Fue el título de la jornada a campo organizada por el IPCVA en cercanías de Villa Mercedes, San Luis, bajo el lema “Menos alimentos + mayor producción = mejor negocio”.
Allí se presentó el modelo productivo que impulsa el médico veterinario Daniel Bovetti de la localidad de Alejandro Roca, Córdoba, basado en la genética de la raza Limangus que desarrolla en su cabaña La Tregua de Santa Coloma, generando biotipos que se adapten a diferentes ambientes, incluso aquellos considerados marginales, enfocados fundamentalmente en la producción de carne, tomando ejemplos de otras especies, como el porcino, que en los últimos 40 años ha multiplicado exponencialmente su productividad, a partir de nuevos criterios de selección, basados en estadísticas concretas.
A través de mediciones complejas sobre diferentes aspectos de su producción, como es el consumo residual a través del indicador RFI, o los desarrollos de carcaza, área de grasa y ojo de bife por medio de ecografías, se pretende caracterizar el grupo de animales que se maneja y su condición genética, para entender la variabilidad existente en cada establecimiento, lo que ayuda a la toma de decisiones para ajustar los parámetros de manejo y alimentación, a fin de lograr mayor homogeneidad en los biotipos, basados en su eficiencia de conversión, definiendo una línea de reproductores con caracteres heredables de mayor rendimiento carnicero con menor consumo, lo que promueve una alta rentabilidad sin descuidar por ello la calidad del producto final.
El regreso a la presencialidad
En una zona desafiante de la provincia de San Luis, se hace ganadería eficiente a partir de mejoras permanentes. Puertas abiertas para conocer una explotación ganadera con buenos registros en una Jornada a campo del IPCVA que marcó la reapertura del programa de capacitación y transferencia de conocimientos que impulsa el instituto.
Daniel Bovetti, precursor de este modelo de alta eficiencia basado en la medición absoluta, es titular del establecimiento “El Oratorio”, en la provincia de San Luis, unos 15 kilómetros al norte de la localidad de Villa Mercedes, en un campo de región semiárida de unos 500 milímetros anuales de precipitaciones. Una de las cinco unidades productivas que la empresa dispone en toda la zona núcleo para el manejo de una cría ganadera de ciclo completo. La actividad que allí se desarrolla es la recría de vaquillonas que paren por primera vez y luego cuando toman el segundo servicio se trasladan a un campo donde se conforma un rodeo de vacas adultas.
“El principal objetivo del establecimiento es la ganadería de ciclo completo, desde el ternero al novillo terminado, todo esto sumado a una producción de genética propia de raza Limangus, pero más allá de esa raza en sí, producimos genética para animales que se adaptan a diversas áreas productivas y con ello nuestro objetivo es adaptar genética a diversos ambientes”, describe Bovetti.
Med. Vet. Daniel Bovetti, titular de Cabaña La Tregua de Santa Coloma.
Limangus es una raza que reúne una buena composición cárnica propia del Limousin y las virtudes que le agrega la raza Angus. “La principal virtud es la capacidad de conversión de materia seca en kilos de carne con una grasa justa”, apunta el productor sanluiseño.
Bovetti reconoce que uno de los puntos críticos es la fertilidad, puesto que el primer desafío es preñar y llegar bien a la parición, y por supuesto los desafíos de la alimentación y la búsqueda de una genética que apunte a conformar animales más eficientes en la transformación de kilos de pasto en kilos de leche. “Trabajamos para que en 15 o 20 años tengamos rodeos más eficientes y con una mejor relación con el medioambiente”, razona.
La alimentación es básicamente pastoril, a partir de megatérmicas como es el pasto llorón, pastos naturales propios de esta región y verdeos de invierno como centeno para la recría y verdeos de verano a partir de sorgo y melilotus en el verano.
La reproducción se inscribe en un esquema sencillo que se circunscribe a unos 60 días, donde se quedan los ejemplares más eficientes en cuanto a la fertilidad y así se mejoran las virtudes genéticas en este proceso de selección. “Relacionada con el medioambiente, la epigenética hace que podamos tener registros de eficiencia en este primer eslabón. Esta eficiencia se verifica en las mediciones de carcasa y los registros de RFI asientan el consumo de cada animal y su ganancia de peso, se llega a la góndola con un producto de alta calidad producido de modo más eficiente. Las mediciones permiten no solo seleccionar sino también corregir”, cuenta el titular de “El oratorio”.
El medioambiente es una preocupación creciente y está instalándose en la agenda ganadera con mucha velocidad, y eso es una virtud que se defiende en este establecimiento pues se piensa la ganadería a varias décadas.