¿Cuál es el estado de los recursos forrajeros para el tambo?
Pasturas
En líneas generales, el sur de la región pampeana se encuentra en mejores condiciones que el norte. En este último sector se observa un gran porcentaje de pasturas degradadas. En general, las de gramíneas o pasturas consociadas han tenido una producción muy baja o nula en todas las zonas, y son las alfalfas puras las que están proveyendo el forraje fresco en los tambos.
Aquellos que contaban con una mayor proporción de esta leguminosa en su plataforma se vieron beneficiados. Muchos productores se abastecen de rollos y megafardos de alfalfa sin problemas, aunque también se reportan dificultades para la obtención de subproductos.
Detalle por región
• Sudoeste (zona Pedro Luro): Las precipitaciones han sido buenas, por lo que la sequía no afectó a las pasturas.
• Mar y Sierras: Se observan pasturas de alfalfa con escenarios de buena a nula producción, según subzona. Las pasturas a base de raigrás perenne y festuca presentan baja producción en todos los casos.
• Oeste Arenoso: Buenas producciones en pasturas de alfalfa o mermas de 15 a 20% respecto de años anteriores.
• Oeste: Alfalfas con producciones normales; consociadas y festucas casi sin tasa.
• Este. Sólo se observa alfalfa en producción, el resto sólo después de alguna lluvia, pero con escasos resultados.
• Litoral Sur: Pérdidas de festucas. Alfalfas con producciones muy bajas (30 a 50% menos de lo habitual) con pérdida de plantas y especies acompañantes.
• Sur de Santa Fe: Se mantienen pasturas viejas, ya que no se pudo sembrar gruesa para silaje en esos lotes. Se advierten bajas en las producciones.
• Santa Fe Centro: Todas las pasturas permanecen en la rotación. No salieron del sistema para ir a cultivo de silo de verano, sino que se mantienen en producción hasta los verdeos de invierno.
• Centro: Aproximadamente un 30% de las pasturas se degradaron en forma anticipada. Las alfalfas producen un 75%.
• Córdoba Norte: La producción y calidad del heno y del silaje de alfalfa se vieron notablemente afectadas. Se estima una merma del 50% en la producción.
Maíces tempranos
Pocos maíces se sembraron en forma temprana, en total, representan entre el 0 y el 40% de la superficie, según regiones. Las zonas centrales han comenzado a picar el maíz en estado de floración con producciones de un 50 a un 75% menores a las planificadas. Se reporta el uso de preoreo, silo bolsa e inoculantes como tecnologías para ensilar. Muy pocos han ido a pastoreo directo. Los mapas representan la proporción con picado anticipado (derecha) y rendimiento estimado respecto al planificado (izquierda) para los maíces tempranos.
• Sudoeste: Sin efecto de sequía.
• Mar y Sierras: Baja proporción de picado anticipado, sólo se recurre a él por alguna necesidad puntual.
• Oeste Arenoso: No se han picado maíces en forma anticipada; se registran mermas de rindes del 25%.
• Oeste: el maíz temprano representa un 30-40% de la superficie para silo; una proporción muy baja se ha pastoreado. Se identifican mermas del 30% o más.
• Este: Muy poca superficie de maíz. En cambio, se han sembrado sorgos tardíos con baja inversión, sin embargo, se han obtenido magros resultados.
• Litoral Sur: un 70% de la superficie de maíz con picado anticipado, desde estadios vegetativos hasta reproductivos sin grano. Los rindes se limitaron a alcanzar un 30-50% de lo planificado. Sólo se pastorearon los lotes que se vieron más afectados .
• Sur de Santa Fe: Los maíces tempranos comenzaron a picarse hace un mes, y continúan. Se están picando sin grano.
• Santa Fe Centro: hubo muy poca superficie de maíz, que se picó sin grano, con rindes magros y una merma del 75%. Se compró maíz para picado o rollos a productores agrícolas. Los sorgos -todos de siembra tardía- se encuentran en estado regular. Aún no se picó nada.
• Centro: Se han picado casi todos los maíces en floración, con la intención de desocupar los lotes e intentar con cultivos de segunda. Los sorgos siguen en camino, pero afectados.
• Córdoba Norte. Muy baja superficie de maíz temprano, todos fueron picados en forma anticipada sin grano.
Maíces tardíos
Representan la mayoría de los maíces sembrados con destinos a silo. En líneas generales, su estado es regular a bueno, en función de las precipitaciones.
En el sur de la región pampeana, especialmente en las zonas Sudoeste y Mar y Sierras, el estado de los maíces es de regular a bueno. Aquellos que fueron sembrados entre fines de octubre y mediados de noviembre están floreciendo en este momento. El rango de rindes esperados varía según subzona, encontrándose cercano al potencial en la zona marítima y Sudoeste, mientras que se esperan caídas del 10 al 25% en la zona más continental de Mar y Sierras.
En la porción central de la región pampeana, la zona Este presenta escenarios distintos: hacia el sur es más similar al de Mar y Sierras, ya que con una mejor primavera pudieron realizar silajes de pastura y siembras de maíz de primera. Hacia al norte, la situación resultó más complicada. Por su parte, en Litoral Sur pocos han sembrado maíz de segunda y los sorgos para silo se encuentran muy afectados por la sequía. En la región Oeste, las siembras de noviembre están floreciendo con hojas basales secas. Las siembras de diciembre se encuentran entre V3 y V6, con paquete tecnológico ajustado a la sequía (densidad y N objetivo).
Hacia el oeste de la región pampeana, el panorama es variado. En Oeste Arenoso los maíces tardíos vienen bien, en cambio, en Centro hay mucha dispersión respecto de las condiciones de los cultivos de segunda y tardíos.
Las regiones Córdoba Norte y Santa Fe Centro esperan rindes inferiores a lo presupuestado; sin embargo, las siembras se realizaron a fines de diciembre y enero así que aún les queda mucho por definir. Los sorgos de siembra tardía se encuentran en estado regular; en algunos casos, los nuevos pronósticos de lluvias permiten plantear la posibilidad de sembrar maíces tardíos o verdeos a fines de enero.
Producción de leche y alimentación
Frente a la sequía, los tambos están realizando un importante esfuerzo para mantener la productividad, manteniendo en la medida de lo posible la composición de las dietas. Sin embargo, los datos de noviembre 2022 evidencian un aumento en el nivel de suplementación de 18,6%, en comparación con el mismo mes de 2021, siendo mayor el incremento en el nivel de forraje conservado, y luego del concentrado (29,1 vs 15,9%, respectivamente). En los sistemas productivos más pastoriles los cambios principales se observaron en la composición de las dietas. Estos sistemas dependen fundamentalmente del pasto, por lo que el impacto de la sequía los afectó en mayor medida.
En cuanto a las producciones individuales no se observa impacto por la sequía dado que se reportan buenos niveles de confort animal debido a las condiciones climáticas. No obstante, considerando que hubo días con temperaturas extremas y alto ITH durante el mes de enero, habrá que evaluar cuál fue el impacto en las producciones. A su vez, en tambos pastoriles pese a que la producción en litros no se vio afectada, sí hubo mermas en la producción de sólidos útiles respecto a noviembre de 2021. Con respecto a los litros libres por vaca en ordeñe, se observa que la variación interanual fue negativa (-3,0%) principalmente como consecuencia del aumento en los costos de alimentación.
Panorama forrajero 2023
La producción de forraje fresco y de reservas está muy ligada al comportamiento de las lluvias. De regularizarse las precipitaciones, algunas zonas estarían a tiempo de implantar maíz tardío, mientras que otras esperan recomponer su situación a partir de pasturas y verdeos de otoño e invierno, lo que les permitiría preparar reservas de primavera.
Los daños reportados por algunas zonas y los previstos en los principales cultivos preanuncian un escenario 2023 con reservas escasas y de menor calidad. Desde el punto de vista económico, se prevén costos de producción elevados por efecto de la sequía, sumados a la dificultad para conseguir algunos subproductos, a los cambios en los precios por dólar soja, y al acortamiento de los plazos que complican también la situación económico-financiera. Es un año para prestar especial atención a las producciones y los costos.