El Simposio Fertilidad dejó una señal de alerta: el atraso tecnológico a la hora de definir las aplicaciones

El Simposio Fertilidad dejó una señal de alerta: el atraso tecnológico a la hora de definir las aplicaciones

“Más del 80% de las decisiones se toman copiando lo que hice el año pasado o lo que hacen los vecinos. Vamos rápido en adaptar cultivos a regiones, pero la nutrición sigue esperando”, alertó un experto. El rol que pueden cumplir las tecnologías agtech.

Martín Díaz Sorita, docente de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), es uno de los expertos más reconocidos del país en lo que respecta a nutrición de cultivos. Entre otras razones, ese reconocimiento reside en un aspecto clave: no tiene vueltas a la hora de plantear los problemas que se generan por no tomar buenas decisiones en el manejo agronómico.

En el marco del Simposio Fertilidad 2023, fue una de las voces que sobresalió, al llamar la atención sobre lo que considera falencias al momento de definir la aplicación de fertilizantes.

“En la Argentina es creciente el uso de fertilizantes, pero acompañando a la producción agropecuaria, manteniendo una estrategia moderadamente conservadora. Pero no por encima de las demandas. El nivel del uso de los fertilizantes no es excesivo y están muy lejos de la mejor aplicación recomendada por las tecnologías de fertilización disponibles”, alertó durante su disertación.

Y luego fue contundente al describir una realidad que considera negativa de la agricultura argentina: “Más del 80% de las decisiones de fertilización se toman copiando lo que hice el año pasado o lo que hacen los vecinos. Utilizamos técnicas de fertilización que tienen 10 años junto híbridos lanzados hace solo 2 años”.

Por eso, consideró que “hay mucho para mejorar”, porque “pocas decisiones se toman con datos ciertos del lote”. “Vamos rápido en adaptar los cultivos a regiones, pero la nutrición sigue esperando que los productores se actualicen con sus prácticas”, prosiguió.

DEL ANÁLISIS A LA PRESCRIPCIÓN

Según Díaz Sorita, difícilmente una estrategia pueda ser eficaz si no se parte de un análisis inicial de los suelos.

“El punto de partida sigue siendo el análisis de suelo, que solo abarca el 30% de los lotes. Mucho más que hace 10 años. Falta mucho, pero estamos mejor”, mencionó.

Pero continuó: “Cuando llevamos una muestra al laboratorio se homogeniza. Tenemos indicadores de suelo que predicen a dónde estamos; hay que priorizar los ambientes al tomar decisiones de fertilización”, propuso.

Martín Díaz Sorita

En ese punto, precisó que los indicadores de fertilidad ayudan a planificar. “El análisis interroga al suelo para saber cómo está y poder atenderlo”. Y explicó que, aunque la incorporación de fertilizantes del país es creciente, el esfuerzo que está haciendo el suelo, con sus propios nutrientes disponibles, también lo es.

“Cuando un cultivo delata que le falta algo, eso afecta el rendimiento y la producción”, insistió. Y recordó que los fertilizantes corrigen la oferta de nutrientes.

También calificó como un aspecto fundamental la oferta de agua: subrayó que hay que tener en cuenta el lugar correcto de aplicación, utilizando el agua de lluvia, que “nos tiene que acompañar cuando aplicamos el fertilizante en el suelo, lo que va a determinar momentos y decisiones”.

EL ROL DE LAS AGTECH

En este marco, una forma de mejorar la toma de decisiones en materia de fertilizaciones es a través de la implementación de herramientas digitales. Sobre esto, hubo un panel especial en el Simposio Fertilidad.

Laila Puntel, de la Universidad de Nebraska, presentó resultados de una encuesta realizada en Sudamérica sobre el nivel de incorporación de herramientas digitales, en la cual resultó que Brasil y Argentina son los principales países que adoptan, seguidos por Uruguay y Chile.

Pero el tema que resaltó es que el uso de herramientas digitales está poco vinculado a la toma de decisiones, especialmente en lo que hace a temas de la nutrición de cultivos. “Todavía el traslado de datos para las prescripciones tiene cierto atraso”, coincidió con la planteado por Díaz Sorita.

Laila Puntel

En este sentido graficó que las tecnologías más adoptadas son las que permiten recolectar datos, como el GPS/piloto, las herramientas de mapeo, apps e imágenes. En tanto, las plataformas digitales o de internet de las cosas, “que son las que ayudan en la toma de decisiones, están muy poco difundidas”.

Puntel explicó que ese tipo de aplicaciones “prescriptivas” tiene la limitación de que son “complejas de utilizar” junto a otras “limitantes” como los costos, la necesidad de un entrenamiento previo y “la falta de una cuantificación de sus beneficios”.

A su turno, Adrián Correndo, de la Universidad del Estado de Kansas, propuso indagar en “¿Cómo analizamos los datos?”.

En principio advirtió que “los datos son poder, pero hay que usarlos; si solamente los juntamos, son un costo”. De aquí planteó el problema de cómo refinar el análisis de datos, lo cual “es un desafío para la agronomía actual” que conlleva al problema de la educación para el manejo de datos, la reproducibilidad (compartir los datos) y la accesibilidad (la posibilidad de traducirlos).

En este escenario, apuntó a que la cuestión está en “cómo desarrollar modelos que terminen en recomendaciones que sean confiables”.

“Hay que avanzar en el uso de los modelos ‘predictivos’, como el machine learning, dejando atrás el de los modelos ‘explicativos’ que solo describen lo que ya pasó. El agrónomo hoy necesita modelos sobre lo que va a pasar, pero para eso no tenemos entrenamiento”, describió.

Sobre el final, enumeró algunos de los problemas que aparecen en las recomendaciones en nutrición, como “arreglar las inconsistencias que hay en las recomendaciones o ponerse de acuerdo en conceptos como el de los ‘rangos críticos’ e incluir la incertidumbre de los modelos”.

Adrián Correndo

El panel cerró con la charla sobre “Nutrición Digital bajada al lote” a cargo de Santiago Tourn, de la Universidad de Mar del Plata y MECATECH, quien puso la alerta en que “para cerrar las brechas de rendimiento hay que entender que todas las operaciones dependen de una máquina que tiene un operario”.

Retomando la cuestión de la incorporación de tecnología, Tourn citó que las herramientas digitales más comunes en fertilización son las apps de celular y las webs de gestión, con 95% de conocimiento de parte de los productores.

En cambio, en lo que hace a “la tecnología de gestión de maquinaria, como telemetría de la maquinaria (seguimiento, mantenimiento) hay muy poco desarrollo, 5%”.

Santiago Tourn

En este sentido, indicó que para nutrición de cultivos se necesita una plataforma de gestión, un módulo de telemetría y un controlador compatible. “Y para todos hace falta la conectividad que es la principal limitante en Argentina, es el principal cuello de botella para el avance de la nutrición digital”, enfatizó.

Por todo ello “colocar el fertilizante, es decir el envío de la prescripción a la máquina, es la menos avanzada de las acciones”.

En este orden enumeró una serie de pasos a tener en cuenta a la hora de hacer las prescripciones: tener en cuenta la característica de la máquina (de sólidos o de líquidos), el ancho de labor y la velocidad de avance, y la demora en el cambio de dosis. “La máquina ideal es la de tipo neumática por tramo”, sugirió.

De todos modos, Tourn subrayó que “la calidad de aplicación de fertilizante ha mejorado en Argentina”, situación que atribuyó a “la mejor oferta tecnológica, el mayor conocimiento del impacto de la mala calidad de aplicación y a que el mayor precio de insumos obligó a mejorar” para ahorrar costos.

Finalmente resumió que para las aplicaciones digitales se necesita principalmente una mejor cobertura de redes (GPRS, Edge, 3G, 4G y 5G); hacer prescripciones de aplicación teniendo en cuenta el ancho de los botalones y las velocidades de trabajo; y que haya más interacciones entre las empresas de maquinaria que incorporan agricultura digital (protocolos Isobus).

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”. 

La Bolsa de Rosario reportó un nuevo recorte en la estimación de la cosecha de soja

La Bolsa de Rosario reportó un nuevo recorte en la estimación de la cosecha de soja

Según los equipos técnicos de la entidad, la producción nacional ascenderá a 21,5 millones de toneladas, 56% menos respecto de lo que se esperaba al inicio de la campaña

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) volvió a disminuir las estimaciones de la cosecha de soja. Según el último informe técnico emitido este jueves, la producción nacional será de 21,5 millones de toneladas (Mt), guarismo que representa un 56% menos respecto a lo que se esperaba al inicio de la campaña.

«Las inéditas heladas de febrero, la falta de agua y el calor se van manifestando en la trilla de la soja de primera», explica el documento realizado por la Guía Estratégica para el Agro (GEA), que también analiza la situación del trigo y el maíz. Respecto al primero, las extremas condiciones climáticas dificultan las intenciones de siembra. Respecto al segundo, aún se mantiene una incógnita para conocer el volumen final de la cosecha.

Soja

Las dificultades generadas por la sequía siguen protagonizando el panorama de los principales cultivos argentinos. En soja, donde ya se viene afirmando que se tratará de la peor producción en 23 años, GEA recortó un 7% su estimación respecto a un mes atrás: de 23 Mt pasó a 21,5 Mt. Los mayores ajustes se dieron en la provincia de La Pampa.

«De abril a mayo el rinde nacional cede y cae por debajo de los 18 quintales por hectárea (qq/ha), el nivel más bajo de los últimos 15 años. La soja ha tenido un año duro en extremo: la pérdida de área sube de 3,58 a 3,64 millones de hectáreas», sostiene GEA.

Trigo

Por el lado del trigo, la extrema falta de agua en los perfiles de suelo «complica las intenciones de los productores», plantea el informe. Según GEA, si las lluvias de abril hubiesen acompañado con los niveles estadísticos medios, esta primera estimación de trigo posiblemente hubiese reflejado una intención de siembra de más de 7 millones de hectáreas. Sin embargo, el escenario de seca limita el potencial de concretar dichas intenciones.

«En el 2023, la provincia triguera por excelencia, Buenos Aires, arranca mayo con la mitad del territorio en la categoría muy seco. Esto significa que los perfiles de los suelos están en las condiciones más secas de los últimos 30 años», plantea el documento.

Maíz

Con un 32% de avance en la cosecha, la trilla del maíz tardío, la incógnita que falta despejar para saber el volumen final de la cosecha «está todavía muy lejos», explica GEA. Por lo pronto, no se han realizado cambios en los guarismos de abril, por lo que se sigue estimando una cosecha maicera de 32 Mt, 40% menos de lo que se esperaba producir a principios de la campaña.

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”. 

El escenario actual del biogás en Córdoba

El escenario actual del biogás en Córdoba

Este es un biocombustible obtenido a partir de las reacciones químicas efectuadas por bacterias sobre la materia orgánica, generando así una serie de gases, compuesto por metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, hidrógeno y amoniaco. Desde el año 2017 la generación de esta fuente ha ido creciendo, pasando de 4 GWh en 2017 a 90 GWh en 2022, posicionándose como la segunda provincia productora a nivel nacional por detrás de Buenos Aires.

Para hacer frente a diversos problemas que aquejan a la sociedad, se crearon los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De los 17 que se han propuesto, en particular el objetivo 7 trata sobre la energía asequible y no contaminante. Una meta clara es: “de aquí a 2030, aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas”.

En este contexto, de acuerdo a datos de EMBER (que es un grupo de expertos en energía global que generan información para la toma de decisiones), el recurso más utilizado en Argentina para crear energía es el fósil y el gas, los cuales representan un 38% y 36% de participación en promedio. Sin embargo, se puede observar que otras fuentes como la hidroeléctrica, tiene en promedio una participación del 15% en la matriz energética, además de aumentar año tras año la cantidad de GWh generadas por las otras energías limpias.

 

 

 

*Contiene datos hasta el mes de febrero

Fuente: BCCBA en base a Ember

 

Las energías renovables están teniendo una mayor participación en el escenario energético argentino, las cuales ya abastecen el 14% de la demanda del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de acuerdo a datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA). Para considerar la magnitud de este dato, se destaca que el MEM abastece el 93% de la demanda del sistema eléctrico argentino, el sistema patagónico cubre el 6%, y los pequeños sistemas aislados el 1% restante. En detalle, la participación mensual rondó entre el 12% y 18%, siendo el mes de octubre el que alcanzó el valor más alto y junio el más bajo.

Para los primeros tres meses del 2023, la participación promedio de las energías renovables en la demanda fue del 12%. En comparación con el primer trimestre del año pasado hay una disminución de 2,2 puntos porcentuales en la contribución a la demanda de energía.

 

 

Fuente: BCCBA en base a CAMMESA

El sector agrícola es un gran aportante en este escenario. Los residuos producto de esta actividad tienen destino provechoso para la generación de energía renovable. Los beneficios son múltiples, por un lado, logran un control sobre el destino final de los residuos, contribuyen al tratamiento de efluentes y se producen biofertilizantes útiles para cerrar el circuito de los nutrientes en los sistemas productivos, lo que realza la importancia de la implementación de la economía circular.

EL BIOGÁS COMO FUENTE DE ENERGÍA SOSTENIBLE

El biogás es un biocombustible obtenido de las reacciones químicas efectuadas por bacterias sobre la materia orgánica, estos se alimentan de los insumos en descomposición generando así una serie de gases. Este está compuesto por metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, hidrógeno y amoniaco.

El proceso de generación de este biocombustible se lleva a cabo en unidades cerradas, donde sucede la fermentación de la biomasa en un medio acuoso y falto de oxígeno, que recibe el nombre de plantas de biogás o biodigestores. Este tiene una duración de 15 días y requiere una temperatura de 35°C. El producto obtenido puede usarse para generar energía eléctrica o térmica principalmente, combustible ecológico para vehículos y gas natural para usar en las residencias.

Los insumos que se pueden utilizar son residuos sólidos urbanos e industriales, efluentes de tambo o también llamado purín, que es la mezcla de heces y orina de animales que se encuentra en las instalaciones y corrales de espera, además del agua de lavado de pisos, restos de leche y alimentos, agua de las precipitaciones, etcétera. Se puede incorporar además efluentes agroindustriales, aguas residuales y cultivos forrajeros.

EL BIOGÁS EN ARGENTINA Y CÓRDOBA

En el año 2022 se produjo en Argentina un total de 418 GWh de biogás, es decir un 11% más en comparación del año previo. Un aspecto interesante para destacar, y que se observa en el gráfico, es que la producción de esta energía, aun en años de pandemia por Covid-19, no ha dejado de crecer en los últimos periodos.

En lo que respecta al año 2023, hasta el mes de marzo se han generado 89,9 GWh, correspondiente a 31,7 GWh producidos en el mes de enero, 27,8 GWh en febrero y los restantes 30,5 GWh en marzo. En comparación con el mismo periodo pero del año 2022 se generó un 15% menos, ya que se habían producido 106,2 GWh.

 

 

*Datos hasta el mes de marzo

Fuente: BCCBA en base a CAMMESA

En particular, la provincia de Córdoba, desde el año 2017 ha comenzado a producir en cantidades más importantes. La participación de la provincia fue aumentando con el paso del tiempo, hasta posicionar en un 22% de la generación total del país en 2022. Con respecto al primer bimestre del año 2023 se han generado en Córdoba 20,5 GWh de biogás, correspondiente a una producción de 6,8 GWh para el mes de enero, 6,1 GWh para el mes de febrero y 7,7 GWh en marzo. En comparación con el primer trimestre del 2022 solo disminuyó la actividad en un 1%.

 

 

*Datos hasta el mes de marzo

Fuente: BCCBA en base a CAMMESA

Esta se posiciona como la segunda provincia productora, ya que en primer lugar se encuentra Buenos Aires con 46% de participación en el total de la producción, que se traducen en 190 GWh de producción de biogás durante el 2022, mientras que en tercer puesto se encuentra Santa Fe con 18% de participación, es decir unos 76 GWh. En la siguiente tabla se muestra el avance provincial en la participación de producción de biogás en Argentina. La provincia de Buenos Aires ha ido perdiendo terreno, avanzando así Córdoba, Santa Fe y en menor medida provincias como San Luis, La Pampa y Tucumán.

 

 

Fuente: BCCBA en base a CAMMESA

EMPRESAS EN CÓRDOBA

Según datos del Ministerio de Economía y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Córdoba se localizan 19 plantas que producen biogás (algunas de ellas aún no han comenzado a funcionar ya que están en etapa de construcción). Como se observa en el mapa, estas se encuentran dispersas en la provincia, sin embargo, el 32% de las plantas se encuentran en el departamento de Río Cuarto.

 

 

Fuente: BCCBA en base a datos de Ministerio de Economía y CONICET

Los insumos que se utilizan en el proceso son variados como se ha mencionado previamente, pero los más usuales incluyen los efluentes porcinos, subproductos industriales y agrícolas, silaje de maíz, estiércol, residuos de frigoríficos y vinaza, entre otros.

El 68% de las empresas están conectadas al Sistema Argentino de Interconexión (SAI), este sistema permite generar y transportar la energía eléctrica de alta tensión a todo el país (a excepción de Tierra del Fuego que tiene su propio sistema), conectando así a los generadores con los consumidores. El restante porcentaje utiliza lo producido para autoconsumo.

La actividad primaria que llevan a cabo las plantas contabilizadas se reparte en: generación eléctrica, o generación eléctrica, térmica y tratamiento, o generación eléctrica y térmica, p tratamiento o generación térmica y tratamiento. Como se observa en el siguiente gráfico, el 53% de las plantas tienen como actividad primaria la generación de energía eléctrica y solo un 5% de las empresas tienen como fin el tratamiento de los desechos que se producen en sus tambos o campos.

 

 

Fuente: BCCBA en base a en base a datos de Ministerio de Economía y CONICET

En cuanto a la potencia de las plantas, las mismas totalizan 25MW para Córdoba, en donde el 84% aporta con un megavatio o más, mientras que el resto tiene una potencia menor a ese valor (que ronda en los 0,2 MW). Algunas plantas han experimentado con los últimos programas nacionales, como el RenovAr en sus distintas rondas, ampliaciones por lo que han aumentado su potencial inicial.

EMPLEO EN EL SECTOR

En este sector, como en otros de la bioeconomía, se habla de empleo verde. El mismo comprende aquellas actividades que reducen el impacto ambiental de las prácticas productivas tradicionales o de sectores emergentes, asegurando que se cumple con los estándares de trabajo decente y considerando, además, tres dimensiones conjuntamente: sostenibilidad económica, social y ambiental.

Como lo expresa la Organización Internacional del trabajo (OIT), la demanda de empleo en este sector es mucho mayor que en el caso de las fuentes fósiles, dado que se debe considerar desde la etapa agrícola, hasta el procesamiento industrial y los servicios asociados. Además las cadenas de valor creadas por las bioenergías generan empleo en otras industrias, como la de bienes de capital.

En el último informe sobre energías renovables y empleos de la International Renewable Energy Agency (IRENA), se estimó que en 2021 se emplearon 12,7 millones de trabajadores en el mundo distribuidas como se muestra en el grafico posterior. La energía solar fotovoltaica es la que mayor participación tiene en el total, un 34%. Por su parte, los trabajadores dedicados a las actividades de biogás representan un 2% mundial.

 

 

*energía termosolar de concentración

Fuente: BCCBA en base a IRENA

En Argentina el sector del biogás genera unos 400 puestos de empleo, contabilizando tanto los directos como indirectos. Por lo tanto, de los 28.200 puestos computando todas las tecnologías, el biogás representa el 1,4% del trabajo en el mercado de las energías renovables.

 

 

Fuente: BCCBA en base a IRENA

COSTOS DEL BIOGÁS EN ARGENTINA

Según los datos relevados por CAMMESA, se observa que el costo medio del biogás, que se define como el cociente entre la suma de los costos representativos de la producción ya sean propios y/o asociados y la energía total generada en un periodo, ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. En particular, en el mes de junio de 2021 hay una gran disminución de los costos, pasando de USD 192 a USD 140 dado un aumento en la cantidad de GWh generados, el cual pasó de 7,2 GWh en mayo a 11,2 GWh a junio de ese año.

 

 

Fuente: BCCBA en base a CAMMESA

Los costos que se consideran en el cálculo varían en función de variables físicas, que se corresponde con la cantidad generada de biogás y el consumo de combustible, y económicas que son los precios representativos de reconocimiento de costos, además de otros costos adicionales de gestión.

Comparando con el costo medio de otras fuentes de energías renovables, en particular, la biomasa, los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (PAH) y la energía eólica, el biogás es la única que posee un costo medio por debajo del promedio. Esto en parte es explicado porque este último tiene más empresas que participan en el proceso y por ende mayor cantidad de GWh generados.

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”. 

En el transporte de cargas, la inflación anual ya superó el 130%

En el transporte de cargas, la inflación anual ya superó el 130%

Abril no le dio tregua a los costos: se encarecieron otro 7,7% y para mayo se espera un piso del 8%. En el primer cuatrimestre del año, el incremento acumulado es del 29,3%.

El costo de transporte de cargas no para de aumentar y solo en abril, la suba fue de 7,7%, de acuerdo a la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). 

En medio de un contexto de continuidad de alta inflación minorista y mayorista, en marzo la suba de costos había dado una tregua, con un suba de 3,3%.

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”. 

La DG AGRI de la Comisión Europea estará presente en DEMOAGRO 2023

La DG AGRI de la Comisión Europea estará presente en DEMOAGRO 2023

La DG AGRI, responsable del área política de agricultura y desarrollo rural de la Unión Europea, acude como entidad patrocinadora a la quinta edición de DEMOAGRO.

 

DEMOAGRO 2023

La Comisión Europea estará presente en DEMOAGRO 2023 con un stand institucional bajo el paraguas ‘From Farm to Fork’. El stand destacará el valor añadido de la UE para garantizar alimentos sostenibles, saludables y de calidad a todos los ciudadanos de la UE.

España ejercerá por quinta vez la Presidencia del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023, y la DG Agri ha elegido Demoagro como evento clave y único en España para promocionar las actividades que desarrollan, que están alineadas con los objetivos de Demoagro: mostrar de forma práctica a agricultores y ganaderos las tecnologías e innovaciones orientadas a la mejora de la productividad, calidad, rentabilidad y protección medioambiental del sector agrario.

Para descubrir lo que la UE hace por la agricultura, los agricultores y los consumidores europeos, se invita a los visitantes a pasar por el stand y participar en concursos y otras actividades interactivas. También se llevarán a cabo degustaciones de productos orgánicos y de calidad protegida (DOP, IGP) de la UE, mientras que las exhibiciones sumergirán a los visitantes en la agricultura de precisión y las prácticas de agricultura digital.

A partir de una salida anticipada de la hacienda por efectos de la seca, los feedlots elevaron sus niveles de encierre. En paralelo, se percibe una mejora en sus números de rentabilidad en los dos últimos meses, de acuerdo a un trabajo elaborado por Juan Manuel Garzón, de la Fundación Ieral. 

Como base, el análisis midió la cantidad de maíz que se puede comprar con la venta de un novillito,, una vez descontado el costo de la invernada. En enero de 2023, la ecuación arrojaba unos 1.443 kilos de maíz, un poder de compra que era un 40% menor al promedio de los últimos 13 años.

Por su parte, entre febrero y comienzos de abril, la venta de un novillito permitió comprar 2.165 kilos de maíz. Este volumen fue un 50% superior en comparación al primer mes del año.

“La situación mejoró considerablemente, pero debe advertirse que queda una brecha todavía del 10% respecto al poder de compra promedio del período 2010/2022, la brecha que era del 40% se redujo al 10%”, explicó Garzón. 

En este caso, consideró que la mejora se explica más por el cambio de precios relativos de categoría de animales, que por el mayor poder de compra de la hacienda en términos de maíz.  

 

SUBA EN EL PRECIO DE LA HACIENDA

Por su parte, con la suba de precios de hacienda de febrero y marzo y cierta estabilización en el precio del maíz, el poder de compra de la hacienda en términos del cereal mostró una mejoría. 

En enero, se compraban 7,4 kilos del cereal por cada kilo de novillito vendido, relación que pasó a ser de 9,3 en el mes de marzo, un 26% más. “Esta suba también ha contribuido a la mejora de la situación económica del engordador”, sostuvo. 

Más allá de este panorama, advirtió que el nivel actual de este indicador está todavía bastante por debajo de su media reciente, unos 12,3 kilos de promedio en el período 2010-2022.  “Y mucho más lejos aún de los que fuesen sus mejores años, 14,9 kilos en 2014 y 19,4 kilos en 2015”, agregó. 

Para que este efecto favorable se extienda, Garzón remarcó que será fundamental que los precios de la hacienda, en particular de sus categorías de mayor edad y kilaje, se mantengan firmes a futuro. “Para que esta condición se cumpla, es clave la evolución que muestre la demanda, tanto interna como externa”, sostuvo.

Y agregó: “Un riesgo macroeconómico muy latente con potencial de daño sobre la actividad del engorde y la ganadería en general es un salto en el tipo de cambio oficial, que incremente los costos de producción, en particular los de sanidad y alimentación”.