de trigo a partir de esta tecnología que permite acortar tiempos en el proceso de mejoramiento genético.
La presentación de la nueva variedad de trigo ACA 605, obtenida con la tecnología doble haploide, fue hecha en el marco de A Todo Trigo, el tradicional congreso de cultivos de invierno organizado por la Federación de Acopiadores.
“Desde nuestro laboratorio biotecnológico ubicado en Pergamino, aplicamos esta tecnología que nos permite llegar al mercado con una variedad para comercializar en 8 o 9 años; mientras que con el mejoramiento tradicional a campo esta tarea llevaría de 12 a 15” , aseguró Marco Prenna, director de Insumos Agropecuarios e Industrias de ACA, y explicó que este procedimiento “además de ganar tiempo, permite incorporar mayor resistencia a enfermedades y mejor calidad en los trigos”.
¿En qué consiste la tecnología de doble haploide? Leandro Ortis, director del Criadero de Cereales de ACA, indicó que “la técnica consiste en retirar con pinzas las tres anteras de cada flor, en la máxima cantidad de espigas posibles”. Y además, especificó que luego “se polinizan las espigas de trigo con polen de maíz para generar la formación de un embrión haploide, que contiene la mitad de los cromosomas. Después de unos días de polinizadas, se rescata a los embriones para que se desarrollen en medio de cultivo, dentro de cámaras de crecimiento”.
Una vez que los embriones desarrollan una planta de seis o siete centímetros, “se realiza la duplicación cromosómica con colchicina, lo que permite obtener nuevas variedades completamente estabilizadas en un tiempo considerablemente menor frente al proceso de mejora tradicional”, aclaró Leandro Ortis.
Por otro lado, Agustín Sosa, gerente Comercial de Semillas de ACA, detalló: ¨Para llegar a los clientes con nuestras variedades realizamos un trabajo muy importante. Es clave estar en contacto con nuestras Cooperativas y productores, ya que son ellos los que nos exigen una mejora continua en nuestros productos, como el potencial de rendimiento, resistencia a enfermedades, calidad, entre otras. Y todas estas son cualidades que destacan a nuestros materiales¨.
Sumado a ello, en ACA destacan el respaldo de toda la Red de Desarrollo de productos, ya sea propia como también de terceros, “que soportan y afirman la performance de nuestros materiales en cada lanzamiento que se realiza, obteniendo así toda la información que nuestros clientes necesitan para facilitarles la toma de decisión”.
Hoy ACA cuenta con una paleta de productos totalmente renovada, conformada por 13 variedades comerciales que van desde los ciclos largos, intermedios y cortos, y cubriendo los grupos de calidad 1,2 y 3; con características que se adaptan a las necesidades que solicitan sus clientes.
Desde ACA consideran que como muestra del éxito de esta política de desarrollo de semillas de trigo, desde su propio semillero y laboratorio, los trigos ACA vienen obteniendo los primeros lugares en los certámenes del sector. Por ejemplo, en la Fiesta Provincial del Trigo, el trigo ACA 602 salió Campeón en las categorías “Trigo pan” y “Proteínas”; y en la Fiesta Nacional del Trigo, el trigo ACA 303 Plus obtuvo el primer lugar también en la categoría “Proteínas”.
Optimismo en la Campaña 2024/25 En relación a la actual campaña de trigo 2024/25, Sebastián Rivero, gerente de Productos Agrícolas de ACA, aseguró que “se presenta con perspectivas alentadoras gracias a una mejora significativa en la relación insumo-producto y niveles óptimos de humedad en el suelo, estableciendo una base sólida con expectativas positivas para el sector”.
Asimismo, según sostuvo Sebastián Rivero, a nivel internacional distintos factores han contribuido a un reciente aumento en los precios del trigo. “Entre ellos, la sequía en Rusia, pronósticos poco alentadores para la cosecha de la Unión Europea por excesivas lluvias que afectaron la siembra, y en Estados Unidos la sequía sigue siendo una preocupación”, enumeró.
Con estos factores en cuenta, en ACA se espera que la campaña triguera de 2024/25 capitalice los avances observados, con potencial para igualar o incluso superar los éxitos de años anteriores. “De mantenerse condiciones climáticas favorables, Argentina produciría en la próxima campaña alrededor de 17 millones de toneladas de trigo, mostrando una notable recuperación respecto a las campañas pasadas”, aseguraron desde la gerencia de Productos Agrícolas de ACA.