Las economías agropecuarias empeoraron su situación

Las economías agropecuarias empeoraron su situación

Salvo maní, aves y arroz, las producciones agropecuarias en general y de las economías regionales desmejoraron sus indicadores. Según Coninagro, hay más de 15 actividades con sus esquemas de producción en rojo.

 

Coninagro volvió a publicar su “semáforo de economías regionales”, con los indicadores de las principales actividades productivas de Argentina. En su último análisis, sobre 19 producciones agropecuarias, se muestran 3 en color verdes, 1 amarillo y 15 rojos, empeorando aún más la situación respecto de los meses anteriores.

Los números de abril 2024, (que componen este semáforo de mayo), muestra que las producciones agro tienen precios cuya dinámica en el mes fue por debajo de la inflación, continuando la tendencia de los meses anteriores; y por el lado de los costos, con una tendencia creciente a mayor velocidad: es por eso que el primer pilar del semáforo (llamado Componente Negocio) está en la mayoría de los casos, en rojo.  

Para el mes siguiente (mayo) ya se observan pistas que reflejan que esta tendencia se mantenga, lo cual no serían buenas noticias. A la derecha de la tabla se observan los colores de los semáforos de los últimos doce meses, con el objetivo de contextualizar la foto y acercarla a la película.

Respecto de la sequía, casi la mitad de las producciones siguen recuperando los niveles productivos, pero en valores menores a los esperados, o con problemas de calidad.

Se destaca sin precedentes la baja demanda a través de los indicadores de consumo y de exportaciones. Este aspecto es central por el efecto en las expectativas, es decir, es el driver que genera incentivos para mejorar la producción en las próximas campañas: a falta de demanda va a ser difícil generar inversiones a largo plazo.

La situación general por producción
El algodón sigue teniendo problemas de calidad en algunas zonas (brotación), pero con una mejora el área respecto de la campaña anterior, con precios muy por debajo de la inflación (+124% interanual vs 289% inflación), y mantiene un año en rojo. Las exportaciones reaccionaron levemente, no tanto para cambiar el color del semáforo.

El arroz tuvo precios en el mes de abril en alza, manteniendo la tendencia de meses anteriores, se está recuperando en superficie y ha reducido su nivel de exportaciones por lo que el semáforo sigue en verde.

El caso de aves, ya modificado el índice de costos, donde pondera mucho más la producción de carne (90%) que la producción de huevos. Los precios si bien han subido en el mes de abril, interanualmente están por debajo de la inflación y con costos levemente a la par; los niveles de producción son estables y los niveles de consumo también, se mantiene el verde del mes anterior, con una tonalidad más baja.

La producción de carne bovina sigue siendo un interesante desafío para sintetizar: los precios de las categorías novillo y ternero crecen en promedio 4% en abril, interanualmente todavía se mantienen por el salto importante que, de diciembre, los niveles de producción medidos a través de la faena están empezando a ver disminuciones y la demanda tanto internacional como local son de los más bajos de la última década, por ello el color pasa de verde a rojo claro.

El caso de los cítricos dulces muestra un color rojo por los bajos precios, donde estamos a la espera del otoño y el invierno, ya que son el periodo más importante donde llega la nueva cosecha.

La producción forestal muestra precios del bosque implantado a la par de la inflación, quizá levemente superiores, pero el nivel de demanda es muy bajo (un indicador que vamos a incorporar en próximos informes es un seguimiento del nivel de construcción), también ha bajado mucho la exportación y se observa en la tabla, por eso la actividad está en rojo.

La producción de granos es otro desafío para sintetizar: acá se conjugan los 6 principales cultivos de Argentina, donde se observa lo bajo de los precios al productor en términos interanuales en pesos (+196%), con costos que crecen por arriba de estos precios, con una recuperación productiva ya que estamos saliendo de la sequía (las estimaciones de la gruesa empezaron a publicarse) con un muy bajo nivel de exportación (en valor=precio por cantidad) inclusive respecto a la campaña anterior. Llama la atención que se esperan mayores consumos para este año. Estas actividades mantienen el rojo en general, con particularidades distintas de acuerdo a las zonas (para más detalles se pueden ver informes sectoriales muy detallados).

Las hortalizas muestran volatilidad de precios que cambia mes a mes.

La producción de leche también mantiene el rojo este mes: el precio productor se encuentra levemente por encima de la inflación, con costos en igual tendencia. La parte productiva inclina la balanza hacia el rojo: los litros producidos son muy bajos (se han achicado los rodeos) y los niveles de exportación si bien son mayores en volumen son más bajos en valor, con una reducción del consumo interno. Toda esta ecuación nos brinda un escenario en rojo claro: si hay interés en el tema, más detalles por zona como por modelo productivo pueden verse en: OCLA.org.ar.

La producción de mandioca muestra precios muy por debajo de la inflación y competencia desde la importación de Paraguay.

La producción de maní sigue recuperando en superficie y producción, no tanto en precios (aunque bien en términos interanuales), se mantiene la conclusión de estabilidad en el semáforo: verde.

La producción de miel profundiza su tendencia: precios muy bajos, siguen los problemas productivos y muy baja exportación, con lo cual mantiene el rojo; junto a la producción ovina, que no ha mostrado un cambio de tendencia.

En la producción de peras y manzanas ha ingresado la nueva campaña, con lo que se espera que en los próximos meses se puedan ver mayores volúmenes, donde la ecuación económica y logística va a habilitar los momentos de envío a los distintos mercados. Hay que estar atentos al costo de la energía eléctrica, principal insumo para el acondicionamiento y acopio de la fruta. Ya han comenzado a mejorar las exportaciones.

La producción porcina (carne de cerdo) mantiene su tendencia al rojo: por el estancamiento en los precios con costos crecientes y un menor consumo (esta actividad estaba en verde hasta hace dos meses).

La producción de vino y mosto finaliza su cosecha, con menores volúmenes a los esperados, y precios del vino en la Bolsa de Mendoza muy estancados, menos de la mitad de la inflación. Los volúmenes enviados al mercado interno y de exportación son menores interanualmente. En este caso también hay que estar atentos al costo de la energía y hay que esperar aquel vino se elabore, para mediados de año se liberen los nuevos precios.

En el caso de la yerba mate los precios se han estancado al productor (hoja verde) y se espera que empeore esta situación en el mes siguiente. El consumo se ha estancado en volúmenes y la sobreproducción, sumado a las importaciones no plantea un buen panorama: la actividad pasa de verde a rojo.

Mientras EEUU inicia muy bien el ciclo 24/25, Brasil vuelve a generar dudas

Mientras EEUU inicia muy bien el ciclo 24/25, Brasil vuelve a generar dudas

En el mercado internacional, el foco volvió a centrarse en Estados Unidos. La siembra de maíz y soja se reactivó, y el primer dato de estado de cultivos de maíz fue muy bueno, incluso mejor que lo esperado.

 

Brasil volvió a dar que hablar esta semana, pero con una de cal y otra de arena. Por un lado, la caída de producción de soja ocasionada por inundaciones en el sur fue de 2,7 mill.tt. contra 7 mill.tt. que se temía en el peor momento. Por el otro, una media del ejecutivo para mejorar la recaudación, genera un sobrecosto estimado en 5% para los exportadores, que tendrían que trasladar a los productores. Los negocios desde Brasil se paralizaron y el jueves, esto generó una suba en Chicago.

Por el lado del trigo, las lluvias llegaron a Rusia y podrían estar poniendo un piso productivo. También inició la trilla en EEUU y por lo tanto, en otros países que están a la misma latitud, veríamos presión de cosecha en breve. Al pico de oferta esperado, se sumó la decisión de Turquía de suspender importaciones de trigo para mantener altos los precios internos. Ese país es el principal comprador de trigo ruso. Los valores del trigo cayeron fuertemente de la mano de esto.

Además, localmente se reactiva la trilla de maíz, ya con la soja acabando. Esto genera aumento de camiones a puerto, en momentos donde la cola de buques a caer cae. Hay un mes de diferencia entre la llegada de la cosecha y los buques contratados para mover ese grano. Pero el mercado se mantuvo activo, con compradores que tendrían más Declaraciones Juradas de Venta al Exterior que mercadería comprada a precio. Si bien las ventas a precio de soja cerraron mayo con una demora de sólo 7 puntos conta el histórico, en maíz se aumentó la distancia a 12 puntos.

Brasil sorprende con medidas impositivas
El jueves pasado anunció que los exportadores no podrán descontar más del pago de sus impuestos lo pagado en concepto de Programa de Integración Social (PIS) y Contribución de Financiamiento de la Seguridad Social (COFINS), con lo que se estima un impacto de 5% a la baja en el precio neto que recibirían los productores. 

El Decreto de Lula, que afecta a 8 sectores de la economía brasileña, busca aumentar la recaudación impositiva, y entró automáticamente en vigencia, aunque el Congreso puede derogarlo.

Los negocios desde Brasil se frenaron por la incertidumbre. Los exportadores que venden FOB, descuentan los gastos internos y compran FAS fueron sorprendidos y no está claro como harán para recuperar los montos por mercadería que ya fue comprada internamente, contando con el sistema impositivo anterior.

Brasil exporta 100 mill.tt. de soja y casi 50 mill.tt. de maíz. Estamos en la temporada alta de embarques, por lo que el mundo cuanta con esos granos, y deberá al menos en el corto plazo, buscarlos desde otros orígenes.

Duro informe del Banco Mundial sobre Argentina: “Es el único líder del agro que perdió participación global”

Duro informe del Banco Mundial sobre Argentina: “Es el único líder del agro que perdió participación global”

“El apoyo que se brinda a los productores es menor en comparación con el de sus competidores”, afirmaron los técnicos del Banco Mundial, en una presentación que se realizó en Rosario. Los detalles de un documento con un crudo análisis del país.

El recinto de la Bolsa de Comercio de Rosario fue el ámbito propicio para una jornada en la cual el Banco Mundial buscó impartir varias señales de alerta hacia la producción agropecuaria en nuestro país.

“Los datos muestran que sigue siendo clave para motorizar el desarrollo y la inclusión y que crece en términos absolutos, pero ha perdido competitividad, siendo el único país líder del agro que decreció su participación en el mercado global”, advirtieron desde el organismo de crédito internacional.

La presentación estuvo a cargo de Diego Arias, Gerente de la Práctica de Agricultura y Alimentos del Banco Mundial.

“En los últimos años disminuyó la inversión relativa en I+D del sector. Los productores agropecuarios y la producción de alimentos son hoy más vulnerables, por la dependencia de los recursos naturales y la falta de acciones para aumentar la resiliencia climática, especialmente en lo que refiere a las sequías”, informaron.

El trabajo “Hacia un sector agroalimentario más competitivo, inclusivo y resiliente en Argentina” fue el principal motivo con el cual la entidad rosarina convocó a medios de prensa y distintos referentes del sector.

Uno de los desafíos principales está ligado a la productividad en el sector y las nuevas tecnologías. En la comparativa con 2021, el informe señala que en ese momento “las cadenas de valor agrícola y agroalimentaria representaron el 15,7% del producto interno bruto (PIB) total, el 10,6% de los ingresos tributarios, entre el 17% y el 24% del empleo en el sector privado, y el 61% de las exportaciones, lo que convirtió al país en el tercer exportador neto de alimentos del mundo”.

DE LA SEQUÍA A LAS POLÍTICAS: EL ANÁLISIS DEL BANCO MUNDIAL

Sin embargo, la sequía del año pasado fue un verdadero mazazo productivo y recaudatorio.

“Acentuó la escasez de dólares en el país y generó más inflación a través del aumento de los precios de los alimentos. La disminución de las precipitaciones provocó una caída del 45% en la producción de los tres principales cultivos, una disminución del 40% en los ingresos por exportaciones de soja y pérdidas totales por USD20.000 millones, equivalentes al 3% del PIB. Las sequías de 2018 y 2009 se asociaron de manera similar con la depreciación del peso y la contracción del PIB”, ahondaron.

Ante ese panorama, los técnicos del organismo y los de la Bolsa de Comercio rosarina pidieron por “un sector agroalimentario resiliente y fundamental para el desempeño macro-fiscal de Argentina”.

Uno de los que acompañaba de cerca en el recinto era el actual secretario de Bioeconomía de la Nación, Fernando Villela.

BANCO MUNDIAL BCR e1718112196939

“En la última década, las exportaciones agroalimentarias han caído un 1,3% anual, y la participación de Argentina en los mercados agroalimentarios internacionales disminuyó del 2,7% en 2011 al 2,2% en 2021. El apoyo que se brinda a los productores en el país es menor en comparación con el de sus competidores internacionales: alrededor del 20% de los ingresos agropecuarios brutos entre 2019-2021”, graficaron.

Y sumaron: “El sector muestra un bajo nivel de inversión en bienes y servicios públicos, como la investigación, el fortalecimiento de las capacidades, la gestión de los recursos naturales y la infraestructura rural”.

EL CASO DE LA GANADERÍA

En tanto, una de las producciones analizadas por el Banco Mundial fue la ganadera. Se trata de una cadena altamente simbólica para el país, pero que cuenta con realidades dispares y rentabilidades que a menudo obligan a abandonar la actividad.

“Las políticas distorsivas han dañado especialmente a los pequeños productores de zonas más remotas, con márgenes más bajos de rentabilidad y un menor acceso a servicios. Dado que los gravámenes al sector ganadero de Argentina se ubican entre el 49% y el 57%, las ganancias de los productores de carne vacuna (principalmente de pequeña escala) se han visto duramente afectadas, lo que ha reducido su capacidad de inversión y los incentivos para mejorar las prácticas de producción”, aseguraron.

A su vez informaron que “los patrones de crecimiento actuales han tenido consecuencias en la deforestación, las emisiones de GEI, la disponibilidad de agua, la salud del suelo, el desarrollo regional y la desigualdad de ingresos, lo que ha puesto en tela de juicio la sostenibilidad ambiental y social de los enfoques actuales”.

 

“Entre 2001 y 2014, Argentina también perdió más del 12% de su superficie forestal, y los productores y el sector público no han invertido lo suficiente en la gestión de los recursos hídricos. Si no se implementan medidas de adaptación, los daños causados por las inundaciones podrían reducir el PIB en un 0,5% al año para 2060, y las sequías persistentes podrían provocar una disminución del PIB de un 4% anual para 2050”, alertaron.

Y cerraron: “Aproximadamente el 50% del consumo doméstico de alimentos es producido por las pequeñas unidades de agricultura familiar en todo el país. A pesar de la importancia de este segmento en el desarrollo territorial, la pobreza rural se mantiene elevada, en especial entre las comunidades indígenas. Con una nueva visión y un entorno normativo más adecuado, el sector agroalimentario puede consolidar su rol como generador de ingresos, empleos, seguridad alimentaria y resiliencia”.

POR UN “NUEVO FEDERALISMO”

En tanto, el presidente de la Bolsa de Comercio rosarina Miguel Simioni tomó la palabra y aseguró: “Debemos trabajar juntos para crear un entorno normativo estable y previsible, que fomente la inversión, la innovación y la adopción de tecnologías que impulsen la productividad y la sostenibilidad”.

SIMIONI BCR

También Marianne Fay, directora País para Argentina, Paraguay y Uruguay del Banco Mundial, expresó: “Los desafíos son importantes, es cómo seguir impulsando la competitividad y, al mismo tiempo, proteger los recursos naturales; trabajar en la resiliencia de las comunidades y cómo alimentar a una población creciente”.

BCR

En tanto, Fernando Vilella ponderó la sostenibilidad en materia económica y ambiental del sector productor de alimentos en Argentina. “Lo vemos cuando analizamos la huella de carbono, algo que aún no terminamos de aprovechar y valoriza”, indicó el secretario.

Y reiteró lo expresado por el presidente Javier Milei en la última edición de Agroactiva: “Nuestro objetivo es devolverle la captura de renta a los productores. En la medida que se ordene la macroeconomía se van a eliminar las retenciones y el Impuesto País”.

VILELLA BCR

Con más tecnología aplicada buscan alcanzar los 60 qq/ha de trigo en la región núcleo

Con más tecnología aplicada buscan alcanzar los 60 qq/ha de trigo en la región núcleo

Las dosis de fertilización con urea están saltando de los 150 hasta los 250 kilogramos por hectárea en algunos casos. Muchos apuntan a que el cultivo pueda expresar su máximo potencial aplicando más tecnología y alcanzar hasta 60 quintales por hectárea en esta campaña.

 

En la campaña 2021/22 el rinde triguero fue récord con 47,3 qq/ha. Los planes de fertilización en aquel año apuntaban a un rinde objetivo de 50 a 55 qq/ha. Y esto se repetiría este año, la región vuelve a plantear una gran apuesta con tecnología de punta, con el objetivo de superar los 50 qq/ha. En el norte bonaerense, afirman planes con más de 180 kg de nitrógeno, según la fertilidad del lote, y aspiran a un potencial de 60 qq/ha.

En esta semana, en la región núcleo los técnicos resaltan un fuertísimo aumento de dosis de fertilizantes respecto a la campaña pasada, campaña que se fertilizó muy poco. El aumento esta vez tiene de protagonistas al nitrógeno y al fósforo con las fertilizaciones de arranque.

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario indicaron que, por ejemplo, en Bigand hay productores que “están aplicando hasta 120 kg/ha de arrancador cuando la dosis base ronda los 80 kg/ha”. “También se están seleccionando mezclas con micronutrientes como zinc”, señalan.

En cuanto a la urea, las dosis pasarían de los 150 kg/ha que se suelen usar a 200 y 250 kg/ha. “Está la genética, las condiciones de suelo, la humedad y el condimento de una excelente fertilización. Todo está dispuesto pero tener un gran año triguero”, dicen en Carlos Pellegrini”.

Siembra de trigo a pleno: se sembraron 360.000 ha en una semana
La siembra de trigo se largó con fuerza en los últimos siete días. El ritmo es vertiginoso para aprovechar la humedad presente. En estos últimos 7 días se implantaron más de 360.000 hectáreas. Esto representa el 40% de avance sobre la superficie proyectada para esta campaña.

Además, desde la BCR remarcan que aún se siguen sumando a la ola triguera algunos productores, por lo que durante la última semana el salto de la intención triguera pasó de 10 a 15%, con lo cual el hectareaje triguero ya se ubica en 1,21 M ha.

En el este de Córdoba, en Monte Buey, los técnicos comentan: “habrá entre un 30% a  35% más de la superficie destinada al cereal. Se vuelve a un planteo más equilibrado con un tercio de la superficie de trigo/soja, otro tercio de maíz (temprano) y otro con la soja de primera”.   

Achaparramiento del maíz: Medidas preventivas y estratégicas para reducir su avance

Achaparramiento del maíz: Medidas preventivas y estratégicas para reducir su avance

La implementación de un “vacío sanitario” durante el período de barbecho entre cultivos, conocer la tecnología del maíz sembrado la campaña previa en el lote para saber si poseen resistencia/tolerancia a herbicidas, sumado al control mecánico de plantas guachas, son algunas de las consideraciones que los profesionales recomiendan tener en cuenta, al tiempo que enfatizan que tipo de aplicaciones a utilizar.

 

El achaparramiento del maíz es una enfermedad producida por virus y/o bacterias transmitidas por Dalbulus maidis (vector o chicharrita), que en nuestro país se comporta como un insecto monófago y se alimenta exclusivamente de maíz.

Por esta razón se pone énfasis en realizar medidas preventivas y estratégicas para reducir el avance y progreso de la enfermedad, a través de la implementación de un “vacío sanitario” durante el período de barbecho entre cultivos, que consiste en la ausencia de maíz a nivel regional.

El “vacío sanitario” debe ser de 90 días o más, debido a que el vector puede sobrevivir aproximadamente ese periodo de tiempo sin alimentarse. Luego de la cosecha del cultivo de maíz, las plantas voluntarias o guachas deben ser eliminadas para que estas no sean fuente de alimento y permitan la supervivencia del vector de la enfermedad.

Durante el período con heladas, el vacío sanitario se produce naturalmente, ya que las bajas temperaturas no son propicias para la germinación y crecimiento del maíz. Además, el frío también provoca la muerte y reducción de las poblaciones del vector. Por lo tanto, la salida del invierno constituye un período crítico para Dalbulus maidis por la falta de alimento y la exposición a bajas temperaturas durante un período prolongado.

En esta etapa invernal, es muy importante impedir el establecimiento de plantas de maíz que permitirían la supervivencia y reproducción del vector. Por esta razón, el uso de un herbicida que sea efectivo para el control preemergente de maíz voluntario y con acción residual en el suelo, es una buena alternativa a la salida del invierno antes que se produzca la germinación de las semillas de maíz.

Sin embargo, son pocos los herbicidas residuales con registro y disponibilidad en el mercado para el control preemergente de maíz voluntario. En lotes destinados a soja STS, se puede usar sulfometuron + clorimuron etil (Ligate). Este producto brinda adecuado control de plantas provenientes de semillas sueltas, siendo su eficacia menor en plantas que germinan desde las espigas. Por lo tanto, es necesario monitorear el lote quincenalmente para evaluar la necesidad de hacer aplicaciones de repaso con herbicidas postemergentes.

Ligate es un herbicida inhibidor de la enzima acetolactato sintetasa (ALS). Si se planifica su uso a la salida del invierno, no deberían aplicarse otros herbicidas residuales con el mismo sitio de acción (ALS) durante el otoño, para evitar problemas de fitotoxicidad en el cultivo de soja.

En el caso que haya plantas emergidas de maíz en el lote, estas deberían ser eliminadas antes de los 20 días desde su emergencia, ya que una vez que el vector se alimentó de la misma y transmitió el virus o la bacteria, esa planta será fuente de inóculo para otros vectores luego de 20 días aproximadamente desde la infección. En consecuencia, el control postemergente de las plantas de maíz debe ser realizado sobre plantas pequeñas. En este caso se dispone de herbicidas sistémicos como los graminicidas, siendo los más utilizados cletodim y haloxifop R-metil.

Es importante antes de definir la estrategia de control, conocer la tecnología del maíz sembrado la campaña previa en el lote, ya que algunos híbridos poseen resistencia/tolerancia a herbicidas. La tecnología Enlist brinda tolerancia a haloxifop metil y glufosinato de amonio y los maíces clearfield son tolerantes a imidazolinonas (por ejemplo: imazetapir, imazapir, imazapic) y podrían tener mayor tolerancia a otros inhibidores de la ALS, por lo tanto, para el control de estos materiales deben usarse principios activos con otro sitio de acción.

Control mecánico de maíz guacho
El control de plantas emergidas puede ser realizado también con implementos mecánicos con mínima remoción de suelo. Se ha evaluado la eficacia de rejas pie de pato (también llamadas reja plana o desmalezadora), que cortan las raíces de maíz a poca profundidad y provocan la deshidratación de las plantas.

A pesar de que existen diferentes diseños de rejas, se ha observado que la eficacia es similar entre implementos. Los resultados pueden variar con la profundidad de corte, la velocidad de trabajo, la condición hídrica del suelo al momento de la labor y las condiciones ambientales posteriores a la labor. En tal sentido, la profundidad de corte debería ser lo más uniforme y superficial posible para lograr la mayor eficacia en el control.

Para que la deshidratación de las plantas sea irreversible se requiere un período mínimo de días sin lluvias y elevadas temperaturas, posterior a la labor. Se recomienda considerar el momento de intervención, y realizar monitoreos y evaluar la eficacia de control para determinar la necesidad o no de repasos con herbicidas.